Con distintos estilos, pero sin duda con mucha personalidad, Guillermina Valdés, Pampita y Jimena Barón son tres mujeres referentes que este 2021 las reunió en el jurado de ShowMatch. Y en este Día de la Madre, Teleshow les propuso un divertido ping pong en el que cuentan las distintas experiencias con sus hijos y hasta se animan a repasar sus propias infancias.
En el caso de Guillermina, Dante, Paloma, Helena y Lolo son quienes la hacen transitar el camino de maternidad; Carolina, por su parte, disfruta este rol gracias a Bautista, Beltrán, Benicio y la pequeña Ana; y Jimena también es una mamá muy presente con Momo, que hoy es un gran protagonista del Instagram de la cantante.
1) ¿Te consideras una madre más permisiva o que pone un poco más de límites?
Guillermina: — En el medio, trato de ser justa y educarlos, y que estén bien, y que sean libres. Es muy difícil el equilibrio y trabajo en eso.
Pampita: — Soy madre malcriadora con todos los chicos, me encanta. Tengo límites claros que son los necesarios y básicos: horarios de ducha, de comida, de dormir, soy exigente con las notas del colegio. Pero después los acompaño en todo lo que decidan y quieran hacer, en eso soy bien compinche.
Jimena: — Las dos cosas, me considero una madre que da muchas licencias y muchos permisos, pero que también a la hora de poner mano firme, pongo los puntos.
2) ¿Colecho sí o no?
Guillermina: — No, porque la experiencia me dice que cuesta un montón sacarlos, entonces yo nunca hice colecho, pero sé que está muy bien para los papás que lo eligen. Cuando eran muy bebitos, un tiempito, pero después trataba de hacer todo el trabajo de ir y volver, quedarme al lado de la cunita, que se duerman y después recién ahí irme. Esa era mi técnica.
Pampita: — Colecho sí, hasta cierta edad, hasta que entremos en la cama. Ana todavía tiene un espacio que nos permite dormir, ya hay otros que los brazos, las piernas, todos era imposible.
Jimena: — Sí. Lo único que sé es que cualquier hijo en algún momento se toma el palo, así que yo aprovecho cuando se queda, lo más que puedo, porque sé que no va a faltar oportunidad de que se independice y vuele como un pajarito, así que lo que él se me acerque, yo lo aprovecho.
3) ¿Cuál fue la peor travesura que hizo alguno de tus hijos?
Guillermina: — Cuando una de mis hijas salió a caminar sin mi permiso. Estábamos en otro país y se perdió, y me llamó perdida y fue tremendo porque nos re asustamos todos, salimos a buscarla y se había escapado del hotel. Lo hizo como un chiste y se perdió. Que se te pierda un hijo es como…es una sensación muy fea.
Pampita: — Me han pintado paredes en algún hotel con una lapicera y me he vuelto loca teniendo que pintar toda la pared o…a ver, tampoco ninguna muy grave. Debería pensar, me las olvidé. No son nada tranquilos igual, se han cortado el pelo solos y han quedado muy tremendos, y he tenido que ir desesperada a la peluquería para que les arreglen un poco eso que era imposible…Son todos traviesos, puede pasar cualquier cosa con cualquiera.
Jimena: — Ahora, fue hace 72 horas. Me dijo que iba a ordenar el cuarto, y le pareció que una buena manera, avalada por su abuela, era sacar absolutamente todo, pero todo. De hecho subí unas historias que era como un depósito…y obviamente era tal el caos que generó, que no lo iba a ordenar. Estuve yo ayer todo el día ordenando el cuarto. Fue terrible lo que hizo.
4) En la crianza de tus hijos, ¿qué tomaste de tu mamá y qué cambiaste?
Guillermina: — Mi mamá fue muy cuidadosa conmigo, con la alimentación, con las elecciones, con los hábitos…y trato de inculcarles eso. Muchas veces no funciona tanto, o no es tan literal como cuando uno dice “bueno, esto está bueno para vos”. Creo que ellos tienen su tránsito y tienen que entender lo que les hace bien y lo que les hace mal, trato de guiarlos. Eso aprendí de mi mamá.
Pampita: — No sé, me parece que cada uno hace su propia maternidad, y además cada hijo, como es distinto, uno es distinto con cada uno. Cada uno tiene distintas atenciones que necesita del otro, así que ahí me voy acoplando a uno, a otro. A uno lo malcrío con la comida, al otro lo malcrío con…no sé, las salidas. Encima tienen diferentes edades, diferentes gustos, tocs, que me voy adaptando. Soy yo la que se adapta a ellos. Además, mi infancia fue totalmente distinta: en el campo, con otra libertad, ahora los chicos tienen doble escolaridad, otras responsabilidades mucho más estrictas.
Jimena: — Mamá siempre nos crió con mucha libertad, con mucho diálogo, son cosas que yo me di cuenta de grande, que me parecieron obvias porque era mi mamá. De grande me di cuenta que no era tan normal y lo valoré mucho más. Y yo con el enano soy igual, hablamos mucho de todo, no hay cosas que no se puedan hablar, no hay algo por lo que yo lo rete que él sienta, le pase, me quiera contar…Y confía mucho en mí, mi vieja confió mucho en mí. Me dejo eso de ser muy responsable de chica, yo trabajaba, pero con esa responsabilidad y libertad depositó mucha confianza también. Yo sentía que me tenía que hacer cargo de que mi mamá confiaba, y es algo que me hizo muy bien. Por ejemplo, cuando te dicen “no, porque quiero hacer tal cosa” y te sale decir “ay, no, pero vas a tirar todo o se te va a romper”…todo eso me acuerdo de mi vieja y freno y le digo “bueno, ok, pará, ese vaso es de cristal, salió un h…, usalo pero cuidalo, no lo rompas”. En vez de ya tirarle la directiva de que “no porque le va a salir mal”, le doy la chance, pero le dijo “ojo, no la pifies”. Y eso es de mi vieja.
5) ¿En qué te cambió en general ser mamá?
Guillermina: — Tiene que ver un poco con poner a un lado los deseos, las necesidades de uno y darle lugar a otra persona, y es un hábito muy lindo porque uno aprende a no ser tan…no sé, a mí me bajó la ansiedad, cultivé la paciencia. A veces es difícil traducirlo porque es una sensación muy interna, pero es un gran aprendizaje.
Pampita: — Me puso los pies en la tierra. Primero que nada te ubica en lo importante, te hace dejar el ego de lado. Vivís a través de la felicidad y los ojos de tus hijos. Ellos siempre son lo más importante y disfrutás de verlos a ellos felices.
Jimena: — Todo me cambió, absolutamente todo. Creo que lo más gráfico y entendible es que dejás de estar vos primero. Morrison atraviesa absolutamente toda mi vida, cada segundo, cada momento, primero pasa por mi hijo y después viene mi vida, mis cosas, cómo estoy yo, cómo me siento. Es un termómetro nuevo, el que tenías antes se cambia y la aguja para estar feliz o no, para estar angustiada o preocupada, es mi hijo. Es lo mejor que me pasó en la vida, siempre lo digo, y mirá que mi vida estaba buenísima...
SEGUIR LEYENDO: