The Rocky Horror Picture Show es la definición misma de película de culto. Se basa en el musical teatral de Richard O’Brien estrenado en 1973. Sin embargo, la película, de 1975, no tuvo la repercusión esperada en su estreno. Pasó sin pena de gloria por las salas masivas, pero el boca a boca fue generando un fenómeno superior a cualquier otro conocido hasta la fecha. El estudio había invertido mucho dinero y no lo pudo recuperar en un comienzo, aunque al convertirse en una película de culto, terminó llevando más espectadores que muchos grandes éxitos de esa época.
Pero, ¿qué es una película de culto? Se les llama así a los filmes que son venerados por un público no muy numeroso pero sí muy fiel, que una y otra vez asiste a las funciones, consume productos relacionados y genera un universo de usos y costumbres vinculados con la producción. Muchas veces son películas rechazadas en su estreno por ser poco convencionales o polémicas, pero que poco a poco son reconocidas por una platea leal que termina llamando la atención de otros espectadores y especialistas, lo que las puede convertir en clásicos de la historia del cine. The Rocky Horror Picture Show es el mejor ejemplo de cine de culto que existe: debajo de la definición de este tipo de películas, verán siempre una foto de este filme.
Es un musical que homenajea y parodia al cine de ciencia ficción y terror de las décadas del 30 y el 40, más específicamente las producciones del estudio RKO. No se trata de un musical clásico sino más bien de una ópera marcada por el glam rock, género musical que brilló en Gran Bretaña durante los 70. Ambigüedad sexual, androginia y travestismo marcan el lado estético de los músicos de aquellos años, siendo David Bowie el más talentoso y conocido. La película va un poco más allá y vista hoy queda claro que fue adelantada a su tiempo por varias décadas.
The Rocky Horror Picture Show comienza con un criminólogo narrando la historia de una pareja recién comprometida, Brad Majors (Barry Bostwicky) y Janet Weiss (Susan Sarandon), quienes se quedan con su auto en medio de una tormenta y buscan refugio en un castillo cercano. Allí encuentran a un grupo de personas extrañas y extravagantes reunidas para la Convención Anual de Transilvania. El líder es el Dr. Frank-N-Furter (Tim Curry), un científico travesti que arrastrará a la pareja a su mundo, mientras les enseña su creación: Rocky Horror, un atractivo joven rubio más cercano a un adonis nazi que a la criatura de Frankenstein. La osadía de este musical encaja con algunas ideas de la época, pero el mundo del cine no tuvo otro filme parecido por muchos años.
Las canciones, las actuaciones y toda la historia se transformaron en un creciente amor por parte de admiradores en todo el mundo. Mientras la obra de teatro daba la vuelta al planeta, la película empezaba su camino hacia el culto inagotable que llega hasta la actualidad. No solo los espectadores concurrían a cada proyección y se aprendían de memoria las canciones -como suele ocurrir con muchos musicales- sino que empezaban a cantarlas durante la función y a ensayar, en cada nueva exhibición, una interacción con la película que no tiene otro ejemplo tan extremo en toda la historia. Nacía un culto que hoy es un evento artístico en sí mismo.
Las clásicas funciones de viernes o sábado por la noche han sido el refugio de muchos espectadores que encontraron un lugar de pertenencia en una época donde la diversidad no era lo que es ahora. A las funciones suelen asistir actores disfrazados que actúan la película delante de la pantalla, incluso se realizan concursos para ver quiénes son los que mejor logran los personajes. Pero no termina ahí: con el tiempo se fue volviendo costumbre llevar objetos para interactuar desde la platea. A veces la sala provee los objetos, pero en general son los espectadores quienes los llevan. Quien vaya a estas funciones debe saber que se explotarán globos, se tirarán rollos de papel higiénico, así como también arroz, papel picado y agua. Linternas y matracas forman parte del equipo básico. Todas saben en qué escena deben usarlas.
En varias salas del mundo la película se sigue exhibiendo desde la década del 70, 46 años después de su estreno, y cada función se llena. Se estima que la suma de todas esas funciones hace que la taquilla actual de la película sea casi cien veces su costo inicial de producción. Incluso en el 2020, durante la pandemia, se podía ver a los fans con barbijos en las funciones de la película. Cerca de Halloween, The Rocky Horror Picture Show exhibe en más cines, sumando aún más espectadores. Hoy hay otras películas y series que están marcadas por el riesgo, la libertad y la locura de este clásico de 1975 que es un monumento al cine de culto y el amor por las películas que se salen de las reglas.
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