Lucas D’Amario tenía 12 años cuando comenzó a repartir diarios en Arias, un pueblo de nueve mil habitantes ubicado al sureste de la provincia de Córdoba. Veinte años más tarde, el hoy actor consagrado señala: “Fui canillita del diario en el que hace unas semanas fui tapa”.
Es que si bien para los vecinos de la localidad que se encuentra al sur del departamento Marcos Juárez no es novedad verlo triunfar en los medios, su personaje de Jonatan en La 1-5/18 adquirió una popularidad que hasta en las calles de Buenos Aires le remarcan los nuevos fanáticos de la tira de Polka que protagonizan Agustina Cherri, Lali González, Esteban Lamothe y Gonzalo Heredia. Tal es el éxito de la ficción y del papel que le tocó al actor que el diario local decidió destacarlo en su tapa y en aquellos ejemplares que años atrás Lucas repartía junto a dos de sus amigos, Fernando y Germán.
“Fue muy loco”, dice a Teleshow el actor que este domingo cumple 32 años y quien llegó a Buenos Aires hace 10 con el sueño de estudiar teatro y poder vivir de ello. Es que el arte estuvo en su casa desde su infancia: si bien sus padres, Alicia y Carlos, nunca se dedicaron a la actuación de manera profesional -hoy son jubilados, ella fue ama de casa y él trabajó en un banco-, sí lo hacían en actos o celebraciones del pueblo.
La primera vez que Lucas subió a un escenario fue a los siete años y luego de un show que sus padres habían hecho como el dúo Pimpinela. “En mi casa se actuaba y se jugaba. Siempre lo tuve incorporado. Después me di cuenta de que podía trabajar y estudiar”, recuerda quien apostó a su carrera cuando dejó su pueblo natal para mudarse a Capital Federal en búsqueda de su gran sueño.
Hijo único, para Lucas no fue fácil dejar la casa de sus padres. Y para ellos tampoco. Pero lo apoyaron desde un principio, así como también le inculcaron la pasión por el arte y la actuación. Fue así como pasó de vivir en una casa con jardín a un departamento en el barrio de Belgrano que alquiló por internet junto con un amigo: “Empecé a conocer la cuidad dando vueltas a la manzana”.
Su primer trabajo en Buenos Aires fue como vendedor de celulares en la calle. En paralelo estudiaba actuación. Y al año siguiente, en 2013, debutó en televisión en Solamente vos, la tira de Adrián Suar y Natalia Oreiro. “Vamos a meterle, es por acá”, se dijo a sí mismo luego de aquella primera aparición. Y siguió estudiando y perfeccionándose para continuar trabajando de lo que realmente le apasionaba. Sin embargo, entendía que debía seguir generando ingresos fijos porque todavía no viviría de la actuación.
Fue camarero, organizador de eventos, trabajó en el armado y desarmado de esos mismos eventos. Siempre se las rebuscó para tener un dinero extra que se complementara con su rol. Hoy también es productor de teatro y tenía todo organizado para estrenar una obra, pero la pandemia puso en pausa su proyecto. “Tarde o temprano la voy a hacer”, se promete a sí mismo.
Jugó de centro y win en el plantel del club de rugby Los Cardos de Arias. Cuando llegó a Buenos Aires, se hizo un grupo de amigos que defendía la camiseta de San Lorenzo y disputó algunos partidos, pero no de manera oficial. Es que él tenía las prioridades claras y su objetivo era triunfar como actor.
Trabajó en Entre Caníbales (2015), Monzó (2018), y mientras seguía instruyéndose, yendo a castings, produciendo y demás, planeaba los viajes que tanto le gusta hacer para vivir en diferentes ciudades y conocer otras culturas. “Soy de hacer viajes bastante largos”, cuenta quien es hincha de Chacarita y cuya última estadía fue en Brasil, en donde vivió casi un año. Regresó en 2019, antes de que se desatara la pandemia que puso en pausa sus proyectos laborales y también personales.
“Estuve de mochilero recorriendo toda la playa de Brasil, trabajando de lo que iba saliendo: fui malabarista y mimo en la calle. También de camarero. Casi todo por la selva, digamos, no en las ciudades. Me gusta vivir la experiencia de conocer a las personas de cada lugar, sus culturas”, continúa quien aclara que siempre regresa a su país. “Vuelvo para actuar porque es lo que me gusta”.
Lucas hizo el casting de La 1-5/18 en muletas: no porque su personaje lo necesitara sino porque se había quebrado una pierna y aún le faltaba un mes para terminar su recuperación. Sin embargo, no fue un impedimento para poder lucirse a la hora de interpretar a Jonatan. “Él es bastante oscuro. Hace casi todo mal. No lo juzgo, lo disfruto y trato de encontrarle la vuelta y alguna que otra similitud que pueda tener conmigo, pero no son demasiadas”, dice sobre su personaje en la ficción. Para ello, trabajó con una coach actoral. “Le buscamos una vida paralela y tratamos de entender por qué era tan malo”.
Actualmente vive en Palermo. “Ahora tengo verde, que es fundamental”, señala quien está soltero. “Disfruto del presente, laburando en un lugar hermoso con compañeros increíbles. Cuando termine, pensaré a dónde puedo viajar”, agrega el actor que sueña con poder realizar alguna gira por el interior del país y mostrar su talento en su querido Arias.
“Me gustaría mandar un saludo gigantezco a todo Córdoba, y a Arias, en donde viven mis viejos. Espero poder andar por allá con alguna obra”, concluye esta entrevista Lucas D’Amario buscando saludar a aquellos vecinos que lo vieron actuar por primera vez sobre el escenario del club y quienes hoy lo disfrutan todas las noches en La 1-5/18.
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