Este martes por la noche, Mirtha Legrand fue dada de alta luego de doce días de internación en el Sanatorio Mater Dei, luego de que fuera sometida a una intervención quirúrgica en la que le colocaron dos stents. “Queremos informarles que, luego de una reunión entre el médico personal y los profesionales intervinientes del sanatorio, de común acuerdo con su familia, la señora Mirtha Legrand fue dada de alta esta noche. Habiendo logrado su estabilidad clínica, podrá continuar la recuperación en su casa. Agradecemos a todos por las muestras de afecto y respecto durante la internación de Mirtha”, señala el comunicado de la institución médica.
Cabe recordar que la conductora ingresó al centro médico a fin del mes pasado, tras haberse sentido mal en su casa. No había pasado una buena noche y decidió comunicarse con su médico de cabecera, quien se dirigió a su domicilio y le realizó algunos estudios ahí mismo. Al ver el resultado del electrocardiograma, que determinó que había una anomalía cardíaca, el profesional consideró que lo mejor sería trasladarla para que fuera sometida a una serie de análisis cardiológicos más exhaustivos. Esa misma tarde, le realizaron una cinecoronariografía seguida de la colocación de dos stents.
En medio de este contexto, su nieta Juana Viale habló de la salud de la diva en el ciclo La noche de Mirtha para llevar tranquilidad al público: “Hay Mirtha Legrand para rato. Está evolucionado de una manera maravillosa. Quédense tranquilos. Acomodamos un rato las arterias, y listo: canilla libre. Fue un susto, pero no tan susto. Fue progresivo, la llevamos y se hizo los estudios correspondientes. Estuve con ella antes de la internación, divina”.
Además, la actriz develó detalles sobre cómo encontró a su abuela el día que fue a visitarla tras la intervención. Fiel a su estilo, Chiquita “estaba maquillada, diosa, en unidad coronaria, por supuesto también peinada. Era la más bella de la clínica”. Luego, dio algunos detalles de la charla que mantuvieron: “Salió perfecta. Me habló del teatro, porque yo había ido el día anterior, me preguntó cómo me había ido, qué me había parecido la obra. Lúcida, sensible y agradecida con el Mater Dei que la han tratado de una manera maravillosa, no solo a mi abuela sino a todos sus pacientes. ‘Estoy como en un hotel’”.
En agosto pasado, Legrand tuvo su última aparición televisiva cuando le dieron permiso para volver a la conducción, al menos por una noche. “Yo soy grande, señores, soy una señora muy mayor, pero soy vital, me gusta la vida, me gustan mis amigos, disfrutar de la vida. Y estaba tan mal que llamé a un neurólogo. Y le digo: doctor, quiero volver a ser la de antes. ¿Saben qué me dijo? ‘Trabaje, trabaje, trabaje...’. Es la mejor terapia”, agregó la diva, que lució un vestido en tonalidad rosa pastel, uno de los tres vestuarios que había preparado el diseñador Claudio Cosano.
“Qué rara me siento, pero feliz, feliz y contenta. ¿Saben cuántos días estuve encerrada? 300 días, sí señor, sin salir de mi casa, ni al balcón. Eso te altera, no te hace bien, no hace bien al cerebro”, dijo en su discurso cuando abrió su programa. La excusa para su vuelta había sido reemplazar a Juanita que debió permanecer aislada unos días, tras haber viajado a París para acompañar a su hija Ámbar, la joven que se instaló en la capital francesa para estudiar.
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