Todo éxito televisivo necesita de un guion atrapante, pero también de actores acordes a las circunstancias. Se requiere de un héroe que llame la atención del público, y de un villano que esté a su altura. A grandes rasgos, un poco de todo esto es lo tuvo El Súperagente 86, serie que se emitió entre 1965 y 1970, logrando repercusión mundial.
¿Cómo olvidar a Maxwell Smart, ese agente torpe pero con mucha fortuna a la hora de resolver situaciones complejas? En la misma línea aparecen La 99, su fiel ladera, la más inteligente y capaz de CONTROL, la base que luchaba contra el mal y que tenía al mando a El Jefe.
Del otro lado se encontraba KAOS, una organización criminal cuyo fin era destruir el mundo, acabar con todo lo conocido para volver a fundarlo de la manera que lo creían conveniente. Si bien los agentes que la integraban prácticamente carecían de identidad, no aparecían, sí lo hacía su jefe: Conrad Siegfrid. Se trataba de un malvado despiadado al que no le importaba nada en el afán de llevar adelante su objetivo: capturar al jefe de CONTROL para que de esa manera nadie pueda detener su siniestro misión.
El papel fue llevado adelante por el actor Bernie Kopell, que además era uno de los guionistas de la serie, por lo que no dudó en ponerse del lado de los malos a la hora de repartir los personajes.
Kopell nació el 21 de junio de 1933 en Nueva York, Estados Unidos. Cuando terminó el colegio se inscribió en la Universidad de Nueva York, en la carrera de Bellas Artes, para luego especializarse en Artes Dramáticas. Le tocó hacer el servicio militar, pero se desarrolló como bibliotecario en la Estación Aérea Naval. Sin embargo, entre el 56 y 57, le tocó subirse a un avión de guerra y llevar adelante distintas maniobras bélicas. Incluso estuvo en Guantánamo, Cuba, en pleno conflicto.
Cuando su trabajo militar finalizó, dejó todo y regresó a su ciudad para luego instalarse en Los Ángeles con el fin de empezar a trabajar en la industria del entretenimiento. Un agente lo vio y lo convenció que de que se vaya a esa región para poder tener mayores posibilidades de conseguir buenos papeles y desarrollarse como actor.
Sin embargo, no todo fue tan fácil como Bernie pensó, o como le hicieron creer. Durante un tiempo condujo un taxi y hasta recorrió las calles de unas de las ciudades más glamorosas del mundo vendiendo aspiradoras. El dinero no alcanzaba y tenía que rebuscárselas.
En 1954 tuvo su primera aparición televisiva en la novela The Brighter Day. De gran éxito en radio en años anteriores, fue trasmitida en televisión y causó la misma sensación. A partir de ahí consiguió varios protagónicos, interpretando personajes latinos. Por su labor en su época de militar, había aprendido el castellano a la perfección.
En la década del 60 empezó a cosechar su siembra. Ya con un nombre, fue en busca de su lugar. En 1965 ingresó como actor y guionista en El Superagente 86. Si bien no apareció en todos los capítulos, fueron puntuales y dejó su huella.
A diferencia de otros actores a los que no le fue tan bien luego de que en 1970 la serie llegara a su fin -como a Barbara Feldon o Edward Platt, por ejemplo-, Kopell siguió aumentando su popularidad. Su fama no se extinguió ni se frenó. Lo demostró en The love boat, una serie con tintes románticos que vio la luz en 1977.
A partir de este año empezó a elegir sus trabajos: solo aceptaba protagónicos, o papeles secundarios pero transcendentes. Se permitía sentarse con los guionistas y directores para hacerle retoques a los diálogos, sacarle alguna frase o agregarle una muletilla para favorecerse. En función de lo conseguido, todo esto le fue permitido.
Entre sus roles memorables, además de esas dos series mencionadas, aparecen trabajos como When Things Were Rotten, That Girl, The Doris Day Show y Bewitched, en la que no pasó desapercibo por ponerse en la piel de tres personajes al mismo tiempo, dos de ellos durante toda la temporada y otro que aparecía de manera esporádica.
En cuanto a su vida privada, tuvo varias parejas (como las actrices Celia Whitney y Yolanda Velo), hasta que logró cruzase con el amor de su vida: casó con Catrina Honadle se casaría en 1997, a los 64 años. Con la convivencia llegaron los hijos: Adam (24) y Josh (22).
Su presente lo tiene disfrutando de los escenarios y de los sets de grabación. Con 88 años sigue haciendo de las suyas, memorizando letras para luego desempeñar los distintos papeles que le presentan. En alguna oportunidad remarcó que la actuación es lo que le permite estar vivo y que lo seguirá haciendo hasta el último día. Este año grabó B Positivo, una serie de ocho capítulos. Más allá de seguir con su labor, de un tiempo a esta parte toma trabajos cortos, que no le demanden demasiado tiempo y esfuerzo.
A la par continúa desafiándose en los deportes, jugando al tenis, su gran pasión. Manteniéndose activo para seguir con esa plenitud que siempre tuvo más allá del paso del tiempo. Tiene una gran relación con sus hijos y aprovecha cada instante con ellos, sobre todo en actividades deportivas.
En cuanto a su carrera, participó en más de 30 películas y cien proyectos televisivos, entre series y novelas. La gran mayoría, como fue remarcado, y siempre hablando de los de mayor trascendencia, fueron después de El Superagente 86, su gran bisagra para el despegue. Tal vez porque mientras la mayoría de su ex compañeros renegaron de la fama o se perdieron en el anonimato, Bernie Kopell eligió perseverar.
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