Germán Paoloski y sus pasiones: una familia de cinco, planes de casamiento y un esperado regreso televisivo

El periodista está en pareja con Sabrina Garciarena hace casi trece años y son padres de tres hijos. En diálogo con Teleshow habla del reciente estreno de su programa No es tan tarde, que se emite de lunes a viernes a la medianoche por Telefe, y se confiesa sobre sus proyectos personales

Germán Paoloski, con Teleshos: el periodista habla sobre sus planes de casamiento con Sabrina Garciarena

De día saluda con saco y corbata para afrontar con seriedad las noticias de nuestro país, de tarde analiza los acontecimientos deportivos, y de noche se anima a un look más relajado, quizás hasta con algún toque de brillo en su outfit, para entrevistar a personalidades del espectáculo cuando el reloj marca las 00. Estas tres facetas son de la misma persona y se llama Germán Paoloski. En una distendida charla con Teleshow, el periodista recorre todos los ámbitos de su vida: desde su historia de amor con la actriz Sabrina Garciarena hasta el sueño profesional que cumplió recientemente, cuando se estrenó No es tan tarde por la pantalla de Telefe.

El conductor volvió a estar al frente del late night show que se emitió durante cinco años por Fox Sports, pero en esta segunda vuelta se transmite de lunes a viernes a la medianoche en el canal de las pelotas de colores. “Había sido un sueño para mí hacer el programa y el cierre fue un poco abrupto porque se vendió la compañía y querían barajar ideas nuevas, algo que me pareció correcto y a partir de ahí hubo conversaciones con Telefe, pero la pandemia lo impidió porque lanzar un programa con invitados en plena ola de casos de coronavirus no era lo adecuado”, detalla.

Después de varios meses palpitando el regreso, el lunes empezó la segunda temporada y su primer invitado fue Luciano Castro: con un ritmo un poco más vertiginoso por tratarse de un programa de media hora, apostó por divertidos juegos de coincidencias y contó con el acompañamiento de la banda en vivo de Fabián “El Zorrito” Vön Quintiero, integrada también por Tamara Kreimer, Nicolás Cattaneo, Juan Barone y Nicolás Bereciartúa.

El conductor de No es tan tarde (Telefe) junto a su familia: Sabrina Garciarena y sus tres hijos

Contento porque llegó el momento de reencontrase con un rol que disfruta, confiesa que cada desafío le despierta un gran entusiasmo, y lo demuestra a la hora de interactuar con tres públicos distintos en un mismo día. Nació un 25 de mayo, y se ríe cuando asume que está a tono con el “espíritu revolucionario” que sobrevuela la fecha, por vivir como un apasionado de su profesión. Con el cambio como su aliado, se muestra conforme cuando recapitula todos los proyectos que asumió en la última media década. Los últimos dos años incursionó en la dirigencia deportiva, como Presidente del club de fútbol chileno San Luis de Quillota, rol que desempeñó desde la Argentina, y concluyó su labor en mayo de 2021, debido a su incorporación al noticiero SportsCenter (ESPN), ya que el reglamento de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional del país vecino estipula que no se puede ejercer la profesión de periodista al mismo tiempo que se asume un cargo directivo.

Por otro lado reconoce que durante el tiempo que pasó desde el estreno de Nunca es tarde –así se llamaba el ciclo en su primera temporada- en 2015, algunos colegas que formaron parte del ciclo encontraron nuevos rumbos en la pantalla chica. Tal es el caso de Darío Barassi, quien había sido panelista, y actualmente conduce 100 argentinos dicen en El Trece. “Barassi hoy no solamente tiene su propio programa sino que es un conductor exitosísimo de la pantalla que hace un trabajo fantástico, y a mí me pone muy feliz porque quiero que le vaya bien a todos mis amigos y a todas las personas que trabajan conmigo, que puedan tener su vuelo propio y hacer una gran carrera”, asegura.

Germán Paoloski, en su faceta deportiva: analiza el futuro de la Selección Nacional rumbo al mundial QATAR 2022

Aunque lo motivan los números de las mediciones de rating que lo vienen acompañando, tanto en El noticiero de la gente (Telefe) como en el flamante No es tan tarde; y en el noticiero deportivo de ESPN, su mayor orgullo es el equipo de cinco integrantes que se encuentra cada vez que llega a su casa. Paoloski es padre de tres hijos junto a Garciarena: León, de 7, Beltrán, de 4, y la pequeña Mía, de 1 año.

—El público te va a ver a medianoche antes de dormir y de nuevo al medio día, ¿cómo sobrellevás los cambios de temáticas como conductor?

—Me parece que está bueno que sean roles distintos. Obviamente que hay una cosa mucho más lúdica y divertida a la medianoche, pero también me gusta informar y a veces opinar sobre las cosas que pasan, tener empatía con la gente que sufre. Tiene que ver con que todos tenemos diferentes cuestiones en nuestras vidas que tenemos que explorar. En algún momento estamos más felices, risueños y divertidos y en otros más tristes o más introspectivos. Forma parte del ser humano y en ese sentido a mí me gusta explorar diferentes géneros.

—Hay que tener cierta versatilidad para afrontar formatos distintos, y llevás más de 25 años de carrera. ¿Cómo te sentís cuando lo ves en perspectiva?

—Es cierto que hay que tener capacidad de adaptación, y a mí me gusta poder llevar todos esos proyectos adelante, en algunos con mejor resultado que en otros pero en todos poniéndole el corazón y lo mejor de uno. No me gusta mucho la zona de confort, y por eso encaro programas de entretenimiento, deportes y noticieros. Después la gente decide qué programa lo acompaña y qué desecha, pero a mí me gusta lo que hago, y le pongo la misma pasión a todo.

Germán Paoloski junto a Sebastián Estevanez, el segundo invitado de su ciclo, No es tan tarde (Telefe)

—Desde 2014 que no estabas al frente de un noticiero, y en 2019 decidiste volver a Telefe. ¿Qué te motivó a aceptar la propuesta?

—Tuve un llamado del canal donde me comentaron la posibilidad de hacerme cargo del medio día, y al principio no me convenció demasiado porque no estaba seguro de volver a dar noticias. Después de analizarlo un poco me pareció que estaba bueno y que era un desafío más para mí, porque el horario tiene otras particularidades: las cosas están sucediendo en el momento, te atraviesan, son duras y hay muchos móviles. Es muy diferente a lo que hacía en Diario de medianoche, que todo ya había ocurrido y tratábamos de que la gente no se fuera a dormir con una sensación fea. Pero formamos un gran equipo y eso me ayudó a decidirme.

—Detrás de todos esos cambios que vas asumiendo también hay una gran compañera y madre de tus hijos, ¿cómo se reparten las responsabilidades y los tiempos?

—Sabrina es una gran compañera, totalmente. Es una situación de compartir y de acompañarse mutuamente. Ella con el teatro, con las tiras, o con una película y yo con mis programas, y los dos con nuestros hijos. La verdad que hemos encontrado una sincronización y una armonía que nos funciona. No todo es color de rosa, por supuesto, como en cualquier familia, pero la llevamos muy bien y lo más importante es que nos amamos y amamos mucho a nuestros hijos. Tratamos de generarles un lindo clima dentro de lo que se puede, con la mejor educación posible. Aparecen los desafíos y entendemos que es algo que nos gusta hacer. Tanto la actuación para ella como la conducción para mí son nuestras pasiones, y es difícil darle la espalda a una pasión. Por eso hacemos todo lo posible por cumplir esos sueños, y estamos ahí para apuntalar, apoyar, sostener y para disfrutar del éxito cuando llega y bancarla cuando el éxito no está, porque es imposible acertar siempre.

—Hace poco Flor Peña mantuvo un pase con vos donde te preguntó por planes de casamiento. ¿Está dentro de las posibilidades o sienten que así están bien?

—Es una posibilidad concreta. Fue un poco una broma a partir de algo que yo dije en el noticiero, pero es algo que sentimos realmente y la idea de casarnos está. Tenemos tres hijos, ya somos una familia, pero me parece que está bueno cerrar el círculo y formalizarlo de alguna manera. No creo que cambie nada radicalmente pero sí hay una cuestión ahí, sobre todo en el caso de Sabri, de cumplir algo que ella siempre deseó. A mí también me gusta y también tengo ganas. Al principio pensamos qué tipo de ceremonia, si una fiesta con mucha gente, o algo más íntimo y en el medio nos cayó una pandemia que tiró todo para adelante. Pero eso va a ocurrir inexorablemente, creo que en algún momento se va a dar. Queremos organizarlo bien y hacerlo con nuestros seres queridos y amigos. Está bueno festejar después de todo lo que pasó, entonces creo que más temprano que tarde lo vamos a poder hacer.

Sabrina Garciarena y Germán Paoloski están en pareja hace trece años: primero fueron amigos y después nació el amor

—Se los vio muy unidos como familia durante la cuarentena estricta, ¿les dejó alguna enseñanza esa experiencia?

—Siento que todas las experiencias te dejan algo, pero en este caso creo que sobre todo la de no repetir errores cuando depende de uno, por supuesto. Fue un cambio muy brutal el que vivimos como sociedad en la Argentina y en el mundo. Así como se adaptó mucha gente y se reconvirtió profesionalmente y laboralmente, también hubo una cuestión personal allí: algunas parejas se separaron, otras afianzaron su vínculo, y en el caso nuestro lo atravesamos bastante bien. Por mi labor como esencial a partir de lo que determinó el decreto del Presidente, salía de acá de casa a hacer el noticiero, pero no tenía la vorágine que tengo hoy con tres programas diarios. Hacía solo un noticiero y después volvía y estaba en casa con mi familia. Me sirvió porque soy una persona muy inquieta para frenar un poco, analizar y estar en mi casa con mis hijos mucho más tiempo de lo normal y de lo habitual, y eso lo disfruté, aunque claro que el contexto era incierto y preocupante.

—Sabrina contó que se puso en el rol de maestra con los chicos, y que quedaste desalojado del cuarto por el tema del colecho…

—Sí, es cierto, porque Mía nació en mayo de 2020, en plena pandemia. Y fue bravo lo de su nacimiento en el sentido de que no pudieron conocerla nuestros padres, nuestras familias. Recién a los cuatro meses pudieron verla personalmente, más allá de los encuentros por Zoom y de las fotos y videos que les habíamos mandado. Eso fue duro, fue un momento complicado, pero bueno, la verdad es que no nos podemos quejar. Por suerte nuestro círculo más íntimo, pudo sobrellevar la pandemia y estamos todos, no se ha ido nadie producto de esta situación. Temíamos mucho por nuestros padres, por una cuestión de edad y de lo que ya sabemos de esta enfermedad. Por suerte ellos están y los podemos seguir disfrutando.

—En cuanto a volver a agrandar la familia, ¿sentís que tres ya es un número o dejas abierta la puerta para más adelante?

—Siempre abierta la posibilidad. Igual estoy convencido de que es una cuestión más de Sabri en este caso, porque es la que pone el cuerpo y en ese sentido es más una decisión suya, porque ya tenemos hijos. Si un día tenemos ganas, ella lo desea y se da la posibilidad vendrá otro, y si no nos quedaremos con estos tres bombones que nos hacen muy felices. No es que digo: “No ya está, listo, cerramos la fábrica”. La verdad es que uno nunca sabe o por lo menos nosotros no tomamos esa decisión drástica de “listo, hasta acá”. Lo pensaremos más adelante.

Germán Paoloski cuenta el concepto detrás de su programa, No es tan tarde

—En lo que refiere a la Selección argentina, ¿cómo la ves actualmente y de cara al mundial de QATAR 2022?

—La Selección argentina está muy bien. Se sacó una mochila muy pesada de encima después de tantas finales sin el resultado que todos deseábamos. Pudo ganar la Copa América y eso aliviana mucho, genera confianza y creo que lo estamos disfrutando hoy. También nos da muchas chances de hacer un mejor mundial, pero los mundiales son difíciles, complicados; todavía queda un año y un poquito más, entonces falta mucha agua bajo el puente. Lo que sí creo es que estamos atravesando un gran momento.

—Hace poco fue tendencia #FuerzaScaloni por las declaraciones del técnico sobre la delicada salud de sus padres y empezaron las especulaciones sobre su futuro en la Selección. ¿Qué pensás de su trabajo como entrenador?

—Creo que Scaloni llegó casi metiéndose por la ventana con una situación de un contexto muy atípico y muy criticado. Trabajó bien, se rodeó de un gran cuerpo técnico muy identificado con la Selección por su origen y por haber sido todos jugadores prestigiosos y generó empatía con los jugadores, y les dio confianza. Hubo un cambio generacional, con Messi siempre como abanderado y con Di María, Otamendi y con algunos muchachos de la vieja guardia, pero con muchos nuevos y se pudo amalgamar un buen grupo. Ese creo que es el gran secreto. Le deseo lo mejor a Scaloni y ojalá que más allá de sus problemas personales pueda seguir y pueda llevar la Selección al campeonato del mundo. Me gustaría que sea él el entrenador que nos represente en Qatar, porque creo que se lo ganó. Si bien había muchas dudas sobre él al principio, hoy se ha ganado un lugar en buena ley.

—De regreso al concepto de tu programa, ¿hoy por hoy para qué no es tarde en tu vida?

—Me gusta pensarlo como una idea de vida: aprovechar los momentos, no pensar que ya se te pasó el tren, y tener en cuenta que cualquier cosa, más allá de tu edad o de lo que te haya pasado, eso que vos quieras encarar, estás a tiempo de hacerlo. Por lo menos lo podés intentar y no significa que te vaya a salir bien, porque la vida es eso: intentar permanentemente; es una búsqueda constante; es la posibilidad de perseguir la felicidad, que no es algo que dure todo el tiempo, son momentos, y hay hay que ir a buscarlos en la vida personal, profesional, con la familia y con los amigos. Ese es el camino.

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