Will Ferrell: el chico que decidió escapar del aburrimiento y se convirtió en estrella mundial

Hace poco se difundió la noticia falsa de su muerte: él está vivo y vigente. Es uno de los cómicos más célebres, sus películas son éxitos de taquilla. Suele encarnar hombres comunes. Lejos de los sets, lleva una vida tranquila y estable que le deja tiempo para disfrutar de su otra pasión: el fútbol

Will Ferrell asegura: "Supongo que nací en un barrio tan acomodado que tuve que empezar a decir tonterías para no aburrirme. O quizá sencillamente soy afortunado de tener esta mente. Por ejemplo, estoy en el supermercado o conduciendo y veo escenas que me hacen tener ideas divertidas. No puedes forzarte, como en cualquier otra forma de arte".(Foto: REUTERS)

Al repasar la vida de Will Ferrell su mayor problema parece ser que… no tiene problemas. No atravesó divorcios conflictivos al estilo Brangelina, no genera misterio como Tom Cruise y su relación con la cienciología. Tampoco es una estrella de los 80 que cayó en la desgracia estilo Val Kilmer, ni alguien que resurgió como John Travolta. No vivió una infancia en una secta como Glenn Close o Joaquin Phoenix, no coleccionó matrimonios como Liz Taylor, no protagonizó una adolescencia descontrolada como Drew Barrymore, ni superó grandes tragedias personales como Keanu Reeve. Jamás fue rey de los premios y nominaciones al Oscar como Meryl Streep y mucho menos ocupa el casillero de actor respetados como Daniel Day-Lewis o Robert De Niro.

Sin embargo, aquí estamos escribiendo sobre él. Es que a pesar de tantos no, Ferrell posee un gran sí, y es que sí, nos hace reír. Ferrell junto a Adam Sandler, Chris Rock, Eddie Murphy y en su momento Leslie Nielsen, por nombrar algunos, integra ese grupo de actores que jamás serán nominados al Oscar, que sus dotes actorales resultan cuestionables y cuyas películas jamás serán calificadas como “de prestigio”, pero pese a todo y todos tienen el don o la elección de hacer reír. Sus películas son las típicas pochocleras. Esas que no ganan festivales, pero que haciendo zaping y luego de una jornada laboral complicada no podemos menos que ver y nos ayudan a relajarnos con más efectividad -y menos peligro- que un antidepresivo.

Ferrell sabe que lejos de la vida complicada y tortuosa de muchos de sus colegas, es un tipo sin grandes problemas. Nació el 16 de julio en California, su mamá Betty era maestra y su papá, Roy Lee, un músico que nunca logró el gran batacazo. Cuando Will cumplió ocho años sus padres se separaron pero sin peleas, gritos ni violencia. Simplemente se dieron cuenta de que ya no funcionaban como pareja pero que seguirían siendo familia. Lejos de vivir el divorcio de sus padres como un trauma, Will ya mostró su lado humorístico. “Buenísimo, vamos a tener dos Navidades y dos regalos”, le dijo a Patrick a su hermano menor. Para esa época pensaba que sería jugador de la NFL, policía o astronauta pero jamás actor o músico. La inestabilidad laboral y económica de su papá lo impulsaba a pensar en profesiones más previsibles.

Will Ferrell se animó a protagonizar una graciosa producción de fotos con Heidi Klum para Sports Illustrates

Con padres divorciados pero presentes, la escuela tampoco era un problema. No le costaba aprender ni hacer amigos. Nadie lo tomaba “de punto”, sus maestros lo querían y asistir a clases no era algo tortuoso. Cuando salía de clases, el mundo seguía siendo un lugar tranquilo. Vivía en los suburbios de Irvine, una zona muy tranquila de esas que a veces se ven en las películas con casas sin rejas, jardines y veredas impecables. Ni la más cara ni la más pobre, un barrio donde los chicos podían jugar en la calle y el delito era algo que se veía en las noticias de la televisión y no que se respiraba. Tiroteos, robos y peleas callejeras eran algo que podían sucederle a otros pero que jamás le sucedieron a él. Entonces ocurrió algo insólito.

En ese mundo ídilico, Will se empezó a aburrir, y para salir del tedio buscó formas de reír y hacer reír a los demás. En la escuela imitaba a los profesores y hablaba a los gritos porque le resultaba muy gracioso. Casi como un precursor de Bart Simpson se solía agachar de modo ostensible delante de sus compañeros. Su pantalón quedaba lo necesariamente bajo para provocar la carcajada pero no tanto como para ser acusado de exhibicionista. Descubrió el humor físico. Se tropezaba y caía a propósito o se daba golpes tan aparatosos como indoloros contra paredes y armarios.

Como era un alumno tranquilo, sus bromas asombraban por lo inesperadas y sobre todo, porque nunca alcanzaban la categoría de locuras vandálicas estilo arrojar una silla por la ventana o humillar a otros. Muchos años después reconocería, entre sincero y gracioso, el origen de su comicidad: “No tengo secretos oscuros, no me golpearon mis compañeros, mis padres fueron amables conmigo y donde vivía había una tasa de criminalidad baja. Quizás de ahí viene la comedia, como una especie de reacción a los suburbios seguros y aburridos”.

Will Ferrell realizó varias comedias con Mark Wahlberg. "Realmente disfrutamos trabajando juntos. Mark se adapta muy bien y lo interpreta todo de forma muy seria y real, y además tiene los mismos instintos en la comedia", apuntó Ferrell.

El humor empezó como una forma de escapar del tedio, pero poco a poco Will descubrió que además lo sacaba del casillero perfil bajo para pasarlo al podio de los populares. En su último año en la secundaria le permitieron dar los anuncios escolares por los parlantes de la escuela. Will transformó lo que era un momento detestado por los alumnos en otro que esperaban con impaciencia. Es que sin cambiar el contenido de los anuncios agregaba comentarios graciosos de su autoría, voces que inventaba o personajes imitaba. A fin de año no recibió el título del rey del baile pero sí el de mejor personalidad.

Aunque el humor se le daba sin problemas, quizá porque la inestabilidad económica de su papá seguía pesando o porque no existen las universidades de comicidad es que, al terminar el secundario, se anotó para estudiar Periodismo. Es que ya sabemos que el viejo dicho de “serás lo que debas ser o sino serás abogado”, en los 90 se cambió por el “serás lo que debas ser o sino serás periodista”.

La Universidad de California lo aceptó como alumno y pronto su capacidad de hacer reír se hizo famosa en el campus. La intención de Ferrell era ser relator o comentarista deportivo así que cuando le surgió la posibilidad de trabajar en la sección deportes de una cadena local pensó que era su gran oportunidad. Pero no.

Como comentarista Ferrell se dio cuenta que otra vez, y como en los suburbios, se aburría mortalmente. Sin embargo, no abandonó la carrera y se graduó. Con el título bajo el brazo y la certeza de que no quería trabajar en lo que había estudiado volvió a vivir en la casa de su mamá. Algo que en ese momento para algunos resultaba humillante a él no le molestó.

Will Farrell fue un buen atleta, algo que le sirve para incorporar a sus actuaciones

Consiguió algunas changas estacionando autos para un hotel y como administrativo. De ambos lo despidieron porque era muy despistado. Aunque sentía que la comedia y el humor eran lo suyo, no se atrevía a seguir su deseo. Fue su mamá quien lo animó a animarse.

Ferrell se trasladó al centro de Los Ángeles y se anotó en un curso de comedia e improvisación. A la par consiguió un trabajo no de mozo -el clásico de los inicios de muchos actores- sino en una casa de subastas, lo que le permitía alternar horarios laborales con castings.

Poco a poco se fue haciendo conocido hasta que en 1995 logró entrar a Saturday Night Live. El primer año no le fue bien. Lo declararon el peor miembro del reparto. Pero en los siete años siguientes sus imitaciones y la variedad de personajes que creó no solo lo consolidaron sino que lograron que fuera nominado a los premios Emmy. Los productores que en su primer año lo querían despedir, siete años después aceptaron pagarle el mejor salario de todos. Linda revancha.

Consolidado en el show televisivo, en el 2003 lo convocaron para filmar El duende, una película navideña. El humorista aceptó, pero lo que en el guion le pareció una buena propuesta, al momento de filmar le pareció un horror. Para su personaje se tenía que vestir con un sombrero puntiagudo, unas medias algo ridículas y un traje verde. Al verse así vestido y con su metro noventa y uno de altura, Will pensó: “Ups, estoy en problemas”.

"El humor tiene que llegar tan lejos como lo necesite. Para mí no hay límites siempre que tenga sentido dentro de la historia", asegura Will Ferrell. En la foto con Adam McKay durante una pausa en la grabación de Anchorman

Su coprotagonista y padre en la ficción era James Caan (el prestigioso actor que encarnó al escritor secuestrado de Misery) y Ferrell se encontró corriéndolo por las calles de Nueva York vestido de duende y se dijo: “Esto será un golazo, o la gente dirá ‘¿Qué te pasó? ¿Por qué hiciste eso sobre el elfo?’”. El mismo Caan admitió que inicialmente pensó que Ferrell era “demasiado exagerado”, como Buddy.

Pese a los temores y como un verdadero milagro de navidad, la película se transformó en un exitazo que recaudó 224 millones de dólares y años después inspiró un musical en Broadway. Quizá el secreto de su éxito fue hacer una peli “con un soplo de inocencia”, como aseguró Ferrell.

A partir de entonces el actor se consolidó como estrella del humor e integrante del Frat Pack, un término creado por la prensa estadounidense para referirse a los actores más graciosos y taquilleros de los 90. Ese seleccionado lo integran, además de Ferrell, Ben Stiller, Vince Vaughn, Owen Wilson, Jack Black y Steve Carrell.

En su vida privada, Ferrell, replicó el estilo tranquilo de su infancia en los suburbios. En agosto del 2000 se casó con Viveca Paulin. Ella había dejado su Suecia natal para establecerse en Los Ángeles y tratar de ser actriz. Fue en un curso de actuación que se conocieron y empezaron a salir. Al tiempo tuvieron que separarse porque Ferrell se mudó a Nueva York para comenzar a aparecer en Saturday Night Live; el amor fue más fuerte y a pesar de la distancia continuaron viéndose y hablando por teléfono.

Will Ferrell y Viveca mantienen un matrimonio estable y alejado de los escándalos (Foto: REUTERS)

Salieron durante cinco años hasta que Ferrell le propuso matrimonio. Claro que tratándose de un cómico el momento romántico se transformó en otro gracioso. Según contó el actor a la revista People, le entregó el anillo a Paulin en la misma playa en la que tuvieron sus primeras citas. Aunque él tenía la intención de que fuera una velada apasionada, a ella le daba miedo ese lugar de noche. Así que mientras aceptaba la propuesta, Viveca le pedía que se apurara. “¡Se suponía que esto debía ser romántico!”, le recordaba el actor.

Siguen juntos y son padres de tres hijos. Viveca cambió la actuación por el arte y junto a su marido fundaron una asociación para ayudar al Museo a Los Ángeles a conseguir piezas de arte y lograron obtener alrededor de 30.

Entre película y película, Ferrell tiene tiempo para dedicarse a su otra pasión: el fútbol. Pero no el el futbol americano sino el nuestro, según ellos, soccer. Es uno de los accionistas de Los Angeles Football Club. Su presentación fue todo menos formal. En la mitad de una conferencia de prensa, irrumpió en la sala, se sentó entre otros dos dueños y aclaró: “Esto no es una broma”, para luego, fiel a su tono cómico, acotar: “Es la primera vez que soy parcialmente dueño de algo.. aunque también soy dueño junto a mi hermano de un Toyota Camry modelo 84”.

Es fanático del Chelsea o más bien de su camiseta, porque “la usé un par de veces porque me gusta el color azul”. Cuando el equipo se enfrentó en una final contra el Milan en el 2009, Ferrell aseguró que ganaría 11 a 0. Con humor “se hizo cargo” de la salida de José Mourinho. “Me siento muy culpable por el despido de Mourinho. Yo hice una broma sobre sus tácticas defensivas en la entrega de premios de GQ en Londres y creo que eso aceleró su ida del Chelsea. ‘Con siete hombres atrás, ese estilo defensivo, ve al ataque...’, dije en aquella oportunidad”, comentó Ferrell en un programa de la NBC.

Will Ferrell suele ir a partidos de fútbol, como este en el estadio de León (Foto: Twitter @LAFC)

Acorde a los nuevos tiempos, Ferrell asegura que la web “se convirtió en un gran casting de humoristas y es un buen lugar para darse a conocer”, pero desliza un pregunta hasta ahora sin mucha respuesta: “Muchos humoristas internautas tienen talento, ¿pero cuántos pueden ganarse la vida?”. Aunque se formó en talleres de humor sabe que posee un talento innato para la risa “soy afortunado de tener esta mente. Por ejemplo, estoy en el supermercado o conduciendo y veo escenas que me hacen tener ideas divertidas. No puedes forzarte, como en cualquier otra forma de arte”.

Hace poco el actor fue tendencia en una red social porque se difundió la falsa noticia de su muerte en un accidente automovilístico. Incluso se llegó a armar una página de Face que aseguraba que “Lo vamos a extrañar, pero nunca lo vamos a olvidar” e invitaba a “mostrar vuestra simpatía y condolencias a través de comentarios en esta página”.

Hoy el actor asegura que en el fondo siente que “solo es una persona perezosa que encontró un trabajo que ama y que lo hace trabajar. Sin la comedia soy solo uno más”. Y sí, muchas de sus películas pueden parecer una más, pero cada vez que las enganchamos en la tele, no podemos evitar corear como en los recitales “una más y no jo.. más”.

En "Zoolander", Will Ferrell era Mugatu, un delirante diseñador de moda (The Grosby Group)

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