Miguel Ángel Solá criticó duramente a Marcelo Tinelli, Mirtha Legrand y Susana Giménez, a quienes trató de “imbéciles”. Fue en el marco de una entrevista en la que el actor reflexionaba sobre la situación actual de la Argentina y en la que hacía referencia al analfabetismo y la falta de gobernantes idóneos.
“Argentina nunca fue un pueblo idiota pero ahora lo esta pareciendo y eso es muy grave”, comenzó el actor en diálogo con Andrea Chiarello en el ciclo de UCL TV, Mamás felices que adelantaron en El Rum Rum del Espectáculo, de Crónica Tv ya que el programa original con la nota completa al artista aún no fue emitido.
En dicho fragmento, Solá explica: “Argentina fue un pueblo instruido que en el 67 tenia 3500 salas de teatro y cine. Había 17 millones de habitantes y que el 25 por ciento de la población consumía cultura. Tenía entre un 3 y 6 por ciento de analfabetismo y mirá la situación de hoy que roza el 40 por ciento de analfabetismo, los límites de pobreza mas agraviantes para el ser humano, donde la droga, la prostitución, la violencia es un caldo de todos los días y eso hay que revertirlo”.
En ese momento, la conductora lo interrumpió para decirle que es la gente quien elige a las autoridades, a lo que él dio su punto de vista: “El pueblo elige entre lo que le dan a elegir, es una democracia formal, pero no creativa, que vaya buscando a los mejores de cada rubro para hacer un gobierno, siguen haciendo la lista sábana con la cantidad de ñoquis, gente que busca enriquecerse y va empobreciendo el bolsillo, el cerebro y el corazón de la gente, ese es el problema argentino, hoy que sí se puede revertir. Si la buena gente, capaz, idónea, luchadora se junta para pelear contra esa basura”.
“Sino vamos a seguir escuchando, ‘no sabés lo que es la policía de la provincia’, ‘lo que son los servicios....’, pero no de la capacidad de los argentinos para crear”, dijo y siguió en referencia a tras de las figuras máximas de la televisión desde hace más de tres décadas: “Vamos a escuchando al imbécil de (Marcelo) Tinelli, a la imbécil de Mirtha Legrand, la imbécil de Ssusanita (Susana Giménez), a los imbéciles que mandan toda la información del país, durante 45 años están mandando esa información”.
El actor de ficciones como Nosotros y los miedos, Atreverse, Alta Comedia, Un gallo para Esculapio y La Leona, tiene 71 años y vive en España donde trabaja desde fines de los ochenta, de manera intermitente con Argentina. El año pasado había escrito una Carta Abierta en la que contaba sobre la difícil situación que viven él y sus colegas de uno y otro lado del Atlántico.
“Soy Miguel Ángel Solá. Nací el 14 de mayo 1950. En 1970 me estrené como actor, hasta hoy, 2020. Llevo cincuenta años sobre las tablas y frente a cámaras y micrófonos”, comenzó y siguió: “Estoy sin trabajo y sin posibilidades de conseguirlo. Mis representantes, aquí y allá, no me dejan mentir, ya que ofrecen mis servicios a todas horas, a todas las productoras, directores de casting, directores de series y cine, canales de aire y novedosas plataformas. No hay trabajo para mí. Sólo para unos pocos ‘adolescentes’ cuyas ‘trama’ escriben guionistas que han olvidado con creces la adolescencia”.
“En la España de hoy es ‘follar todos con todos’ y en la Argentina de hoy, lo mismo pero con el verbo ‘coger’, siempre y cuándo de adolescentes con adolescentes se trate, y, en esos mundos, no pincho ni corto, aunque me pregunte (y pida a mis representantes que pregunten por mí a los que reparten el trabajo)”, agregó haciendo referencia a los pocos papeles que hay en las ficciones para la gente de su edad.
Luego cerró repasando algunos hitos de su carrera: “He sido fuente de inspiración para muchos autores. He hecho ganar mucho dinero a productores y empresarios. No está mal. He sido nominado como Mejor Actor en más de doscientas oportunidades. No está mal. Centenares de críticas a lo largo de estos cincuenta años de trabajo se refieren a mí como un gran actor, o como un actor imprescindible. En ocasiones se me ha resaltado como ejemplo a seguir. No está mal. Lo único que está muy mal es que, pese a todo eso -o debido a todo eso-, no pueda conseguir trabajo. Ni aquí ni allá. Sí: eso no está bien. Está mal. Muy mal...”.
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