El lunes pasadas las 22.00 comenzó La 1-5/18 la primera ficción en televisión abierta post pandemia. Con Agustina Cherri, Lali González, Gonzalo Heredia y Esteban Lamothe como protagonistas, la nueva tira de Polka hizo 14 puntos de rating en su primera emisión. Sin embargo, las críticas a la historia, que transcurre en un barrio humilde no tardaron en llegar.
Agustina Cherri interpreta a Lola, una joven madre viuda a quien sus padres echaron de su casa en Devoto cuando quedó embarazada y que junto con sus vecinas lucha por sacar la droga del barrio. Respecto a los comentarios negativos que puede haber recibido, dijo que “es parte del juego” y que trata de no indagar en ellos.
“Lola no nació en ese barrio, se criticó que sea una cheta de Devoto, es parte del guion, yo soy una actriz que interpreta. La historia es increíble, es difícil generar tantos vínculos”, dijo elogiando el trabajo de los autores Jessica Valls, Lily Ann Martin y Marcelo Nacci en diálogo con Mitre Live.
“Dicen que queremos romantizar la pobreza, hay tanto comentario tremendo, como que al vivir en una villa uno debería estar con la ropa sucia o rota, no entiendo el concepto, pero entiendo que la gente que agrede u opina de ese lugar es gente que jamás ha ido a una villa o barrio humilde donde la gente es limpia y pulcra. Lola es un personaje que vi en muchos lugares, trabajo en varios comedores y vi muchas Lolas y estoy contenta con el trabajo que estamos haciendo”, cerró al respecto.
Previo al estreno, en diálogo con Teleshow había contado sobre cómo se preparó para su personaje: “En algún punto yo tengo mucho de ella: hago bastante trabajo social con la fundación, tengo mucho contacto y estoy en los comedores, sobre todo con las mujeres que llevan adelante estos espacios en donde a veces sin ayuda, uniéndose entre ellas, hacen milagros y maravillas. Es como la fuerza femenina del barrio. Me parecía súper interesante porque la mayoría de las veces que se han contado historias de estos barrios siempre la mirada estuvo puesta en el hombre y qué es lo que sucede con ellos dentro de estos barrios. Y el rol que ocupan las mujeres es impresionante”.
“Acá está contado desde la visión femenina: está bueno ver lo que genera la mujer ahí adentro. Hay algo femenino en las Madres del Dolor, las mujeres que vienen de trabajar y se ponen a cocinar para darle de comer a los pibes que no tienen la posibilidad de comer, las mujeres que luchan con el vecino. Es una ficción y el marco del barrio es simplemente eso. Acá tenemos la posibilidad de contar temas actuales, algo que en la sociedad no existe, que está ese barrio como cualquier otro”, explicó.
Además, atenta a que podría haber críticas como efectivamente las hubo, aclaró: “A veces está bueno dar visibilidad a las cosas que pasan desde una ficción, pero no es un documental: es una novela situada en este barrio. Está bueno destacar eso porque sino se pone el ojo en cómo es, si es así o no. Y la realidad es que eso solo lo puede decir la gente que vive en estos barrios”.
Para eso, contó también que estuvieron en el barrio: “Hablamos con la gente, nos recibieron. Están felices de que se cuente la historia de ellos. Se sienten muy identificados, nos guían, nos aconsejan. Filmar ahí es una experiencia realmente maravillosa. Además, muchos del barrio 31 actúan en la novela con personajes fijos, otros hacen de extras. Tienen mucha expectativa y quieren ver la novela”.
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