“¿Por qué las mujeres se jubilan 5 años antes que los hombres? ¿Alguien sabe?”, preguntó Germán Martitegui en sus redes sociales sin imaginar que abriría un debate y que su tuit tendría cientos de respuestas, retuits y también agravios ya que lo trataron de “cavernícola”.
Una de las primeras en tomar el guante fue la escritora Florencia Freijó, que explicó: “Porque hay una desigualdad estructural en el acceso de las mujeres al mercado de trabajo, dadas las tareas domésticas que están culturalmente a nuestro cargo. Sí, sos una excepción a la regla y en el tema de la monomaparentalidad falta que se desarrollen muchas políticas públicas. Incluso al aportar menos años, y por la brecha salarial, esos cinco años que se nos conceden, son un chiste. Es urgente terminar con el sesgo de que “tenemos comodidades y privilegios” cuando aún no se logran visualizar todas las desigualdades que atravesamos”.
Además la comunicadora compartió un artículo en el que detalla la situación: “Por qué existe esta prerrogativa, la respuesta la encontramos en los roles de género que tradicionalmente le han sido asignados a las mujeres en lo relativo a las responsabilidades domésticas y familiares, que en la práctica implican una doble jornada laboral”.
Ante el argumento de que los tiempos cambiaron, el texto que compartió Freijó brinda estadísticas que se desprenden de la Encuesta Anual de Hogares Urbanos (EAUH) del INDEC (4) que aseguran que “las mujeres que realizan trabajo no remunerado declaran dedicar en promedio 6,4 horas diarias a las actividades domésticas frente a las 3,4 horas diarias que los varones que lo hacen declaran dedicarle. Además la tasa de participación de las mujeres, es decir las que realizan trabajo doméstico, llega casi al 90%, contra el 58% de los hombres que declara hacerlo”.
“Parece desconocer hoy y siempre las mujeres trabajamos exponencialmente más en la casa, en el cuidado de niñes y adultes mayores y/o discapacidades, en las compras, en la limpieza, aparte del trabajo fuera del hogar. Las horas que trabajamos e incluso la carga de peso, es tremenda”, opinó otra usuaria y el chef retrucó que él hace todo eso en su casa, ya que tiene una familia monoparental y es papá de Lautaro y Lorenzo: “Yo todo eso que vos decís e igual me jubilo 5 años después que vos. ¿Un hombre que cría solo a sus hijos podría jubilarse antes?”.
“Estoy lejos de un cavernícola. Y me puedo hacer preguntas. Ya estamos listos para muchas cosas y para esta pregunta también”, le dijo él a otra usuaria que dijo que con su pregunta le “abría la puerta a un montón de cavernícolas para atacar a las feministas”. Mientras que otra seguidora le dijo que su pregunta estaba mal hecha y que en todo caso el foto debía ponerlo en porqué los hombres tenían que aportar durante cinco años más y no sobre las mujeres.
Alberto Arenas, asesor regional de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y ex ministro de Hacienda de Chile había explicado el año pasado a Infobae: “No en todos los países los hombres y mujeres se jubilan a edades distintas. En la región, en casi la mitad de los países se jubilan a la misma edad. La determinación de edades diferentes surgió con la creación de los primeros sistemas de pensiones en América Latina, que fueron pioneros a principios del siglo XX. En ese momento, la visión que se tenía era que el retiro tenía que ocurrir al mismo tiempo para los matrimonios y entonces, en los años ‘20 o ‘30 del siglo pasado, en las relaciones de parejas los hombres eran casi siempre mayores que las mujeres. Por lo tanto, al poner edades diferentes se generaba es que se jubilaban al mismo tiempo”.
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