El jurado de Bake Off descubre sus secretos: de lo que no puede faltar en sus heladeras a la elección de ser pasteleros

En una entrevista exclusiva con Teleshow, Dolli Irigoyen, Pamela Villar y Damián Betular contaron cómo se prepararon para el programa que conduce Paula Chaves por Telefe

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Dolli Irigoyen, Damián Betular y Pamela Villar (Prensa Telefé)
Dolli Irigoyen, Damián Betular y Pamela Villar (Prensa Telefé)

Damián Betular había viajado a su ciudad natal, Dolores, por el Día del Padre cuando recibió un llamado de las autoridades de Telefe para anunciarle que habría una nueva temporada de Bake Off Argentina, El Gran Pastelero. “No estaba en mis planes”, admite el jurado del programa que conduce Paula Chaves. Sin embargo, no dudó ni un segundo: aceptó la convocatoria y después “todo fue muy rápido”, dice el chef sentado junto a sus compañeras: Pamela Villar y la nueva incorporación, Dolli Irigoyen.

“Yo estaba desayunando en la cama”, recuerda la mujer que se sumó al ciclo. Primero, le expresaron que querían que trabajara en el canal y le preguntaron si ella estaba dispuesta. Más tarde, llegó la propuesta formal. Y aceptó.

Pamela, en tanto, estaba en su casa cuando le sonó su celular y vio que era de Telefe. “¿Sabés por qué te llamo?”, le preguntaron. “Decime vos”, respondió la chef que luego escuchó la propuesta y afirmó de inmediato.

“Es un sueño, al aire libre, en una carpa...”, destaca Betular sobre la grabación que se adaptó a los protocolos de la pandemia del coronavirus. “Tener trabajo en este momento, en plena pandemia, es una bendición”, suma Dolli en el mano a mano del jurado de Bake Off con Teleshow.

El jurado de Bake Off, a solas con Teleshow

—¿Cuál fue el postre que hicieron con el que se dieron cuenta que querían ser pasteleros?

Pamela: A mí siempre me gustó comer dulce, desde chica. Así que cada vez que comía algo dulce, tenía más ganas de seguir comiendo. Algún bizcochuelo, alguna galletita. Hasta que un día dije: “Bueno, si me gusta tanto comer dulce y me gusta tanto hacerlo, sería una buena idea dedicarme a eso”.

Dolli: Qué específicamente, no sé, pero mi mamá era una pastelera estupenda. Le pedían tortas de boda en el pueblo. Y las hacía de onda, no como un negocio. Yo miraba, ella me dejaba mucho estar en la cocina y trabajaba muchísimo haciendo tortas, pan dulces. Se festejaba mucho en mi casa y se cocinaba mucho. Resolví tomar este oficio, esta profesión, a los veintipico de años. Era maestra, asistente social, dije: “¿Qué otra cosa más puedo hacer?”. Y empecé a hacer tortas desde mi casa.

Damián: Mi mamá me llevaba a visitar a la abuela Rosita, que trabajaba en la pandería de la ciudad. Me acuerdo que estaba horas mirando, y obviamente comiendo: tenía fascinación por una masita que era un arrollado de dulce de leche muy húmedo pasado por azúcar. No hay cosa más dulce en el mundo, pero me encantaba. Pasaba y, voy a nombrar antigüedades: había un Imperial Ruso en la heladera, cosas maravillosas muy ochentosas que a mí me encantaban y me encantaría volver a hacerlas. Yo creo que desde ahí, de verlos, dije: “Quiero estar en este mundo”.

—¿Cuáles son sus postres preferidos para comer?

Damián: Lo que yo como cuando me agarra un ataque de dulce y que no puede faltar en la heladera es un cubo de zapallo al almíbar. Que me explote en la boca ese dulce y ya me acuesto feliz.

Dolli: Y yo, si tengo que ir a una panadería, me elijo un hojaldre con pastelera o dulce de leche. O ambas, mejor.

Pamela: ¡Ah, y yo con dulce de leche!

“Bake Off Argentina, El Gran Pastelero” se emite de lunes a jueves y los domingos a las 22:30 (Prensa Telefé)
“Bake Off Argentina, El Gran Pastelero” se emite de lunes a jueves y los domingos a las 22:30 (Prensa Telefé)

—Recién Damián adelantó un poco, pero ¿qué es lo que no puede faltar en sus heladeras?

Damián: En una época en la que uno se empieza a cuidar, para el ataque de dulce me como un dátil a la noche, para no comer tanta azúcar. Sino, acá (en el programa) comés 18 tortas. Yo, además, no tengo límites: me puedo comer un kilo de helado.

Pamela: Un chocolate, un pote de dulce de leche para como comer con la cuchara. Para mí, vale.

Dolli: Yo tengo dátiles, como Damián, pasas de uva para apaciguar el dulce en este momento que me tengo que cuidar un poquito más por la cantidad que comemos acá. También hago dulces caseros: de higo, membrillo, zapallo. El pedazo de dulce de membrillo es el salvataje. Una manzana con dulce de membrillo es extraordinario.

—¿Qué tienen en sus heladeras o alacenas para preparar rápido cuando reciben una visita sorpresa?

Damián: Nada, ¡que traigan! En la alacena no tengo nada. Estoy acostumbrado a llevar todo lo que cocino.

Pamela: Si tengo que hacer es alguna torta con frutas.

Dolli: Yo tengo mi espacio de cocina donde hay una cámara y una despensa con todo lo que se te ocurra: variedades de dulce de leche, crema, manteca. Pero en mi casa hay un pedacito de chocolate, azúcar. No cocino nada dulce en mi casa. Sí en mi pueblo: voy de visita los fines de semana y les hago alfajores o galletitas a mi nietos.

—Están en una instancia en la que comen mucho más dulce de lo normal. Recién Dolli contaba que se tiene que cuidar. ¿Cómo lo están manejando?

—Damián: Yendo al gimnasio un poco más de lo habitual. Además, nos cuidamos con un protector hepático porque es un golpe grande. Los primeros días llegás golpeado. Literal, son 14 o 16 bocados de torta porque alguno te gusta un poco más, entonces te servís una cuchara más grande. Por eso te toman todos los recaudos. Por otro lado, es clave cuidarse en las otras comidas.

Pamela: También es importante hacer livianas las otras comidas. Y durante la grabación del programa tenemos agua y té para hacerlo más liviano.

Dolli: Mucha agua. Y siempre hay alguien que nos alcanza un té, incluso para limpiar el paladar porque son muchos los postres que probamos.

Antes de terminar la entrevista, Damián Betular celebra el regreso del reality de pasteleros y la posibilidad de trabajar con sus compañeras -”Bendito tu eres entre todas las mujeres”, reproduce el Ave María- y deja un consejo, mirando a cámara y señalando con su dedo: “Desconfía del que no coma dulce”.

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