Moby: el músico en el que conviven la miseria, la abundancia, la autodestrucción y los romances célebres pero falaces

“Crecí con dos padres muy enojados que se gritaban mutuamente y bebían. Desde muy joven descubrí la música y después tuve ese momento en el que aprendí a mezclar dos discos en uno. Y fue como magia”. El que habla es Moby, el músico súper exitoso que en 1999 cambió la historia de la música electrónica con Play. O por lo menos, empezó a escribir otro capítulo importante. Pero entre esa infancia de desprotección y esta adultez de éxitos y reconocimiento, los ángeles y los demonios han luchado dentro del artista, convirtiéndolo en un personaje tan original como controvertido.

Richard Melville Hall nació en el barrio neoyorkino de Harlem, en los Estados Unidos, el 11 de septiembre de 1965, mientras sus padres estaban en otra. Pero a sus 25 años la historia de su vida triste empezó a cambiar: había comenzado el camino a convertirse en un ídolo. “En 1990 saqué una canción llamada ‘Go’, pensé que era fantástica y un montón de otra gente también lo pensó. De repente tuve una canción exitosa y cada día fui bebiendo más y empecé a consumir drogas, estaba fuera de control. Y entonces me enteré que mi madre había muerto. Y me perdí su funeral porque estaba inconsciente en la cama, borracho”, dice en 2021 un Moby adulto que se abre para contar todo, o casi, en Moby Doc, un documental sobre su vida y su obra.

Play fue el disco que en 1999 lo catapultó a la fama mundial: sonaba en todos lados, estaba de moda. Moby había logrado fusionar la electrónica con su propia cultura musical y así popularizó ambientes y sonidos que hasta ese momento estaban reservados para cierto sector de la audiencia. Moby hizo masiva la electrónica, pero él se seguía sintiendo terrible: “Todo lo que quería se me había dado, y yo no podía estar más deprimido”.

Lo del documental es un paso más en su esfuerzo por mostrarse por dentro: a Moby le encanta revisitarse. Así fue como en estos años publicó dos libros autobiográficos (Porcelain, de 2016, y Then It Fell Apart, de 2019) en los que, de forma cronológica, cuenta cosas personales y otras que también involucran a terceros.

En una entrevista con el periódico Daily Telegraph también avanzó sobre un intento de suicidio. “Una vez leí un artículo sobre una de las maneras en que la gente se mata, que es colocando una bolsa de plástico en la cabeza. Así que también lo intenté. La bolsa olía muy fuerte a plástico. A pesar de que estaba borracho y fuera de mí por las drogas, una voz en mi cabeza me dijo: ‘Tu último momento en la Tierra no será mientras hueles una bolsa de basura’. Así que no funcionó”.

En el primer libro habla de su vida hasta Play, y en el segundo, de la siguiente etapa, más llena de glamour y de personajes ultra famosos. De este último trascendió la anécdota en la que le jugó en 2001 una broma pesada a quien sería el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, aunque este ni siquiera se enteró... “Me retaron a frotar mi borracho y flácido pene contra la chaqueta de Trump. Aunque, considerando mi estado alcohólico, he de advertir esto: como estaba muy borracho y drogado en ese momento, no estoy 100 % seguro de que haya sucedido. A pesar de que haya sucedido hace casi 20 años, me sigue sorprendiendo el hecho de que los estadounidenses eligieron como presidente a un imbécil que se dice ser famoso solo por haber presentado un reality mediocre”.

Moby es vegano y activista por los derechos de los animales, se ha mostrado en la vereda de enfrente de personajes como Eminem, a quien ve como un misógino. Pero él también ha tenido sus momentos polémicos. El músico contó que en 2006 tuvo una affaire con Lana del Rey cuando todavía era conocida como Lizzy Grant. Moby dijo que se habían conocido en un bar y que al otro día quedaron para comer en un restaurante vegano.

“Nos besamos en un bar a las cuatro de la mañana, justo cuando el lugar estaba por cerrar y la invité a venir a mi casa conmigo. Ella sonrió y dijo que no, que no iría a mi casa justo después de conocerme, pero también dijo que iría felizmente a una cita si la llamaba y la invitaba a salir. Ella era hermosa, inteligente y encantadora. Hacer planes para conocerla era lo que quería hacer y lo que mi terapeuta me dijo que tenía que hacer”.

Finalmente se encontraron al otro día, hubo un acercamiento, pero nada de final feliz. “Me senté a un lado de ella en el piano y empecé a besarla, ella me besó, pero se detuvo. ‘¿Qué está mal?’, le pregunté. ‘Me gustas, pero he escuchado que haces esto con mucha gente’, respondió. Quería mentir, decirle que no era cierto, que era casto, sano y ético. No fue cómo imaginé que la noche terminaría, asumí que estrenaría mi nuevo apartamento con vodka y sexo. Pero para mi sorpresa, esto fue casi mejor”.

Por ese entonces Moby se acostaba con mucha gente, y bebía y se drogaba bastante, de modo que no es raro que la joven Lana haya querido huir despavorida de ese departamento a pasitos del Central Park.

Pero la que peor lo dejó parado, sin dudas, fue la actriz Natalie Portman. El músico habló de ella como si hubieran sido pareja, mintió en la edad y echó sobre la relación un manto de piedad y romanticismo que parece estar bastante alejado de la realidad. “Yo era un calvo bebedor y Natalie Portman era una hermosa estrella de cine, pero ahí estaba ella en mi camerino, coqueteando conmigo. Yo tenía 33 años de edad y ella apenas tenía 20, pero este era su mundo. Por varias semanas intenté que Natalie fuera mi novia, pero no funcionó. Creí que tendría que relatarle que mi ansiedad era demasiado grande para ser partícipe de una relación real, pero un día me llamó y me dijo que había conocido a alguien más. Me sentí aliviado por no tener que decirle qué tan dañado estaba”, escribió Moby en su libro.

Entre indignada y sorprendida, la actriz dio su versión de los hechos en una entrevista con Harper’s Bazaar. “Me sentí sorprendida al escuchar que haya descrito el breve tiempo que nos conocimos como una relación porque mi recolección de memorias es de un hombre mucho mayor siendo extraño conmigo cuando apenas estaba graduándome de la escuela preparatoria. El hecho de que haya inventado esta historia para vender su libro es muy perturbador para mí. No fue el caso, hay errores e invenciones. Yo era una fan de él y fui a uno de sus shows para celebrar mi graduación, nos conocimos y me dijo que fuéramos amigos. Me ha sorprendido ver cómo caracteriza ese breve espacio de tiempo cuando lo conocí como si hubiésemos salido, porque mis recuerdos son los de un tipo más mayor siendo un baboso conmigo”.

Por si esto no fuera lo suficientemente vergonzoso, Portman aclara el tema de la edad: “Dice que tenía 20 años. No los tenía. Era una adolescente, acababa de cumplir 18. No han chequeado él ni su publicista, todo esto parece totalmente deliberado”. Efectivamente, si Moby cuenta que se conocieron en septiembre de 1999, la actriz nacida en junio de 1981 tenía entonces 18 años. Moby insistió con su versión de que sí salieron y de que siguen siendo muy amigos, pero Natalie no quiso saber nada más con esta historia.

El músico que se compara con la porcelana por lo blanco y por lo frágil, asegura hoy estar limpio de drogas y alcohol, ya no le interesa seguir haciendo dinero (tiene mucho) y sigue militando sus causas desde sus libros, como The little pine cookbook, que acaba de lanzar. La publicación con recetas veganas lleva el nombre de su restaurante y explica desde sus redes que la única razón por la que abrió Little Pine fue “para promover el veganismo y los derechos de los animales”. Y además cuenta que, como nunca podrá aceptar en buena conciencia el dinero de los proyectos veganos, dará un anticipo de 50 mil dólares en ventas a diferentes organizaciones alineadas con su activismo.

Vegano, reventado, activista, genio y mentiroso: a sus 56 años, a Moby no le falta nada para ser una verdadera estrella.

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