Era la voz más esperada. Desde la tarde del sábado, cuando quedó señalada como la tercera en discordia de la separación entre Wanda Nara y Mauro Icardi, su nombre estuvo en boca de todos los que se hicieron eco de una ruptura con un impacto mediático pocas veces visto. Pero Eugenia La China Suárez eligió el silencio, o quizás, la indiferencia. Mientras tanto, todo el mundo hablaba de ella.
Desde su separación de Benjamín Vicuña, la actriz se instaló en España por compromisos laborales y en los últimos días, reservó el uso de sus redes sociales para reflejar tanto su actividad familiar como la profesional. Mientras tanto, desde la tarde del sábado se difundieron supuestos chats con el futbolista del Paris Saint-Germain, se la vinculó con su colega uruguayo Nicolás Furtado e incluso se difundieron fotos de ellos en Italia. También se dijo que habría engañado a Vicuña con un ex compañero de elenco y las miradas en las redes sociales apuntaron a Gonzalo Heredia, en pareja con Brenda Gandini.
Pasaron más de cuatro días, y la ex Casi Ángeles finalmente rompió el silencio. Y lo hizo en sus historias de Instagram, con un largo comunicado lleno de referencias al pasado y al presente, y para leer y analizar con detenimiento: “Escribo esta carta para bajar el ruido externo de mentiras, maltratos y miradas inclinadas en la construcción de historias manipuladas para, una vez más, ser el chivo expiatorio de la violencia mediática. He guardado por mucho tiempo silencio por varias razones. La principal, por miedo e inexperiencia, por no saber cómo nombrar el nivel de mentiras y atrocidades que se dicen para sustentar el minuto a minuto televisivo”, señaló a modo de introducción.
Luego se adentró en las versiones que la involucraron directamente en la separación de Wanda y Mauro: “Lo que está sucediendo hoy tiene detrás una historia mucho más grande y profunda, de la que seguramente muchas mujeres van a sentirse identificadas”, adelantó. “Me ha tocado relacionarme con hombres a los que le he creído siempre sus palabras: que se estaban separados o separándose y que no había conflictos”, prosiguió, en lo que parece ser un mensaje directo para Icardi.
“Siento en esta situación un Deja Vu infernal, donde vuelvo a pagar con mi reputación cuestiones que son de dominio personal de cualquier mujer. Una repetición que deja a la luz mi inexperiencia y, sobre todo, profunda credibilidad que le di a estos hombres que luego guardaron silencio dejando que me comieran los lobos”, continuó, en lo que sería una referencia para el comienzo de su relación con Benjamín Vicuña.
Y añadió una reflexión con perspectiva de género: “Parece que es más creíble para esta sociedad, sabiendo cómo se manejan ellos siempre, que yo sea la mala, la que engaña y no la engañada”. En el mismo sentido, pareció aludir al matrimonio Icardi-Nara: “Es más fácil pegarme a mí, para descargar. El costo de sostener la imagen de una familia feliz lo pago yo, no el hombre que fue irracional o tuvo un desliz. Todos quedan bien parados”, sentenció.
Respecto a su silencio de estos días, la ex ATAV explicó que lo hizo “para preservar mis vínculos familiares” aunque reconoce que “me jugó en contra”. “No quiero callar más, porque sé que somos muchas mujeres a las que esto nos ha sucedido y a la que la mirada externa juzga”, afirmó.
Con esta introducción, la actriz de El hilo rojo aseguró que “no comencé, no alenté y no provoqué” la situación, y se refirió a la “poca privacidad que tenemos las mujeres” para explicar el “peso con el que se me juzga a mí, que es absolutamente asimétrico”. Y agregó: “No voy a hacerme cargo por mí y por todas las mujeres que son usadas y juzgadas siempre de las actitudes de conquistadores seriales que tienen aprendidas estos varones y que después saben bien esconder”.
A continuación, sus palabras parecieron volver a apuntar en dirección a Wanda: “Ser empoderada no tiene que ver con dinero, con ser filosa en las redes y menos con insultar con los mismos términos que te juzgaron en el pasado, a otra mujer. Tiene que ver con ser justa a la hora de hablar y sobre todo romper el silencio”, sentenció. “La reproducción de esa violencia que recibiste en el pasado, hacia otra mujer para limpiar tu imagen no te hace más astuta. Solo nos vuelve a poner a todas en el mismo lugar”, añadió.
Respecto a las repercusiones que tuvo el escándalo, se manifestó en duros términos. “Quienes estén con esto lucrando a costa de mi vida personal y mi carrera artística, serán también intimados por la reproducción de información falsa, maliciosa y con fines de reproducir violencia de género mediática hacía mí”, aseguró.
Para el final, dejó unas palabras de agradecimiento “a todas las personas que me brindaron apoyo, que entienden lo que pasé y callé en el pasado, dejando que personas heridas me pongan en lugares injustos y que hoy esto se vuelve a repetir, pero ya no más con mi silencio. Soy una mujer que ya no tiene miedo de hacer valer mi derecho a vivir libre de prejuicios. Y ojalá esto no sirva solo como un descargo sino también, para reflexionar entre nosotros”, propuso. Y, a modo de posdata, un mensaje para sus detractores. “Y a todxs lxs que ‘cancelan´ gente, ¿están segurxs que están en condiciones de hacerlo?”, firmó, utilizando por única vez en su amplio descargo el lenguaje inclusivo.
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