1. Nació el 20 de octubre de 1982 en la ciudad de Dolores.
2. En la misma cuadra vivían su abuela y dos tías abuelas. Los domingos recorría sus casas para ver qué habían cocinado. “Una preparaba ñoquis, otra canelones, la última sorrentinos, así que íbamos casa por casa haciendo la previa”.
3. En su casa se comía mucho y bien. En la mesa se servían tres comidas en simultáneo: podía ser una pasta, unos zapallitos rellenos y un pollo al horno. La sopa era infaltable.
4. Su abuela y su mamá, Carmen, son sus grandes referentes de la cocina. Hasta el día de hoy su mamá cocina una torta por día.
5. Con ellas solía mirar Utilísima: le pedían que anotara rápido los ingredientes de los platos.
6. “A mi mamá le gusta mucho la pastelería. En casa, cuando yo volvía de la escuela, siempre había una torta o budín. Era como un mimo que ella me preparaba. Como trabajaba todo el día, se levantaba temprano y de manera exprés, muy rápida, cocinaba. En casa nunca se pidió comida hecha”. (Brando, diciembre, 2020).
7. Lo primero que Betular cocinó fue un pastel que también preparaba su mamá: una torta invertida. Todavía recuerda la receta. “Un ananá de lata con molde acaramelado, bizcochuelo arriba, se cocinaba, se daba vuelta y para mí era lo más glorioso del mundo”.
8. Siempre le gustó hacer cosas con sus manos, por eso para el secundario descartó Bachiller y eligió una escuela técnica.
9. Aunque era muy bueno en química y física nunca se planteó seguir ingeniería o alguna carrera relacionada. Cuando anunció que estudiaría Pastelería, el rector del colegio lo llamó para preguntarle si era algo que realmente se estudiaba.
10. Le gusta mucho dibujar. Para poder preparar un plato siempre debe dibujarlo primero, para cerciorarse que se vea bonito.
11. “Cuando vos diseñás tu postre, lo pensás, bocetás, te fijás si tenés todos los colores en tu colección, buscás los ingredientes, es decir, los procesos son muy parecidos a los de la moda. Es muy divertido, así lo vivimos al hacer nuestra versión dulce de obras de arte de Julio Alan Lepez en una noche que llamamos Duhau Meets Art”.
12. A los 18 años se anotó en el Instituto Argentino de Gastronomía (IAG) porque era donde enseñaba Osvaldo Gross, uno de los cocineros que miraba por televisión. “Por esos años no había comenzado la moda de la pastelería, no tenía el glam que tiene ahora. El rockstar era siempre el cocinero”.
13. Aunque seguía viviendo en Dolores, viajaba dos veces por semana a estudiar a Buenos Aires.
14. Después de clase compraba cinco pollos y practicaba cómo deshuesarlos.
15. Uno de sus trabajos fue en el restaurante Sucre, de Fernando Trocca. “Sabía que entraba a las dos de la tarde, pero nunca a qué hora me iría. Lavaba el piso, la cocina. Por aquel entonces Pamela Villar era mi jefa –chef de pastelería– e, igual que ahora, siempre estaba alentándonos. ¡Y eso que nos mandábamos mil errores! Pero para ella todo era solucionable. Recién ahí el pastelero empezaba a tomar un poco de protagonismo”.
16. Los que lo conocen aseguran que no puede estar quieto: siempre debe estar haciendo o creando algo.
17. Realizó cursos en Nueva York y Londres. También pasó por México y Japón, donde siguió perfeccionándose.
18. Uno de los días más felices de su vida fue cuando lo confirmaron que trabajaría en el Palacio Duhau, y les contó la noticia a sus padres. “Fue hermoso, ellos siempre estuvieron muy presentes y confiaron en mí”.
19. Para lograr el puesto debió armar en una semana, sin ayuda, todo un food show, incluyendo los dulces de la hora del té, panadería italiana, francesa, argentina, huevos de pascua, postres de gala, tortas... Cuando terminó, el equipo completo de liderazgo del hotel probó todo. A las dos semanas le avisaron que estaba contratado.
20. Cocinó para figuras internacionales como Mick Jagger, Will Smith, Emma Watson y Uma Thurman. La reina de Holanda, Máxima Zorreguieta, también ha probado su pastelería. “Obama y Michelle son gente que irradia luz. Él tiene una sonrisa impresionante y parecía un hombre sencillo, caminando por el hotel con su vaso de Starbucks en la mano. Soy cero cholulo, pero tengo que agradecer que trabajo en un lugar en el que puedo estar a dos metros de personas como ellos, que nunca en la vida pensé que iba a conocer”.
21. En 2018, durante las reuniones del G20, le pidieron que cocinara para el ex presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y Xi Jinping, primer mandatario de China. “Un año antes empezamos a trabajar con el servicio de inteligencia norteamericano. El hotel se transformó en la Casa Blanca. Fue un peso muy grande, una experiencia realmente muy impactante. Un día me dicen: ‘Trump y Xi Jinping van a tener acá un encuentro’. Ahí empezó un veloz trabajo de cómo servir, conocer sus protocolos, definir el menú, qué carne elegir... y yo opté por una reversión de un panqueque de dulce de leche para que prueben algo argentino”.
22. Sus primeros pasos en los medios no fueron en la televisión sino en la radio, en el programa La ley de Marley. El conductor quería incorporar a un columnista de cocina y Huberto Tortonese sugirió su nombre.
23. A Tortonese, a quien hoy considera como un hermano, lo conoció hace 15 años en una fiesta de pastas caseras que había organizado Dolli Irigoyen.
24. Mientras se preparaban para grabar Masterchef, Germán Martitegui y Donato de Santis solían “retarlo” porque los incita a comer. “Soy el que pide el tostado, los café con leche”, admite Betular.
25. Se reconoce un obsesivo del orden. En la oficina necesita tener la taza acomodada con la botella de agua, y alineada con el lapicero y el teclado.
26. Su placard es muy geométrico. Tiene por un lado buzos con capucha, sin capucha, con estampa, por color. “Por ahí me agarra la locura y ves algo desordenado, pero dura unos instantes. Creo que es parte de ser pastelero: 325 gramos no es lo mismo que 350 o 300″.
27. De los participantes de Masterchef le quedó un gran vínculo con Leticia Siciliani. “Seguimos hablando, nos adoramos, no nos vemos tanto por todo esto, pero nos adoramos. Y con Lali, que fue de invitada también hablamos. Compartimos dos comidas en lo de Marley, y por Lali, Cande Vetrano. Soy medio un Casi Ángel frustrado”.
28. Cuando lo reconocen en la calle suelen aplaudirlo y desde los autos, le tocan la bocina.
29. “Mientras que uno le pueda dar alegría, aprendan un poco y conozcan nuestro oficio, para mí es misión cumplida. Es la manera de devolver lo que la gente nos ha dado, a mí no me puede molestar que me pidan una foto porque es la misma que se quedó esperando para ver el programa hasta las 22.30 y apoyarnos, entonces esa es la manera de devolverlo. Es parte del paquete”. (Infobae).
30. Con una gran capacidad de mostrar con gestos lo que no puede decir con palabras, sus expresiones se convirtieron en una fábrica de stickers para WhatsApp.
31. “Mi papá se comunica conmigo con mis emojis. Mi mamá me mandó uno... Una vez le dije al director ‘Te amo’ y ahora ella todos los días me dice: ‘¿Cómo estás hijo, todo bien?’, y me manda ese sticker”.
32. Cuando viaja, uno de sus hobbies es comprar bloques de construcción. Armar mundos con esas piezas lo ayuda a relajarse. El Castillo de Hogwarts es uno de sus favoritos. Es fanático de las sagas de Star Wars y de las distintas entregas de Dragon Ball: tiene una gran colección de objetos dedicados a ellos y a otras películas y series, como Toy Story, Los Simpson, Mario Bros, Stranger Things y Los Muppets.
33. Se reconoce “rompepelotas con los perfumes”. Y cuenta: “Las zapatillas y las mochilas son mi debilidad. Si uso un jogging y una remera, busco que sean los mejores. Creo que soy coqueto a mi manera”.
34. Ama la pizza y su preferida es la de jamón y ananá. “Ahora también me encanta la de mortadela que prepara Donato. Y en el Hyatt saben de mis gustos: todas las semanas hacemos un ‘casual friday’ y, desde la cocina, me miman con pizza de masa madre”.
35. “La gente se desvive por los merengues con dulce de leche de las panaderías, que son una cosa seca y polvorienta. Tampoco entiendo cómo les puede gustar el maracuyá o el helado de agua de limón. El helado tiene que ser cremoso y dulce, por eso mis sabores favoritos son chocolate, dulce de leche y crema americana”. (Elle, septiembre, 2019).
36. Su torta de cumpleaños ideal es un simple bizcochuelo de vainilla con dulce de leche, crema chantilly y duraznos. Su postre favorito es ensalada de frutas con helado. “La verdad es que como pastelero soy muy exigente, pero a la hora de comer soy una persona muy fácil de complacer”.
37. “Quería saber cómo había sido tu infancia y cómo fue el momento en el que hablaste de tu orientación sexual con tus padres”, indagó Franco Torchia en su programa de radio en La Once Diez . Sin titubeos, Damián sostuvo: “Yo creo que hay veces en las que hay cosas que tenés que hablar y hay otras que son obvias. En mi casa se dio todo con mucha naturalidad y eso se lo deseo a todos: que tengan padres como los míos. Porque aún con sus defectos me dejaron ser y soy muy feliz”.
38. Le apasionan los artículos de librería y no descarta en un futuro tener un local. Ama comprar cuadernos, fibrones y resaltadores.
39. Es fanático de la realeza. Sabe toda la vida de Lady Di, de los reinados. “Me gusta de cualquier lado: Asia, Europa, de todo”.
40. Un matrimonio de millonarios argentinos le encargó un pastel de boda similar al del casamiento del príncipe Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton. La fiesta era de para 150 invitados y bajo su dirección su equipo elaboró un pastel de 43 pisos con más de 1000 rosas de pastillajes que llevó más de un mes de preparación. “La señora que lo encargó quería una torta similar, con algunos retoques para adecuar la historia de la corona inglesa representada en cada piso, y adaptarla a nuestra tradición”. El precio de este antojo llegó a alcanzar los 7000 dólares.
41. Le gusta leer a Oscar Wilde y ama la gaseosa cola.
42. Uno de los peores días de su vida fue cuando Federico Ferrari, un chef con el que eran grandes amigos, murió en un accidente en el año 2019. “Un día estaba en una reunión y me llaman: ‘¿Podés venir un minuto?’. Ahí fue cuando me dijeron que había muerto en un accidente de tránsito. Mi reacción fue: ‘No puede ser’. Era un tipo maratonista con dos hijos hermosos”, recordó, apesadumbrado, en una charla con Matías Martín.
43. Ese dolor infinito le dejó una gran enseñanza. “Me demostró aún más que todos los días yo me tengo que levantar y tratar de pasarla lo mejor posible. Tratar de ser feliz y si es posible hacer feliz al otro en ese mismo día. Decirlo es fácil, implementarlo muchas veces me es difícil. Pero todos los días trato y lucho por eso. En un segundo no estás más. Por eso disfruto y si se puede hacer feliz a otra persona durante el día, misión cumplida”.
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