“Hay mujeres que necesitan ser violadas para tener sexo”, dijo Gustavo Cordera en el 2016 en una charla que brindó en una clase de una facultad de producción audiovisual. Por sus dichos, tuvo que realizar una probation que concluyó en agosto del año pasado por “incitación pública a la violencia colectiva contra grupos de personas o instituciones”.
Tras haber estrenado su nuevo material Cuerpo, mente y alma y a días de regresar a los escenarios, el ex Bersuit Vergarabat habló con Ernesto Tenembaum en Radio con Vos sobre aquel episodio por el que fue procesado en la Justicia y a raíz del cual tuvo que suspender presentaciones. “Fue perfecto para mi vida, correcto, una fractura importante para que empiece a forjarme como ser humano, como hombre”, dijo.
En referencia a los dichos en el 2016 en la conferencia de TEA Imagen, agregó: “Independientemente de lo que dije, la ingenuidad de decirlo en un contexto inadecuado, no fue el problema el contenido de lo que dije, sino haberlo dicho” y se defendió argumentando que todo estaba en los libros de piscología: “En ese momento abrí los ojos, comencé a abrir los ojos, comencé a entender el mundo que se venía, comencé a forjarme interiormente porque el afuera era muy hostil, tan desagradable para mí, toda esa omnipotencia y ese amor incondicional de la gente se había transformado en otra cosa y entonces como el afuera era tan agresivo y hostil hacia mí, no me quedó otro lugar que habitar dentro mío. Era el único lugar para seguir vivo y era un lugar que venía esquivando hacía mucho tiempo”.
“En ese habitarme interiormente me parí, morí y volví a nacer” dijo y agregó que en el momento que ocurrió todo tuvo una “reencarnación” y explicó que se trataba de un nuevo ser que tiene cosas del anterior por sanar, pero que siente que tuvo una nueva vida: “Agradezco, una mirada más honesta. Me di cuenta que el afuera era una ilusión, que si busco algo afuera es por distracción y que el amor que uno no se brinda así mismo no lo puede encontrar en ningún lado. Nadie puede darte ese amor. Nos pasamos la vida reclamando reconocimiento y amor siendo que es algo que no vamos a encontrar nunca”.
Luego aseguró que “la libertad es algo que se ejerce, no se reclama”, mismo que la salud: “Yo no entendía que la salud es algo que uno cultiva consigo mismo como el amor. Eso lo aprendí y lo sentí. Lo experimenté en carne propia, estando solo en mi casa, donde mi familia no me soportaba, tuve que comenzar a lamer mis heridas. Lo lindo de perderlo todo es que hacés las cosas de adentro ya que tenés nada más que perder. Eso para un artista es una gran posibilidad”.
En ese sentido, dijo que en su trabajo Cuerpo, alma y mente se “refundó” como artista: “Vos las escuchas y no creés que las hizo un tipo de 60 años. Son procesos que se fueron desarrollando a lo largo de mi vida y que los expresé con honestidad. Mi niño interior fue liberado y más después de la pandemia”.
En su charla en TEA por la que fue criticado, se refirió a que había rockeros que teníán sexo con menores. Al ser consultado sobre si se había enojado por ser criticado por contarlo, dijo que no: “Yo era un reflejo de mi sombra y no hubiera sido juzgado si previamente no era yo el que juzgaba y a mi mismo y juzgué muchísimo y todo me volvió, es el equilibrio que genera el karma, si yo hubiera suido una persona que no juzgaba, seguro no hubiera pasado eso. No tuve por qué enojarme”.
Sin embargo, admitió que hubo algo que lo puso mal: “Lo que más dolor me causó fue en en ese momento La caravana mágica tenía 30 conciertos con entradas vendidas, yo y mis compañeros estábamos logrando cumplir un sueño que yo rompí en pedazos y eso me dolió, esas personas necesitaron trabajar y hacer otras cosas para sobrevivir, no están hoy conmigo y ese es mi gran dolor. Lo que le hice a mis compañeros y a mi familia me cuesta perdonarme”.
“Mi familia siempre me tuvo miedo y mis amigos también porque puede pasar cualquier problema conmigo, soy una persona extrovertida y honesta con mi niño, no tengo filtro y esto fue un aprendizaje para controlar a ese niño y que no me haga daño, sin encerrarlo”, y dijo que su problema fue “hablar demás y no poder callar”, cosa que es “romántica para el rock” pero “perjudicial” para él y su entorno.
Sobre los shows que tuvo que suspender, dijo: “La cultura de la cancelación es una una ingeniería social y psicológica. Quien piensa que los artistas tenemos que tener el mismo comportamiento que un juez o que un político se equivoca. Nosotros albergamos adentro nuestro a toda la humanidad en los aspecto más sublimes y oscuros. Me permito ser todo lo humano que hay dentro mío. Desde un criminal hasta una persona que puede dar la vida por amor, ambos están juntos adentro mío. Uno integra todos esos mundos cuando hace arte. Tiene algo adentro y lo expresa para dejar espacio interior de limpieza y equilibrio y le da a quienes escuchan la posibilidad también de sanar”.
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