Mario Guerci, íntimo: la insólita anécdota con Susana Giménez, sus profesiones desconocidas y el desafío de estar en ShowMatch

En diálogo con Teleshow, el modelo también habló de las propuestas indecentes que recibe, la relación con su hijo Mirko, y además contó que de más chico no paraba un minuto. “Me desgarré las dos piernas del cansancio que tenía”, confesó

"Tenía más miedo conmigo bailando, más que lo mediático", confesó Mario Guerci sobre su participación en ShowMatch (Foto: Ramiro Souto)

A simple vista, Mario Guerci carga con el prejuicio de ser solo una “cara bonita”. Pero eso es para quienes sólo conocen su carrera como modelo, que comenzó en su Rosario natal, pero explotó hacia fines de los 90 de la mano de Pancho Dotto cuando decidió instalarse en Buenos Aires.

Arranqué con un desfile en el colegio para juntar fondos para viajar. Yo tenía 17 y ahí me vio Oscar Fernández Fini, que es un amigo de Rosario que tiene una agencia y me dijo ´vos tenés que ser modelo, yo te doy una beca para que estés en mi escuela´“, recuerda en diálogo con Teleshow, justo después de hacer la “pasada de piso” de la coreografía que en pocas horas se verá en vivo en ShowMatch, programa en el que hoy se luce con su bailarina, Soledad Bayona.

De espíritu inquieto, nunca pudo hacer sólo una cosa a la vez. Mientras trabajaba como modelo, justo antes de venir a la “ciudad de la furia”, comenzó a estudiar abogacía y no conforme con eso, también empezó a practicar salto en alto, disciplina que lo llevó a competir a nivel nacional y a representar al país en el Campeonato Sudamericano de Atletismo. “Tres cosas al mismo tiempo, una locura, pero cuando sos joven tenés el hambre, las fuerzas y las ganas. Había hecho dos años de abogacía en Rosario, y me dieron una beca para vivir en el CENARD -Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo -, que tiene un hotel. Me vine un poco por eso, pero también fue la excusa para laburar de modelo en Buenos Aires”, cuenta.

Mario Guerci mostró su destreza en salto en alto en ShowMatch (Foto: Ramiro Souto)

Su rutina diaria era agotadora. “Entrenaba a las 8 de la mañana, y a las 6 de la tarde, y en el medio, me tomaba el (colectivo) 29 ahí en Larralde y Libertador y me iba a la agencia de Pancho Dotto y empecé a estudiar también actuación”, enumera casi sin poder creer que fue él mismo el que hizo todas esas actividades.

Como si fuera poco, hizo malabares para terminar la carrera de Derecho. “El año que me vine acá, me iba lunes y martes a Rosario a cursar, me volvía el martes a la noche y estaba hasta el domingo en Buenos Aires. Ese año aprobé pocas materias, no pude con eso y me desgarré las dos piernas del cansancio que tenía”, relata. Por eso, tomó la decisión de finalmente terminar la cursada en la Universidad de Belgrano.

—¿Ejerciste en algún momento?

—Ejercí y ejerzo. Tengo un socio que es el doctor Tomás Zwank, y hacemos civil y comercial, y algunos temitas de todo lo que es derecho de publicidad, que primero son cosas que me tocaban a mí porque muchas veces las marcas dejan tu imagen fuera de término, entonces empecé a aprender eso por temas míos. Y además mucha gente de mi rubro que tenía problemas me decía “che, me están usando en tal marca sin permiso” y bueno, empezamos a atender esos casos y ahí estamos.

—¿Cuándo fue el momento en el que decidiste que ibas a dejar el deporte? Porque en algún momento, tenías que elegir...

—En un momento, ya había saltado 2,12 en salto en alto, y salí subcampeón en el Sudamericano, ya estaba en bastante lindo nivel, y me pasó que ya para mejorar, tenía que dejar todo lo demás. Porque cuando hacés deporte de alto rendimiento, te implica que tenés que entrenar a la mañana y después descansar para volver a entrenar, y yo no descansaba: iba a los desfiles, hacía publicidades y después ya estaba cansado.

—¿Te costó al principio el ambiente del modelaje, los egos?

—No, porque es un laburo que acá en Argentina es 80% de las mujeres, y otro 20% de los hombres, o menos…en el hombre hay competencia, pero es más de camaradería, nos conocemos todos, somos todos amigos los varones que laburamos en esto. No hay robo de ropa, clavada de alfileres, nada raro. De Hernán (Drago), por ejemplo, soy amigo, compañero, tenemos la mejor, no nos hablamos todos los días, pero tenemos una relación de 20 años de laburar, hemos viajado juntos a miles de lugares.

"Hay propuestas indecentes de todo tipo, de mujeres, de hombres, de parejas", se sincera Mario Guerci

—Él siempre cuenta lo de las propuestas medio raras…

—Sí, pasa siempre, propuestas sobre todo de sexo, confunden el tema de que uno labure con su cuerpo con otra cosa que no tiene nada que ver, pero bueno, es así. Hay propuestas indecentes de todo tipo, de mujeres, de hombres, de parejas. Por eso hay que tener cintura y no enojarse.

—¿Te costó aceptar la propuesta de ShowMatch?

Tenía más miedo conmigo bailando, más que lo mediático. No es lo mío el baile, pero este año empecé el 28 de enero con Corte y Confección, que ya fue formato reality, y eso me fue poniendo un poquito en práctica con el día a día de la tele en vivo y bueno, una cosa derivó en la otra, porque al ser la misma productora, me fui abriendo caminito ahí y un día pasó el Chato (Prada) caminando con unos ejecutivos y me dice “che, ¿cómo te ves bailando?”. Me tiró la fichita y dije “no sé, pero aprendo rápido”, y después se dio. Es un ritmo tremendo, uno no se imagina hasta que no está adentro, siempre te lo dicen. Yo estaba en Corte….con Xime Capristo, con la Negra Callejón y Anita Martínez que habían estado, y las tres me dijeron lo mismo: “Hacé todo, matate, pero no te lastimes”, y lo primero que hice fue caerme en unos rollers en el primer duelo y me rompí un ligamento en la muñeca, y desde la semana 1 del certamen estoy con la muñeca lastimada, que no puedo ni lavar los platos. Entonces todo lo hago de puño, como un gorila, tengo todas ampollas en los puños.

Mario Guerci y Soledad Bayona lograron una química increíble en ShowMatch (Foto: Ramiro Souto)

Sin dudas, uno de los trabajos que también lo tiene más entusiasmado es su participación en Maradona, sueño bendito, la serie de Amazon que se estrena a fines de octubre y en la que interpreta a Jorge Taiana, actual pareja de Claudia Villafañe.

—¿Hablaste con Taiana?

—No pude, nos mandamos unos mensajes, hablé con Claudia…

—Ella está bastante molesta con el tema de la serie…

—A Claudia la encontré en el Teatro Seminari de Escobar, hace dos años más o menos. Y le digo: “Claudia, yo hago de Jorge en la serie”. Es una divina, me dijo: “a pesar de estar en contra, ya saben cómo es mi postura, yo a ustedes los banco, yo hablé con Julieta Cardinali que me contó que hace mi personaje, y la verdad es que ustedes son actores y tienen que laburar, y no se van a poner a ver si corresponde o no el guión, el libreto. Me encanta que vos seas porque sos divino”. En un momento, me dice “vení, que vamos a saludar a Susana (Giménez)”, había mucho ruido, y me dice “ah, está divino el lugar”. Y yo le digo: “Si, la verdad que parece Punta del Este, Miami”, en joda, y Claudia le dice “No, Susana, pero no es Jorge, es Mario Guerci”. “Sí, Susana, yo estuve en tu programa, fui Mister Primavera”, le digo, y se cagaba de risa, viste que no sabés si lo hace a propósito o en chiste. Pero somos parecidos, y claro, me vio al lado de Claudia, en plena noche, con poca luz y dijo “éste es Jorge”.

—¿Te gustó hacer el papel?

—Sí, está bueno, me encanta. Lo que más me gusta a mí es actuar, estoy agradecido de haber laburado de modelo 20 años, pero actuar me encanta porque es otro desafío, siempre podés buscar más cosas nuevas. El laburo de modelo está buenísimo, pero ya en un momento no hay una nueva búsqueda.

En el plano personal, es papá de Mirko, que hoy ya tiene 10 años y es su orgullo. “Tenemos una relación hermosa, es lo mejor que me pasó, lo que me ata al mundo más que ninguna otra cosa, lo único por lo que hoy digo ´no quiero que me pase nada´. Me hizo muy bien porque salís de tu propio ego, de tu encierro, de que la vida sos vos y de que las cosas que te parecían importantes son pavadas, y te das cuenta que otro ser depende de vos”, se sincera.

Mario Guerci y su hijo Mirko, que hoy tiene 10 años

De hecho, la cuarentena de marzo de 2020 lo encontró con él, casi en el medio de la nada. “A mí me gusta mucho ir al campo y tengo un caballo en un pensionado, a 60 kilómetros, y estábamos justo ahí, porque habíamos ido a pasar tres días con un amigo y su novia. Dijimos, “¿qué hacemos? Esto puede durar una semana…” Lo que pensamos todos, y así estuvimos una semana, dos semanas…me quedé dos meses casi, sino me tenía que encerar en un departamento en Capital”, rememora.

—¿Y cómo lo manejaste eso con la mamá de él?

—La mamá puso como prioridad su felicidad y su libertad sobre todo, y me dijo “quédense”. No había wifi en el campo, gasté fortunas en 4G. Para las tareas lo tenía que mandar como a dos cuadras en el medio del campo, estaba sentadito en el medio de la nada haciendo la tarea. Ella se la bancó como una reina, dos meses, lo extrañó a morir.

Por el momento, está soltero y, aunque confiesa que le gustaría estar en pareja, por ahora descarta la idea de volver a ser padre. “Cuando me separé de la mamá de Mirko, pensaba también en formar una familia, quizás tener más hijos, pero ahora como que lo empecé a pensar, no estoy tan convencido porque ya Mirko tiene 10 años. Sería como empezar devuelta, estar muy ocupado en otras personas, y por ahí no disfrutar tanto a mi hijo que está en una edad divina. Pero uno no puede planificar esas cosas, se dan”, sentencia.

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