Rolando Rivas, taxista, la novela creada por uno de los más célebres libretistas locales, Alberto Migré, rompió todos los récords de la época en su primera temporada, emitida en 1972 y protagonizada por Claudio García Satur y Soledad Silveyra. Cada capítulo, que se transmitía todos los martes a las 22, paralizaba nuestro país y superaba los 40 puntos de rating. Las recordadas escenas de la pareja de ficción permanecen en el recuerdo de muchos de los espectadores que vivieron con emoción cada episodio de la historia. También los propios actores guardan en sus corazones la experiencia que marcó sus respectivas carreras, y así lo demostró Solita, con las fotos del emotivo reencuentro junto a su coprotagonista.
“Y así pasan los años. Nos adelantamos y comenzamos a festejar los 50 años de Rolando Rivas, taxista, que se cumplirán en el 2022. Una hermosa noche rodeada de amigos”, escribió la actriz, palpitando el quincuagésimo aniversario del estreno, que tuvo lugar el 7 de marzo de 1972 por la pantalla de Canal 13. Además acompañó el posteo de Instagram con un video del encuentro, donde charlan de los tiempos que compartieron como pareja en la televisión. “Ustedes están presenciando algo histórico”, se lo escucha decir a García Satur, mientras Silveyra le muestra con su celular algunos momentos más románticos de la telenovela.
Con la química que los caracteriza presente en el aire, Soledad deslizó un piropo para su compañero: “No era lindo Claudio, era hermoso”. Sonrojado, él recordó las apasionadas miradas que compartían, y la actriz reconoció: “Nadie, nadie nunca me miró como vos”. Durante el encuentro también recibieron una pintura realizada por el actor Fito Yannelli, que imita una de las escenas icónicas de los personajes que interpretaban a Rolando Rivas y su adorada Mónica. Entre risas recordaron varias anécdotas, incluida la versión de que el presidente de facto Alejandro Lanusse cambió de día una reunión de gabinete solo para no perderse la tira.
Cabe recordar que el éxito fue tal que se decidió realizar una segunda temporada en la que Nora Cárpena reemplazó a Silveyra. En este sentido, en mayo último García Satur hizo algunas confesiones en diálogo con Marcela Coronel en Mientras tanto (Mucha Radio, FM 89.5): “A mí me conmueven las historias cuando me pegan en un lugar donde me conecto conmigo mismo. Cuando un ser humano se conecta con tantas cosas a través de una historia, pega de manera fantástica”. Y reveló: “Después de ver el primer capítulo de Rolando Rivas Taxista, Migré me dijo: ‘Esto recién empieza, Claudio. Si esto sigue así, esto va a ser una maravilla y a usted lo van a amar’”.
Respecto al impacto que la historia generó en el público, el actor consideró: “Durante mucho tiempo confundieron realidad y ficción, no porque la gente creyera que yo era taxista, sino por la personalidad del personaje”. Y acerca de cómo se creó el inolvidable protagonista, el actor admitió que había mucho de él en ese personaje: “Yo había hablado mucho con Migré, antes de que él lograra ubicarme junto con la historia. Hablábamos de mis cosas, de mi vida, de mis padres, de mis hermanos, de mis sueños, mi infancia, mis expectativas. De las cosas que un hombre tiene en la vida y quiere lograr. Él me conoció mucho sobre mi vida por eso el personaje vivía en el barrio de Boedo”.
Y evocó una caracterización que pinta una época: “Yo soy muy Boedo, muy barrio, muy pelota en la calle, muy chica contra la pared, bailar boleros, carnaval, disfraces, papel picado, amor en cada esquina si es posible o si no en ninguna. Botella de ginebra, amigos, baile”. Aquella vez también recordó cómo se dio el cambio entre las protagonistas femeninas de una temporada a la otra: “Me enteré el último día de la historia, no con anticipación, de que Soledad estaba dudando. En enero del 73 decidió que se iba, y ya habíamos pasado el último capítulo de la historia”. Emocionado, admitió: “Me pasó que se me iba el amor. Si bien me refiero a la ficción, teníamos un feeling infernal, por más ficción que sea, uno no puede besar con la misma pasión y verdad a quien a uno no le gusta, ni le interesa, ni le pasa por ningún lado, que a quien le pasa por algún lado y por muchos, ¿no? Ella me pasaba por todos lados”.
“Yo me enamoré de Solita, claro que sí. Yo me enamoro siempre. De Nora no, porque era amigo de ella y de Guillermo, era amigo de la pareja”, aclaró. “Siempre cuenta la anécdota Solita de cuando llegamos a Córdoba, nos esperaban 100 automóviles y taxis. Nos pusieron en la fila, parecíamos Perón y Evita. Y ella me dijo: ‘Si no nos volvemos locos ahora, no nos volvemos más’. Yo me salvé. Ella ya era loca de antes”, dijo García Satur entre risas, para graficar el gran éxito de la novela. Sin embargo, destacó cual fue su mayor recompensa al haber interpretado a Rolando Rivas: “Haber sido un protagonista ratifica que soy hombre de mi pueblo, que pertenezco a mi pueblo. Eso me enorgullece enormemente. Me encanta, me da felicidad”.
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