Con Darío Barassi al mando, cada programa de 100 argentinos dicen es una aventura en sí misma. Hay dos equipos, una serie de preguntas y una dinámica propia del formato, claro está. Pero el histrionismo del conductor deja su sello día a día y lo que ocurre por fuera del libreto suele ser tan interesante como las consignas. Y este jueves no fue la excepción.
Todo ocurrió mientras el equipo de los Durlach respondía de acuerdo a su intuición cuantos argentinos respondían al apodo de “Luli”. En eso estaban, cuando Darío estableció un diálogo habitual con la jefa de piso Luli Latorre y una de sus productoras, la Colo Florencia Gattario, parte del staff de Los Barássitos, quienes conforman el intercambio desopilantes. En esta oportunidad surgió a partir que uno de los participantes nombró a Lucila como respuesta, el mismo que Latorre. “Nombre de...”, inició el conductor. “Borracha”, acotó el participante.
Fue entonces que empezaron los dardos entre Barassi y su equipo. “Vos también”, se escuchó desde detrás de pantalla. “No, yo no estoy escabiando nada. Yo, comida....Como estoy comiendo”, lamentó el conductor. “Engordé el kilo y medio que había bajado”, agregó. Y en ese contexto, hizo mención a una foto de sus años mozos que le había enviado un amigo. “¡Mucha facha! Pasame el celular, la gente quiere ver”, afirmó, y se dirigió hacia el sector de producción.
“Tenía 20 años, mirá lo que es”, señaló Barassi, celular en mano y antes de girarlo para que la cámara lo tome en primer plano. Allí se lo ve en una postal sonriente, con el pelo más largo, unos anteojos y bastante más delgado. Aunque cueste un poco el impacto a simple vista, no hay dudas que se trata de él.
“Mirá lo que es eh, sexy. Ojo, eh. Siempre muestro fotos mías hecho un gordo nabo y acá había un pasado” señaló contento con el recuerdo. Y a continuación, volvió a reírse de sí mismo, uno de sus marcas a la hora de conducir el programa. “Te comiste un contenedor”, le gritó uno de los productores desde detrás de cámara, lo que provocó las carcajadas del conductor. “Soy ocho veces este. Mirá las cejas, y los lentes, y los dientes. Qué lindo estoy”, remató.
En una charla reciente con Teleshow, Barassi se refirió a su relación con el humor negro, al que apela de manera recurrente: “Un saludo a mi padre muerto” o “Mi mamá nos perseguía con la manguera cuando nos portábamos mal”, por ejemplo, temas que para muchos pueden ser incómodos. “El humor es como un aliado en todo sentido, es sanador y facilita todo en la vida y el límite lo pone el otro. Me pasa con los participante en el programa, que si hago algún planteo y no agarran, tengo que tener la cintura suficiente para correrme”.
“En la vida me pasa lo mismo, pero ahí el límite lo pongo yo”, dice quien aprendió a reírse de sí mismo y a través de la risa a hablar de todo. Sucede que muchas veces, sus vivencias también tocan a otras personas, entonces, ¿qué dicen su mamá o sus hermanos cuando hace chistes sobre su padre que falleció cuando tenía cinco años o relata hechos de su infancia? “No sé si ellos tienen la misma filosofía, sí conocen la mía y el tipo de humor que tengo, que lo hago en casa desde que soy chico y me permito hacer humor es porque son temas que tengo elaboradísimos y en un asado con amigos también los charlo así”.
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