Agustina Cherri palpita el debut de La 1-5/18, la primera ficción en pandemia: “Abrazar a alguien era raro, ¡ni te digo besar!”

La actriz protagoniza la nueva tira de Polka que estrena el lunes a las 22 por El Trece. En una charla íntima con Teleshow cuenta cómo fue volver a trabajar en plena segunda ola del coronavirus y los protocolos que mantienen. Además, del costado artístico de sus hijos con Gastón Pauls: “Muna quiere ser cantante y Nilo estudia cine”

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Agustina Cherri interpreta a Lola en "La 1-5/18" (Prensa El Trece )
Agustina Cherri interpreta a Lola en "La 1-5/18" (Prensa El Trece )

La cita es a las 10:30. Agustina Cherri empezó muy temprano la jornada de grabación de La 1-5/18 y aprovecha un bache de dos escenas en las que no le toca participar para recibir a Teleshow desde su camarín de los estudios Baires, en Don Torcuato, en donde se montó el barrio -en una escenografía de 300 metros cuadrados- en la que transcurre la ficción que debuta el lunes a las 22 por la pantalla de El Trece. La nota pautada es por videollamada, adaptada a los protocolos por la pandemia del coronavirus. Del otro lado de la pantalla, la actriz revuelve un café y acomoda un paquete de cereal.

Cruzando la puerta del camarín, siguiendo el pasillo de la productora se encuentra con un majestuoso estudio en el que se graban escenas con sol, con nubes y hasta con lluvia. “Es una locura lo que han hecho”, destaca Agustina sobre la tira que protagoniza junto a Gonzalo Heredia y Esteban Lamothe y que marca el regreso de Polka en la producción nacional.

Cherri era parte de Separadas, la ficción que se levantó en plena pandemia -en marzo 2021- y que no se pudo continuar. “Quedó inconclusa”, admite la actriz que en aquel momento se despidió de la productora y no volvió a tener contacto hasta el verano pasado, cuando recibió un llamado de un allegado a Adrián Suar. “Estamos con intenciones de volver. Si hacemos algo, ¿vos estarías? ¿Tenés ganas?”, escuchó Agustina del otro lado del teléfono. El sí fue rotundo. Apenas tres días después la llamó el productor y comenzaron a hablar del proyecto.

Agustina Cherri, a solas con Teleshow, palpita el debut de "La 1-5/18"

—¿Qué analizaste cuando te convocaron? ¿Cómo manejar la situación familiar, con tus hijos todavía estudiando de manera virtual? ¿Y qué te pasaba con respecto a la situación sanitaria?

—El tema a nivel familiar no me asusta porque siempre le encuentro la vuelta. Mis hijos están acostumbrados a que la mamá trabaja. Y sanitariamente todos teníamos la incertidumbre de cómo sería, pero la verdad es que el protocolo es impecable. El riesgo está, no podemos escapar, pero uno se siente cuidado: tenemos una burbuja, nos hisopan prácticamente todos los días, nos hacen test de antígenos, esterilizan todo el tiempo, usamos barbijos cuando no grabamos. Está hecho para que nada suceda, y es así como se está logrando porque venimos perfecto.

—¿Vos cómo atravesaste la pandemia?

—Tuve momentos. Como todos, supongo, pasé por todos los estados: paranoica mal, que todo es peligro; después me relajé un poco. Estar en casa no me molestó. Tengo armado un microclima que me hizo pasarla bien, mas allá de la incertidumbre que vivimos todos. Pero no podría quejarme y decir que la pasé mal. Tuve la suerte de que familiarmente lo pudimos llevar, los chicos se fueron adaptando. Salir de casa era raro, abrazar a alguien también, ¡ni te digo besar! Uno se desacostumbró al contacto, al abrazo. Pero es parte del trabajo y de saber que estamos bien cuidados.

—¿Cómo fue esa primera conversación para hacer La 1-5/18?

—Las charlas fueron en el verano. Empezamos a hablar, empezaron a llegarme las primeras versiones de los libros. En la primera medida, de hecho, me dio el libro y me dijo “leelo, fíjate qué personaje te gusta. Quiero que estés”. A las dos semanas me llama y me dice “no leas todos los personajes, quiero que seas Lola”. Viste como son las cosas, que todo va sucediendo a medida que un guion empieza a tomar forma.

—Y a vos, cuando te dieron a elegir, ¿te había gustado el personaje de Lola?

—Había algo que me pasa con el personaje de Rita -que tenía la posibilidad de hacerlo, y es el que hoy interpreta Lali González-, que es hermoso: es una historia hermosa y obvio amaba a Rita, pero ella en algún punto se pegaba un poco a lo que yo había hecho en Los ricos no piden permiso. Algunas cositas. Eso era lo que me alejaba de Rita, porque ese personaje es una bomba. Y también tenía que Lola es algo que yo no hice habitualmente, que tiene unas aristas distintas que me permitieron jugar a algo que todavía no había jugado: siempre en las tiras de Adrián, y sobre todo en la novela o culebrón yo soy la heroína que llora y sufre. No va a ser la excepción, todos sufrimos y lloramos porque justamente es un melodrama, pero Lola tiene una impronta distinta a lo que yo venía haciendo.

El tráiler de La 1-5/18, la nueva ficción de Polka

—¿Cómo fue volver a abrazar o besar a alguien después de un año y medio manteniendo distancia social hasta con tus seres queridos?

—¡Raro! ¡Raro para todos! Hasta para los técnicos que veían las escenas. Abrazos y contacto directo hay desde el primer capítulo. Todo el tiempo estamos cerca porque la novela transcurre en un mundo sin pandemia. Al principio era todo más raro, ahora estamos acostumbrados y relajados. Era extraño volver a abrazar a alguien. Aunque eso solo sucede en el estudio cuando se graba. Después cada uno está con barbijo y mantenemos distancia.

—Es muy curioso porque volviste a abrazar a tus compañeros antes que a amigos o familiares.

—Totalmente. Es así. Aparte es gracioso porque cuando llegamos nos saludamos con puño, mantenemos distancia, pasamos letra con barbijo puesto. Y de repente, nos sacamos todo, empezamos a grabar y en la escena toca un abrazo.

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—¿Ya tenías ganas de volver a trabajar cuando te convocaron?

—Sí, yo trabajo desde muy chica y tampoco sé estar en mi casa sin trabajo. Me empieza a generar un vacío existencia. Trabajé toda mi vida. Y más allá de mantenerse entretenido tiene que ver con lo que a uno le gusta. Extrañaba Polka, los pasillos, a los técnicos. Tenía muchas ganas de volver.

—¿Qué hiciste desde terminaste Separadas hasta que volviste a grabar esta nueva tira?

—Traté de abocarme mucho a cosas que me gustan hacer y hago habitualmente con poco tiempo, apurada y en huecos. Empecé a disfrutar. Me gusta cocinar, me dediqué a eso, a probar recetas, también se vuelve un entretenimiento para los chicos. Tenemos nuestra huerta. Todo eso se hizo en cámara lenta para aprovechar y llenar los días de algo que nos gusta hacer. Las redes sociales me ayudan mucho y seguí trabajando con distintas empresas y campañas. Lo que, en algún punto, convierte en una obligación para hacer. Aproveché para estar con los chicos: escuchar a Muna, que hace recitales enteros en casa, compartí con Nilo, que estudia cine y lo ayudé a hacer cortos.

Agustina Cherri es madre de Muna y Nilo (de su relación anterior con Gastón Pauls) y Alba (de su pareja con Tomás Vera)
Agustina Cherri es madre de Muna y Nilo (de su relación anterior con Gastón Pauls) y Alba (de su pareja con Tomás Vera)

—¿Estudia cine en el colegio?

—En Cineastas del Futuro, una escuela para niños y adolescentes. ¡Está copadísimo! Ama el cine, tiene un criterio muy interesante, el de un niño de nueve años, mientras que nosotros lo vemos desde otro lugar. Él sabe todo: entiende de planos, me acompaña a grabar, le gusta, edita, escribe sus guiones. Está por ese camino. También es una manera de que ya que los chicos tienen tanta tecnología en la mano la pueden usar desde un lugar creativo.

—Ya desde chicos están seguros de lo que quieren y su futuro, sin dudas, está en los medios. De alguna manera están siguiendo tus pasos. ¿Qué les decís al respecto?

—Muna ya está: quiere esto y lo tiene clarísimo. A Nilo también le gusta actuar. Estudia cine porque es un abanico de cosas que aprende, le interesa eso, no es que me dijo que quiere ser director de cine. Pero algo en los medios va a ser seguro. Está viendo qué es lo que más le gusta.

—¿Y qué pasaría si les surgiera alguna propuesta a esta edad? ¿Hablaron con Gastón sobre esa posibilidad?

—Muna es una nena que tiene muy en claro lo que quiere. Ha recibido cualquier propuesta que te puedas imaginar. Pero no tiene apuro, está muy metida con lo que quiere hacer, que es cantar. Quiere grabar un disco con sus canciones. La ha llamado una de las discográficas más grande del mundo para grabar, pero ella dijo que no, que hasta no terminar sus canciones no va a grabar nada. Con el padre todo el tiempo nos consultamos absolutamente todo para, con nuestra experiencia, decidir qué es lo mejor. Hasta que ella no haga lo que tenga ganas de hacer se dirá que no. Es una chica que se prepara, estudia guitarra, piano, canto, va a un estudio y graba, va a tener su canal de YouTube, de Spotify. Arranca un nuevo mundo, se toma su tiempo y nadie la apura, no es tan ansiosa, hasta que no esté segura no va a salir. Pueden pasar tres meses o dos años.

—Y cuando eso suceda, ustedes estarán preparados para acompañarla.

—Y, sí. Ya no nos queda otra. Con el papá teníamos un recurso de amparo y hasta hace poco no se le conocía la cara. Un día ella, con casi 11 años, en una charla con el papá y conmigo nos dijo: “Hasta acá llegó el recurso de amparo. Yo me preparé, estudié y quiero mostrar lo que sé. Les agradezco que me hayan cuidado, pero ahora me quiero mostrar”. Fue una decisión muy de ella. Atrás vino Nilo, así que ahora muestro la cara de los dos menos de Albita, que la seguimos cuidando porque es chiquita.

—¿Lo decidiste siguiendo la misma idea que habías tomado con Muna y Nilo?

—El día que se le muestre la cara va a ser como con mis otros dos hijos: va a ser una decisión de ella. Mientras sea chiquita y no sea cociente de la exposición que puede tener porque yo muestre su cara, prefiero preservarla. Igual, algo va a querer hacer de chiquita. Pero quiero que sea una decisión de ella y no algo impuesto de que la reconozcan en la calle. Hasta a los 10 años, Muna caminaba por la calle y nadie sabía quién era. Hoy la reconocen.

Agustina Cherri, siguiendo los protocolos sanitarios para la industria audiovisual
Agustina Cherri, siguiendo los protocolos sanitarios para la industria audiovisual

—Volvamos a Lola. ¿Cómo te preparaste para componer tu personaje?

—En algún punto yo tengo mucho de ella: hago bastante trabajo social con la fundación, tengo mucho contacto y estoy en los comedores, sobre todo con las mujeres que llevan adelante estos espacios en donde a veces sin ayuda, uniéndose entre ellas, hacen milagros y maravillas. Es como la fuerza femenina del barrio. Me parecía súper interesante porque la mayoría de las veces que se han contado historias de estos barrios siempre la mirada estuvo puesta en el hombre y qué es lo que sucede con ellos dentro de estos barrios. Y el rol que ocupan las mujeres es impresionante. Acá está contado desde la visión femenina: está bueno ver lo que genera la mujer ahí adentro. Hay algo femenino en las Madres del Dolor, las mujeres que vienen de trabajar y se ponen a cocinar para darle de comer a los pibes que no tienen la posibilidad de comer, las mujeres que luchan con el vecino. Es una ficción y el marco del barrio es simplemente eso. Acá tenemos la posibilidad de contar temas actuales, algo que en la sociedad no existe, que está ese barrio como cualquier otro. A veces está bueno dar visibilidad a las cosas que pasan desde una ficción, pero no es un documental: es una novela situada en este barrio. Está bueno destacar eso porque sino se pone el ojo en cómo es, si es así o no. Y la realidad es que eso solo lo puede decir la gente que vive en estos barrios.

—¿Conocieron el barrio? ¿Se reunieron con los vecinos?

—Por supuesto que estuvimos ahí, hablamos con la gente, nos recibieron. Están felices de que se cuente la historia de ellos. Se sienten muy identificados, nos guían, nos aconsejan. Filmar ahí es una experiencia realmente maravillosa. Además, muchos del barrio 31 actúan en la novela con personajes fijos, otros hacen de extras. Tienen mucha expectativa y quieren ver la novela.

Esteban Lamothe, Gonzalo Heredia y Agustina Cherri, el trío protagónico de La 1-5/18
Esteban Lamothe, Gonzalo Heredia y Agustina Cherri, el trío protagónico de La 1-5/18

—¿Qué significa para vos volver a tener a Gonzalo Heredia como compañero?

—Es un poco lo que hablábamos antes entre las cosas que una analiza. Cuando me llamaron fue importante saber quiénes iban a ser mis compañeros y compañeras porque son muchas horas de grabación. Estamos más tiempo acá que en nuestras cosas. Me dijeron Gonzalo y era una tranquilidad, lo conozco hace muchos años, tenemos confianza, sé cómo trabaja. Con Esteban no había trabajado nunca, no lo conocía tampoco. Así que la llamé a Juli Zylberberg y le dije “hablame de tu ex” porque no tenía ni idea, y me quedé sorprendidísima para bien: es divino, muy comprometido, responsable. Yo soy muy disciplinada y tenía miedo de que llegara tarde o se olvidara la letra. Pero no tengo nada para decir.

—¿Le das importancia a los rumores que los vinculan con Gonzalo?

—No hay mucho para aclarar. Está todo bien, son un poco las reglas del juego, estamos todo el tiempo juntos, grabando 12 horas, hacemos de pareja: es la conclusión más fácil. Pero está todo bien con él, con Esteban también se armó un quilombo porque se decía que estaba separado. Está todo bien, todo sigue igual, cada uno con lo suyo.

—No es algo que amerite volver a tu casa y tener que aclararle nada a tu pareja.

—¡Ni me preguntó! Por eso te digo: no le dan importancia.

—Entonces, menos que menos, hay que hablar con las parejas de ellos.

—No hay necesidad de esas cosas. Si con tantos años trabajando todos todavía no entendimos cómo es esto, estaríamos en problemas. Estamos todos enfocados en el estreno del lunes y no en que se desvíe la información hacia otro lugar porque tampoco creo que sumen estas cosas a un lanzamiento histórico para la televisión argentina. ¿Cuánto tiempo hace que no hay ficción nacional? De esta ficción dependen muchas familias. Polka vuelve a trabajar después de un parate en que casi desaparece y está acá produciendo una tira que no existe. Hay que apoyar el trabajo de la ficción argentina. Es parte del trabajo en equipo.

Después de media hora de charla, Agustina Cherri toma el café que se había preparado antes de la entrevista, come el cereal que quedó al lado del dispositivo mediante el cual realizó la videollamada y ya está lista para regresar al set de grabación y volver a ponerse en la piel de Lola, una de las mujeres fuertes de la historia de La 1-5/18: líder, carismática, de carácter enérgico, alegre e impulsivo y siempre dice lo que piensa. Se recibió de maestra y es madre de Cristian (Eliam Pico), un adolescente que sueña con ser futbolista.

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