Nació con un papa ya muy famoso, pero aun así, Candela Ruggeri supo hacerse su propio camino en el medio. A tal punto que, con un perfil bajísimo y a fuerza de talento y disciplina, logró convertirse en una de las participantes más virtuosas de La Academia, el certamen que conduce Marcelo Tinelli en El Trece.
En el verano de 2015 Cande fue convocada para un desfile que hizo la Revista Gente en Mar del Plata y de allí en más no paró: fue tapa de esa revista y ese fue el puntapié inicial para incorporarse al Bailando de ese año. “Me llamó el productor enmascarado, y me dijo que me quería hacer un casting para Este es el show, para ver si quería entrar al Bailando. Y ahí quedé, fue todo como muy seguido”, comenta en diálogo con Teleshow desde los Estudios Baires.
—¿Cómo estás viviendo este año tu participación en ShowMatch?
—Increíble, este ya es el tercero y me encanta, cada vez que me llaman es hermoso. Con Nico (Fleitas, su bailarín) estamos aprendiendo todos los días un ritmo distinto, y este año también en los duelos se tienen que hacer cosas totalmente diferentes, así que es un doble desafío, hay que ponerle mucho esfuerzo.
—¿Estás en el “sindicato de participantes” que lidera Rocío Marengo?
—Sí, obvio que sí (risas). Se pica un poco cuando estamos todos juntos en la sentencia, cara a cara. Pasó cuando pusieron a Karina La Princesita de jurado, me preguntaron si yo lo haría, y sería rarísimo, estar ahí juzgando a mis compañeros ¿Qué nota le ponés? Yo creo que Kari fue re justa, pero siento que de alguna manera, creo que también está compitiendo. En el fondo, fondo….bueno, es re malo lo que voy a decir, pero no sé si quiere que le vaya mal al otro, pero sí que le vaya bien a uno. Entonces, poniéndole puntaje a tus compañeros, es raro. Pero bueno, entiendo que si se lo propusieron, no va a decir que no.
—¿Siempre tuviste en claro que querías ser modelo?
—Sí, eso siempre. Empecé a los 15 y era la primera que ganaba plata entre mis amigas, ganaba por decirte, 200 pesos. Yo estaba feliz. Pero además, cuando salí del colegio estudié diseño de indumentaria, hice un curso de carteras. Les pedí a mis papás que me compren una máquina de coser, y ahí arranqué a hacerlas desde los 17, 18 años. Tenía una marca que se llamaba Cale mía porque mi mamá me decía así. Se las hacía a mis amigas, a mis familiares, era algo muy chiquitito. Fue un emprendimiento que empezó en el sótano de mi casa y después creció. En un momento mis hermanas me dijeron: “che, ¿y si lo hacemos entre nosotras?”. Y ahí empezó Ruggeri Bags, que hoy creció un montón.
—Me imagino que no debe haber sido fácil tener un papá tan famoso ¿Alguna vez le recriminaste la exposición o el hecho de que viajara tanto por su trabajo?
—No, la exposición de mi papá es de muy chiquitita, íbamos a comer afuera y ya le pedían una foto, un autógrafo, me acostumbré un poco. Para mí tenía un trabajo normal, pero le recriminé siempre que no llegó a mi parto, no llegó justo cuando nací entonces siempre le decía “che, pa, ¿no querés comprarme un jean? Mirá que no llegaste a mi parto”. Siempre lo amenazaba con eso, entonces su respuesta era “bueno, dale, vamos”, siempre le terminaba ganando. Por eso bailó conmigo en mi segundo Bailando y me dijo: “voy a bailar, pero nunca más en la vida me podés decir que llegué tarde a tu parto, esa carta no me la jugás más”.
—Si bien siempre tuviste un perfil muy bajo, recuerdo que ese año tuviste un conflicto con Fede Bal, al que acusaste de bajarte de una obra y tu papá salió a defenderte…
—Ay, fue hace mucho tiempo…nunca más me lo crucé. Hubo cosas que no me gustaron porque, a ver, yo voy a hablar de mí, no voy a hablar de nadie en particular, pero siento que el karma es muy sabio y cuando hacés las cosas bien y trabajás sin pisar ninguna cabeza, siento que de alguna manera la vida te recompensa todo eso.
—¿Te molesta cuando tu papá sale a defenderte tan enérgicamente?
—No, creo que yo haría lo mismo por mis futuros hijos. Es mi papá y le sale así. En ese momento me defendía porque estábamos acá bailando juntos y por ahí salían a decir cosas que no eran ciertas o no le gustaban porque me veía llorando. Pero ahora ya está, en ese momento tenía 22, ya ahora no lo necesito más, estoy casi pisando los 30.
—Por tu papá, me imagino que habrás tenido contacto desde chica con la familia Maradona, ¿con Dalma y Giannina tenés relación?
—Sí, mi mamá es amiga de Claudia, de vez en cuando se juntan todas las mujeres del 86 a comer. Y con Dalma y Giannina, de chiquitita venían a casa y jugábamos, tengo la mejor con ellas dos. No somos amigas, pero cada vez que nos cruzamos, la mejor.
—Cuando fue la muerte de Diego, ¿les mandaste algún mensaje?
—Le mandé un mensaje a Dalma, que es con la que más tenía relación o me la cruzaba por ahí en eventos. En ese momento imagínate, es tan duro lo que les pasó…era un mínimo gesto que podía hacer.
—Me imagino que viste muy mal también a tu papá ese día…
—Sí, porque fue algo que sintió muy cercano, tenían la misma edad, la misma carrera, ganaron juntos la Copa del Mundo. Fue muy importante Maradona para mi papá, entonces obvio que sí. Es duro, fue un par para él, muy amigo, ellos pasaron Navidades juntos en España, compartieron muchas cosas, las familias, había un cariño muy especial.
—Sé que es un tema muy delicado, pero ¿seguís teniendo contacto con la familia de Santi Vázquez (fue novia del hermano de Nicolás que falleció en 2016)?
—Sí, hablamos seguido con Mirta, la mamá, hablamos un montón. Son personas que en un momento fueron mi familia, así que esas cosas no se pueden cortar de un día para el otro. Yo le tengo un aprecio muy grande a toda la familia. Fueron 7 años, éramos chicos, fue mi primer noviecito.
—Cuando fue el derrumbe en Miami, ¿te comunicaste con Nico?
—Cuando se calmaron un poco las aguas, le mandé mensaje a la mamá, a la hermana, a Nico, a todos, obvio que sí, porque fue tremendo lo que les pasó. Cuando pasan esas cosas, es lindo el afecto de las personas, y de los seres queridos que están alrededor. Compartí muy lindos momentos con toda la familia, así que yo a ellos les tengo un cariño muy lindo y cada vez que hablamos o cruzamos palabras, es con este amor.
—¿Cómo estás con Nicolás Maccari, tu novio?
—Bien, feliz, es lo más bueno del mundo. Encontré un equilibrio muy lindo con él. Vuelvo a casa y me baja, es como mi cable a tierra, me equilibra un montón. Y me apoya, que es lo más importante. Yo vengo acá a bailar y me pongo la ropa que quiero, salgo como quiero, hago las coreos sin problemas. Por eso siento cuando me dicen “se nota que te vamos más segura”. Siento que va un poco de la mano, más confiada en mí misma.
—¿Cómo lo conociste?
—Me lo presentó Jose Sarkany (una de las hijas de Ricky Sarkany), que fue al colegio con él y además ella es amiga mía. Una vez fui a hacer las fotos de Sarkany Friends, y me dijo “¿vos estás sola?” y yo le dije: “no, no quiero que me presentes a nadie”, estaba negada al amor y justo apareció. Las cosas cuando tienen que suceder, suceden.
—¿Por qué no querías saber nada con el amor? ¿Habías cortado una relación reciente?
—No, pero estaba como medio dolida de personas que me hicieron muy mal y no coincidimos con parejas, pero llegó en un momento lindo, me hizo bien.
—¿Siempre fuiste como Susanita, de querer armar tu familia?
—De muy chiquitita sí, pero ya llegó un punto que les dije “papá y mamá, ustedes están juntos de toda la vida, pero yo no quiero lo mismo”. Así que fui como la ovejita negra de la familia, cortando un poco los lazos. En un momento no quería saber nada, pero hoy estoy como “si tiene que suceder, que suceda”. No pienso planear nada, si fluye todo como viene siendo, creo que en un futuro sí, pero no lo quiero ni decir, que la vida me sorprenda.
—¿Tenés proyectos a futuro?
—Bueno, obvio que quiero ganar La Academia. Pero además soy muy acuariana, cambio todo el tiempo. Ahora estoy en Con amigos así, con el Pollo Álvarez, es algo que me gusta un montón. Le estoy poniendo ganas a eso. Hay que dejar que todo fluya.
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