Algunas personas cuentan que han tenido experiencias paranormales, como es el caso de la asesora de imagen Matilda Blanco, quien confesó recientemente que vive con el espíritu de una mujer en su casa. “Es un alma buena”, explicó la ex jurado del reality Corte y Confección.
“Yo creo en lo sobrenatural y bastante, tuve unas situaciones paranormales acá en mi casa porque acá vivía una pianista”, señaló la mujer en una entrevista con el periodista Juan Etchegoyen en Mitre Live. Luego, agregó: “En oportunidades vimos que se movían cosas y había sonidos. Los gatos miraban a un lugar y no sabía que miraban, sentí que era esa persona, a mí me gusta mucho la música, los conciertos y el piano, sentimos que era una maestra de piano que está acá y nos cuida”.
Asimismo, Blanco aseguró que se trata de “alguien que es luz y está todo bien”. Y aclaró no sentir miedo de convivir con una presencia: “Esta mujer era muy querida, no me da miedo porque yo me voy a dormir con mis perros y gatos. Estoy muy cuidada y duermo custodiada”. Por último, explicó: “En el mismo lugar donde ella tenía su piano, sentí un perfume antiguo. Como de esos perfumes de antes, de talquito. Sentí ese perfume pero realmente creo que es alguien inofensivo”.
Por otra parte, Matilda ha pasado por momentos muy duros a lo largo de su vida personal como cuando secuestraron a su padre en 1978 durante la última dictadura militar. Ella vivía junto a sus padres y su hermano menor en La Plata cuando una noche, cerca de las cuatro de la madrugada, se llevaron a su papá. “Mi hermano y yo éramos muy chicos, por eso no nos querían contar mucho. Pero fue tremendo no solo por ese momento tan violento, sino por la falta. No sé a cuántas personas les pasó lo que me pasó a mí. Y puedo decir que tuvo un final feliz porque lo encontramos y pudo volver”, recordó en PH, Podemos Hablar, el programa conducido por Andy Kusnetzoff en Telefe.
Sin poder evitar las lágrimas al evocar aquellos años tan difíciles, recordó que, afortunadamente, un día llegaron las buenas noticias a su hogar: “Nos avisaron que iba a volver. Nos llamó un familiar nuestro y nos dijo que lo soltaron: ‘Está acá, va a volver a casa’. Fue una cosa terrible porque era como el amado y el desconocido. Estuvo secuestrado y torturado. La verdad que fue un tiempo difícil porque no podíamos sacarle nada, no podíamos hablar, no podía contar nada. Pasó mucho tiempo…”.
Entre sus recuerdos, destaca la emoción de su abuelo al reencontrarse con su hijo: “Volvió distinto pero enseguida lo reconocimos. Fue muy tremendo el abrazo, fue muy tremendo mi abuelo… Él era sastre, yo le debo todo”. Tuvo que pasar un tiempo para que cicatricen las heridas pero la asesora de imagen se mostró orgullosa de haber podido pasar tantos años junto a él, “haciendo pan dulce en Navidad”, y compartiendo el amor por los animales.
“Pudo recomponerse y muchos años después murió de cáncer. El cáncer estaba muy pegado a su corazón, y para mí tenía mucho que ver, pero lo pudimos disfrutar, abrazar, besar y escuchar. Porque era un tipo que daba muchos consejos, un hombre muy positivo. Él hizo de todo, trabajó con mi abuelo mucho tiempo, fue comerciante… De joven, en realidad, trabajó en una embajada, por eso viajábamos mucho. Es parte de mi historia”, concluyó Blanco, con lágrimas de emoción y orgullo.
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