Sus difíciles comienzos en la danza y el flechazo con Hernán Piquín: Agustín Barajas, el español que debutará en La Academia

El joven de 33 años tenía pensado quedarse solo unos días de visita en el país para estar con su novio. Pero la propuesta de Marcelo Tinelli para sumarse a ShowMatch cambió sus planes

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Agustín Barajas, el novio de Hernán Piquín que sorprendió a MArcelo Tinelli (Foto: Ramiro Souto)
Agustín Barajas, el novio de Hernán Piquín que sorprendió a MArcelo Tinelli (Foto: Ramiro Souto)

“Me pedían que su novio estuviera en el certamen”. Con esa simple frase, Marcelo Tinelli le consultó a Hernán Piquín la posibilidad de incorporar a La Academia a Agustín Barajas, el español que acababa de llegar al país y que se presentaba por primera vez en el estudio de ShowMatch. De allí en más, todo sucedió muy rápidamente: el conductor le hizo una prueba de baile, hicieron un casting de bailarinas en vivo para definir a su partenaire y ya empezó los ensayos con Loana Ruiz, la elegida. En cuestión de horas, ya no era solo Piquín al que paraban en la calle para saludar cuando salían juntos, sino que a él también lo empezaron a reconocer.

Pero esta no es la primera vez que Agustín pisa un estudio de televisión. En España, el joven de 33 años que es oriundo de Granada también formó parte de Copla, un programa de muchísimo éxito al que se incorporó como bailarín y esa fue su puerta de entrada a poder crear su primera compañía de flamenco, y por supuesto, a la popularidad. Sin embargo, sus comienzos distaron mucho de ser tan fáciles.

—¿Cómo empezó tu pasión por el baile?

—Desde pequeño sentía esa pasión por el mundo del teatro, la danza y entonces como actividad extraescolar le pedí a mi madre que me apuntara a baile, con ocho añitos. A raíz de todo esto, fueron fluyendo las cosas y donde me metieron por casualidad a tomar clase era una cátedra de flamencología, como un estudio universitario que tiene un título profesional. Era la escuela que estaba de paso entre el colegio y mi casa, entonces mi madre decide por comodidad enviarme allí y empecé a hacer teatro que tenía formación de niños. Y con la casualidad que la directora del centro tenía un espectáculo diario en Granada, por lo que empecé a trabajar con 9 años diariamente. Ya con 13 iba de artista invitado, luego fui con 17 años para Madrid a seguir con los estudios de danza y también con los universitarios, porque estudié periodismo también. No logré terminar la carrera, me quedó un año porque decidí sacrificarla para el baile. Había que dedicarle mucho más tiempo al baile, y allí fui a hacer muchos castings, tuve muchos “no”…

El momento en el que Marcelo Tinelli confirmó la incorporación de Agustín Barajas a La Academia (Video: "ShowMatch" - El Trece)

—¿Te frustraste un poco?

—Sí, al principio me comió Madrid, me comió la capital. Eres un bebé con 17 años, llegas con mucha ilusión y te das cuenta que no es todo es todo el color de rosa que parece y que te lo pintan. Es una ciudad grande, con mucha competencia, con gente muy buena, y al principio fue muy duro. Mis padres me decían que estaba un poco loco, por eso también me apoyaron un poco los estudios para no frustrarme. Y entonces decidí, como veía que Madrid estaba muy difícil, irme para Sevilla, que es una capital del flamenco en España. Allí hice un casting para entrar en un Centro de Alto Rendimiento de Baile, me seleccionaron y de ahí por casualidad me llamaron de un programa de televisión.

—¿Cómo era ese programa?

—Era un concurso de cantantes, que también citaban a bailarines. Y al final me quedé yo solo de bailarín con una bailarina acompañando a temas de flamenco. Y ahí estuve 6, 7 años y eso me dio la oportunidad para hacer muchas cosas: fui director artístico del programa, fui coach de bailarines, hice colaboraciones en otro programa, coreografié….Recientemente además he estrenado el cuarto espectáculo, soy el productor y coreógrafo. En España es muy difícil la situación, no es como aquí que hay una posibilidad y una veta en el mundo artístico. La gente reclama aquí mucho teatro, mucha danza, allí hacer una gira como lo que hace Hernán de tirarse meses trabajando de jueves a domingo, eso allí no es posible. Allí se hace a lo mejor tres actuaciones en un teatro y ya está, eso es hacer gira, el volumen de actuación no es el de aquí.

—¿Tu familia te pudo apoyar económicamente?

Me han apoyado psicológicamente y moralmente, pero yo he sido muy independiente. Ser consciente de que si quería algo, me costaba. Siempre he sabido que las puertas de mi casa iban a estar abiertas y que no iba a tener problema. No tenía impedimento, pero tampoco me han dicho “oye, te vamos a pagar unos estudios en Estados Unidos”, porque somos una familia humilde, trabajadores, no nos faltaba pero tampoco sobraba. Entonces para ellos también es un orgullo ver cómo su hijo de la nada sale en televisión, luego construye su compañía, vive del mundo de la danza. Y eso es muy gratificante para mí como hijo. Mi padre es muy tímido y muy pocas veces me ha acompañado, pero se emociona y a mí eso me llena el corazón.

Agustín y Loana hicieron la primera prueba para incorporarse como nueva pareja en La Academia (Foto: Ramiro Souto)
Agustín y Loana hicieron la primera prueba para incorporarse como nueva pareja en La Academia (Foto: Ramiro Souto)

—¿Tuviste que atravesar situaciones difíciles para dedicarte a esto?

Sí, después de la etapa de Madrid, que iba cabizbajo a Sevilla, lógicamente económicamente no tenía recursos y tenía que hacer frente a los gastos. Me tenía que controlar mucho, me hubiera gustado irme los fines de semana a mi casa pero no podía porque no tenía. Prefería quedarme allí para poder mantenerme, entonces no es nada fácil los comienzos. Prefería sacrificar una salida con unos amigos, quedarme en mi casa y poder bailar. Yo preferí sacrificar la vida que tenían mis amigos, que los sigo teniendo porque son un pilar importante en mi vida, pero prefería apostar todo por la danza.

—¿Cómo te llegó el amor con Hernán?

No lo esperaba ni lo buscaba, ni era un momento que yo tenía en mente poder conocer a alguien. Estaba centrado en mi trabajo, aireando porque venía de mucha presión de la tele, necesitaba un stand by y me encontré con una persona que lo vi en el mismo punto que yo. Y eso fue lo que nos hizo conectar. Estaba con mi compañía, lo que pasa es que ahí me llamaron para trabajar en otra que fue la que también llamaron a Hernán para ser invitado, y ahí nos conocimos. Fue un flechazo. Nos conocimos y no nos hemos separado desde entonces, y creo que hubo una química especial, hubo complicidad, cariño, respeto. Y a mí me daba la tranquilidad y la seguridad que necesitaba en ese momento. Y por lo que sé por su parte también.

—¿Ya sabías que él era una persona conocida en Argentina?

Yo no sabía quién era Hernán Piquín, porque allí no es conocido, y no lo supe hasta el mes. Ni me interesaba, a mí me interesaba la persona. Aquí en Argentina se puede tener la visión de que está con alguien conocido, pero para nada, Hernán fue de hecho el que me preguntó a mí cuando me pararon por la calle para hacerse una foto conmigo. Y le dije que era porque yo trabajaba en tele. Y entonces me dice “ah, pues yo también trabajo en tele allí en Argentina”.

Hernán y Agustín, un amor que empezó como un "flechazo" en España (Foto: Ramiro Souto)
Hernán y Agustín, un amor que empezó como un "flechazo" en España (Foto: Ramiro Souto)

—¿Lo googleaste?

Porque él me googleó primero. Me dijo “oye, te he visto que has hecho esto”. “¿Y tú como te has enterado?” “Porque lo he visto por Youtube”. “Ah, entonces me voy a poner a buscar algo acerca de ti”. Y así fue, fue una conversación mientras cenábamos. Pero no me impactó porque yo vengo también del mundo de la televisión, seguimos con una vida normal. Y yo aquí también tengo la vida con Hernán súper normal, para mí Hernán es Hernán, no es Piquín.

—¿Te costó presentarles a tu familia a Hernán?

—No hizo falta porque vino mi madre a una función a vernos, de las que hacíamos conjuntamente, y entonces le dije a mi madre: “Te presento a Hernán, Hernán ella es mi madre” y a las madres no hay que decirles nada, nos conocen con la mirada y también es un hijo querido en mi casa. Y con mi padre exactamente igual. En esa función vino mi madre, mi hermano, la novia de mi hermano…y fue todo natural, no hizo falta presentarlo y decir “él es mi pareja”. A mí me gustan las cosas que fluyan, las cosas de corazón y en nuestra familia saben perfectamente cómo somos, entonces no hace falta dar explicaciones. Soy una persona a la que no le gustan las explicaciones ni las etiquetas, vivo el momento y si es algo bonito, ¿por qué no compartirlo?

—¿Tenés más proyectos de vida con Hernán?

Compramos una casa en España (en Granada) y vivimos allí, lo que pasa es que cuando le surgió esto (ser jurado de ShowMatch) en ese momento le dije: “Hernán, no te lo pienses, yo te apoyo”. Los artistas estamos hechos de una fibra especial porque nos despegamos mucho de la gente a la que queremos, sabemos que ese es el inconveniente que tiene nuestro trabajo. Tienes que separarte, echar de menos, sacrificar muchas cosas de tu vida hasta que llega un momento en el que te estabilizas. Creo que a Hernán le queda poco para que se estabilice también, por toda la trayectoria que tiene y su persona necesita ya también bajar. Yo le dije que lo apoyaba y lo iría a visitar. La visita se demoró porque cerraron las fronteras, yo venía en junio, me cancelaron tres veces el vuelo, hasta esta vez.

Agustín Barajas y Hernán Piquín comenzaron su relación hace tres años
Agustín Barajas y Hernán Piquín comenzaron su relación hace tres años

—¿Es muy difícil el amor a distancia, no?

Para mí es difícil, porque yo soy una persona muy cariñosa, y me gusta que sean cariñosos conmigo, soy muy de piel con piel, de mirar a los ojos. Necesito eso, pero gracias a la tecnología ha sido un poquito más fácil. Pero sí es cierto que necesitaba abrazar a esa persona y compartir cosas y hacer el día a día. Yo tengo el proyecto de compartir con Hernán todo lo posible, todo lo que podamos.

—¿Con Registro Civil incluido?

—Sí, ¿por qué no? Yo soy romántico, y él era más antes…Pero yo soy muy detallista y me gusta que las cosas que marcan la vida sean detallistas. Si tiene que surgir, surgirá. Yo he dejado todo por Hernán, aquí me vine hace dos años y dejé mi trabajo, me llamaron para protagonizar dos obras en Madrid y yo me vine para acá por Hernán, yo aposté por la relación y porque había algo que me decía que si quería ser feliz, tenía que intentar darle todo lo mejor a esa persona.

—¿Qué expectativas tenés para este certamen?

—Muchas, porque estoy muy agradecido que me den como bailarín esta oportunidad inesperada. No es una pretensión para nada, de hecho yo venía con una maleta pequeña. Pero soy competitivo y de hecho estoy ahora mosqueado conmigo mismo porque no me sale como yo quiero. Lo quiero hacer lo mejor posible.

—¿Te vas a sumar al chat de participantes?

—Me enterado de que hay un chat y sí me gustaría, soy participante. Tengo mi favorito, pero no siempre ganan los mejores. En la televisión es entretener a la gente, darle carisma, contarle historias, entonces por eso no siempre gana el mejor. La televisión es mostrar una persona que llega al corazón de todo el público, eso es lo más importante, y será quien gane.

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