Acompañada por Fabián Doman y Rocío Oliva, Ana Rosenfeld despidió a su marido, Marcelo Frydlewski

En el cementerio de La Tablada, la abogada despidió a su compañero de vida quien falleció en Miami tras una complicación en su cuadro de coronavirus

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La despedida del marido de Ana Rosenfeld en el cementerio de La Tablada
La despedida del marido de Ana Rosenfeld en el cementerio de La Tablada

Ana Rosenfeld le dio el último adiós a su marido, Marcelo Frydlewski quien falleció en Miami tras una complicación en su cuadro de coronavirus. Junto con amigos y familiares, la abogada despidió a su compañero de vida en el cementerio de La Tablada.

Luciana Salazar junto con sus tíos Palito Ortega y Evangelina Salazar, estuvo presente en el funeral. Muy cercana a la familia, la ex participante de La Academia eligió hace tres años a Rosenfeld como madrina de su hija y en las últimas semanas se mostró muy dolida por no poder estar en Estados Unidos acompañando minuto a minuto a su amiga.

Fabián Doman acompañó a Ana Rosenfled
Fabián Doman acompañó a Ana Rosenfled

También se hizo presente Rocío Oliva y Fabián Doman, quien además se encargó de ayudar a la abogada con los papeles en el cementerio, ya que como ella estaba viajando a Buenos Aires, no podía encargarse de ciertos trámites. La ceremonia de despedida estuvo a cargo del rabino Osher Schvetz.

Rocío Olvia acompañó a su amiga Ana Rosenfeld
Rocío Olvia acompañó a su amiga Ana Rosenfeld

Mi corazón está partido al medio y el único consuelo es saber que luchaste hasta que tu cuerpo dijo basta. Nunca te vas a ir de nuestro lado. Me diste el amor que jamás imaginé que existiera. Las palabras de nuestras hijas lo dicen todo”, había escrito Ana en su cuenta de Instagram tras dar a conocer la triste noticia. Desde el primer día de internación le dedicaba a través de las redes mensajes de amor y esperanza a quien la acompaño durante más de 30 años.

El rabino Osher Schvetz estuvo a cargo de la ceremonia
El rabino Osher Schvetz estuvo a cargo de la ceremonia
El adiós de Ana Rosenfeld a su marido (Crédito: Gustavo Gavoti)
El adiós de Ana Rosenfeld a su marido (Crédito: Gustavo Gavoti)

El matrimonio había viajado a Estados Unidos a ver a sus hijas y nietos que viven en Miami y, a mediados de agosto cuando se hisoparon para emprender su regreso a Buenos Aires, dieron positivo de COVID-19. La abogada transitó el virus sin problemas pero su marido tuvo que ser internado por una complicación en su cuadro.

Los días de Ana en Miami, tan cerca pero lejos de él, fueron largos. “Duran más de 24 horas y las semanas se están haciendo eternas”, escribió ella en sur redes a la vez que pedía a todos cadena de oración. Es que además, debido a los protocolos, recién después de los diez días pudo ingresar a la sala de terapia intensiva donde estaba su marido y verlo y al menos darle la mano, mientras tanto, aguardaba el parte médico esperando noticias.

Ella se hizo conocida como “el terror de los maridos” por representar a varias famosas durante sus separaciones. Sin embargo, casi cuatro décadas de amor y compañerismo confirman que la frase poco tenía de autorreferencial. Ana, de 67 años, estuvo 36 años con Marcelo, de su misma edad y empresario, y eran padres de Pamela y Stefi.

Ana Rosenfeld y Marcelo Frydlewski (@ana.rosenfeld)
Ana Rosenfeld y Marcelo Frydlewski (@ana.rosenfeld)

Ambos se conocieron en la facultad cuando ella era muy joven (a los 20 ya se había recibido de abogada), pero en ese momento no pasó nada. Tiempo después, cada uno se casó y, una vez divorciados, se reencontraron. “A los dos años quedé embarazada de Pamela y a los tres, de Stephanie, ellas también son abogadas”, contó hace un tiempo a Infobae.

Siempre compañeros, los viajes eran una de las pasiones que los unía. Además, la pareja solía pasar sus veranos en Punta del Este donde se juntaban con amigos y tenían su propio barco, que fueron armando juntos a su gusto.

Hace tres días, mientras emprendía su regreso al país, junto con una foto de su marido, escribió en las redes como si fuera él quien hablaba: “Gracias por tantos mensajes por tanto cariño a mi familia y a Ana mi amor, mi vida, mi todo. Quiero estar ya volviendo a casa, pero también sé que me espera ocupar otro lugar que no conocía . Que físicamente estaré ahí pero mi alma siempre los cuidara desde donde sea, ya que es Dios quien escribió mi destino”.

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