1. Nació el 18 de abril de 1976. En el documento figura como Lionel Rodrigo de la Serna Chevalie.
2. Su papá es ingeniero industrial y su mamá, profesora de arte. La familia se completa con un hermano. Sus padres están divorciados. Rodrigo creció en Bajo Belgrano.
3. Todas las vacaciones de su infancia y adolescencia las pasó en casa de su abuela en Villa Giardino, Córdoba. Por eso para él es muy importante el contacto con la naturaleza. Conserva dos o tres amigos de su infancia.
4. “Mi abuelo me dice -y yo quiero creerle- que su padre era primo segundo de la madre del Che. De modo que no hay una palabra que defina el parentesco entre él y yo, pero estoy orgulloso de llevar el apellido. De la Serna también fue el último virrey del Perú. Tal vez Ernesto Guevara de la Serna resarció un poco el estigma que llevaba el apellido”. (Metrópolis, octubre, 2005)
5. Solo una vez fantaseó con ser famoso. Tendría 9 o 10 años cuando se cruzó con Federico Luppi en un aeropuerto y pensó: “Qué groso este chabón”. Hoy le interesa mucho más el trabajo que ser conocido.
6. En un acto escolar le tocó hacer de árbol. Su mamá le hizo un traje hermoso de algarrobo. “No era cualquier árbol, tenía un gorrito de lana marrón con hojitas”.
7. De chico cuando se armaban partidos de fútbol siempre iba al arco no por malo sino porque tenía un primo fanático del fútbol, que además era arquero y le enseñó a atajar.
8. Cursó la primaria en el colegio Chester de Belgrano. “No era buen alumno, tenía problemas de disciplina. Era muy inquieto, a partir de tercer grado me empecé a rebelar mucho. Era una escuela muy estricta, bilingüe. Esa especie de resentimiento importante que tengo con lo anglosajón debe venir de ahí, importante después de esa experiencia escolar. Era muy dura”.
9. A los 12 años entró en la Escuela del Caminante. Entre las propuestas había un taller de Periodismo en el que intentó inscribirse pero no quedaba lugar. Se anotó en el de Teatro; el profesor era Alejandro Oliva. Fue con él que descubrió la actuación.
10. Desde los 12 hasta los 19 años estuvo con ese grupo. Realizaban dos o tres obras por año que presentaban en otras escuelas o salas de provincia. Cuando terminó el secundario siguió con el grupo haciendo teatro independiente.
11. Su debut en el teatro fue a los 13 años con una obra de Griselda Gambaro y ante 300 personas.
12. El primer sueldo que recibió fue de 812 pesos. “Fui con toda la plata a un restaurante y me compré unas costillitas de cerdo a la riojana con un vinito. Tenía 18 años. Imaginate, era Gardel “, contó en el programa PH.
13. Trabajaba en una obra del under, Nosferatu, y una de sus compañeras era Malena Guinzburg. A una de las presentaciones fue su padre, el inolvidable Jorge Guinzburg, que enseguida notó el talento de Rodrigo y lo recomendó para un casting.
14. La audición era para el piloto de una serie juvenil, El club del espanto, una especie de Clave de Sol pero con muertos vivos, algo “muy bizarro que le hacía honor a su nombre”, contó Rodrigo.
15. El programa no salió pero el director José Luis Massa quedó tan impresionado que lo llamó para Cibersix, una serie protagonizada por Carolina Pelleritti. Ese fue su debut en televisión.
16. La popularidad le llegó con su personaje en Naranja y media, comedia que protagonizaba Guillermo Francella.
17. La siguiente propuesta mostró por dónde y qué quería de su carrera. Le ofrecieron un coprotagónico en Son o se hacen para Canal 9 o protagonista en Verano del 98. Optó por lo primero. “Siempre elegí lo que me daba menos guita, pero lo que más me gustaba hacer. Uno trata de elegir lo que el corazón le dicta”.
18. Antes de actuar con continuidad trabajó temporalmente en una colonia de vacaciones y fue cajero en un bar de una playa en Punta Mogotes.
19. “A veces creo que tengo talento y a veces siento que soy un ser mediocre. No tenía ciento por ciento decidido ser actor, pero se fue dando y era lo único que iba conmigo. Nunca me planteé hacer otra cosa”. (El espectador, junio, 1999).
20. Asegura que el papel que lo cambió como actor fue en Okupas, dirigida por Bruno Stagnaro, que mostraba a cuatro pibes que vivían en una casa ocupada. Hasta entonces estaba acostumbrado a hacer solo papeles de personajes delirantes, de comedia o desequilibrados. “En Canal 7 nos pagaban dos mangos a cada uno, pero no tuve la menor duda de que iba a funcionar muy bien artísticamente. Tuvimos 0,5 de rating pero la respuesta de la calle hizo que no confiara más en las mediciones”.
21. “Me interesan los proyectos en donde hay que poner algo más que profesionalismo, se da una energía diferente cuando se trabaja para contar una historia que de por sí conmueve en lo personal porque es parte de la historia de todos”. (Sur, abril, 2011).
22. Con timidez, el director Leandro Ipiña lo llamó para que se pusiera en la piel de San Martín para la película Revolución, el cruce de los Andes. Dudaba si el actor aceptaría ya que venía de coprotagonizar la película Diarios de motocicleta. La respuesta del actor fue: “Hacer de San Martín para un actor es el sueño del pibe”.
23. Asegura que el momento más fuerte de esa película fue la arenga antes de la batalla de Chacabuco. “Estar en el caballo, con el traje de San Martín, con cientos de extras mirándome como si fuera el Libertador y que creo que terminaron viéndolo, más por una proyección de ellos hacia mí”.
24. Para el rol de Alberto Granado, el amigo del Che en Diarios de motocicleta, engordó 10 kilos. Por eso suele decir con humor que “se comió la película”. Para aumentar de peso se alimentó con ravioles de ricota con estofado, pizza y helado. Aprendió a manejar una moto muy pesada, a bailar son y mambo con un maestro cubano y también tango. Además, cursó varios seminarios de historia.
25. Cuenta que aprender a bailar lo “desestructuró y soltó”. En la película Inseparables, baila al ritmo de “Bombón asesino”. El fragmento se convirtió en un clásico que circula por chats de mamis o de amigas que se lo mandan en momentos de bajón.
26. Durante mucho tiempo no miraba televisión y eligió vivir lejos de la capital donde nadie lo persigue para sacarse fotos o mostrar su intimidad.
27. “Me gusta el momento en que el público te devuelve algo sobre lo que se trabajó mucho. Ese es el momento de mayor satisfacción del actor. Los aplausos y los abrazos con los compañeros después de las funciones son de las experiencias más fuertes que se pueden tener”. (Hecho en Buenos Aires, noviembre, 2003).
28. En 1988, en Campeones conoció y se enamoró de Érica Rivas. Estuvieron juntos 11 años. Cuando él tenía 23 y ella 25 fueron papás de Miranda. Hasta el nacimiento no quisieron saber el sexo para que fuera sorpresa.
29. El parto fue normal y Miranda nació en la casa de sus papás, que en ese momento vivían en Villa Ortúzar. Estuvieron asistidos por un médico y dos parteras. Rodrigo se encargó de cortar el cordón umbilical.
30. Es hincha de Boca y de chico era habitué de la Bombonera.
31. Diez días antes de viajar al Festival de Cannes, donde Diarios de motocicleta competía por la Palma de Oro, Rodrigo participó en una marcha en Buenos Aires junto a un grupo de aborígenes de Orán que protestaban por la desocupación forzada de sus tierras.
32. Integra un grupo de tango llamado El Yotivenco (conventillo, al revés). Un grupo de música criolla compuesto por Blas Alberti y Fabio Bramuglia en guitarras, Juan Pablo Díaz Hermelo en guitarrón y Rodrigo en voz y cuarta guitarra.
33. Con Yotivenco luego de sus presentaciones solían pasar la gorra, algo que a De la Serna, pese a ser un actor consagrado, no le molestaba.
34. En pleno éxito de Diarios de motocicleta solía ir a distintos bares de a tocar su guitarra acompañado por el músico Juan Pablo Díaz.
35. Comenzó a estudiar guitarra con Gustavo Mozzi, músico de tango y milonga. Lo hizo hasta los 22 años, pero su vida profesional se fue inclinando por la actuación.
36. En el 2002 conoció a Juan Pablo Díaz Hermelo, que le propuso un curioso intercambio. Él le enseñaría tambores y candombe a cambio de que Rodrigo le enseñara todo lo que sabía de actuación. Fue el germen de Yotivenco y la vuelta de la música a la vida de Rodrigo.
37. Presentaban un espectáculo de varieté donde Rodrigo era un cafisho machista recalcitrante y drogadicto.
38. Se declara fan de Julio de Grazia, Eduardo Pavlosky y de la obra de Leonardo Favio.
39. En el 2019, a días a presentarse en el teatro con su espectáculo, Volver en guitarra, Rodrigo y los integrantes de la banda Yotivenco sorprendieron a los pasajeros de la línea D. “Estábamos en Palermo, camino al centro, y era un lío. Había cortes de calle, obras y piquetes así que nos calzamos las violas y fuimos en subte”. En este video se ve ese momento.
40. Le ofrecieron trabajar en Hollywood pero no aceptó. “No quise, tenía a mi hija y a mi mujer viviendo acá. El único que la manejó muy bien ahí fue Gael (García Bernal), después vino (Javier) Bardem, pero por lo general te estigmatizan mucho como latino. Sos el que baila salsa a la noche y de día limpia los baños o el narco que está a punto de bombardear la Casa Blanca para justificar después invasiones a otros países. Es entrar a un juego peligroso. Me llegan todavía castings que vos decís: ‘Loco, estos gringos no pueden hacer esto, basta por favor’”. (Revista Cítrica).
41. Al mismo tiempo que le decía que no a Hollywood, un grupo de jóvenes lo contactó para realizar una movida de cine en los barrios para pasar Diarios de motocicleta. Rodrigo se entusiasmó con la propuesta y se puso a trabajar con ellos en todas las movidas de pintar las escuelas, organizar charlas, proyectar películas y llamar a los invitados. El proyecto autogestivo en el 2009 se convirtió en la ONG Colectivo Cultural y cuyo mayor hito fue la recuperación del viejo cine Gloria de la localidad de Maschwitz.
42. “Mi hija participó y fue clave en la primera asamblea, la que decidió convertir al espacio en un centro cultural. Maschwitz es una localidad del partido de Escobar, cuyo municipio fue gobernado por muchos años por Luis Patti, entonces ‘los colectiveros’ más viejos decían que entrar era usurpar la propiedad privada, había mucho miedo en la asamblea. Me acuerdo que en un momento mi hija levantó la mano, con sus diez años, y dijo: ‘Ustedes tienen mucho miedo, no entiendo por qué, es un cine, queremos hacer un cine, no tiene nada de malo’. Después de esa intervención un poco se inclinó la balanza”.
43. No le gusta salir mucho. Prefiere preparar un asado y reunir amigos en su casa.
44. En su casa no tiene televisor. Solo utiliza la pantalla de la computadora para ver las películas. No mira noticieros. Apenas lee, de vez en cuando, los diarios.
45. Su personaje Palermo, en La Casa de Papel, es un misógino que le costó mucho interpretar. “Hacer la escena del discurso machista. Era horrible decir eso, de verdad; era muy difícil sostener ese discurso hasta con mis compañeros, con los que ya nos conocíamos y había excelente clima de trabajo, era insostenible incluso en los ensayos. Era apretar los dientes. Sabía, además, que si se lograba interpretar el patetismo desde el cual lo estaba haciendo, también estaba denunciando lo patético del discurso. (La nueva mañana, septiembre, 2019).
46. Mientras filmaba La Casa de Papel cada vez que terminaba una secuencia y mucho antes de que nadie dijera “esta es una buena toma” o algo por el estilo, él empezaba a decir “¡Está hecha, está hecha!”. Logró “pegarle” la frase a sus compañeros entonces cada vez que gritaban “corten” todos decían: “¡Está hecha!”.
47. A los españoles les asombraba que a las 7 de la mañana se presentaba en el set con su mate... y no lo soltaba hasta que se iba.
48. El amor para él es un misterio. “Es indefinible, si filósofos y poetas no pudieron definirlo menos lo voy a hacer yo. No sé, es un misterio el amor, el más apasionante y hermoso de todos”.
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