Hace unos días, Andy Kusnetzoff se despedía de los oyentes de su programa radial Perros de la calle para volver a convertirse en padre junto a su pareja, Florencia Suárez. El nacimiento de León estaba programado y el conductor prometió volver a la radio en pocos días, sin embargo, no todo salió como estaba planeado. El bebé, que nació el 20 de agosto, tuvo que pasar una semana en neonatología.
“Me fui un viernes y planeaba salir al aire el lunes, pero todo se complicó. A veces uno planea algo y no sale así. Termina bien y eso es lo importante”, arrancó en su vuelta al programa. “Realmente pasó una vida en tres semanas. (…) Estoy muy contento con esta familia tipo de cuatro integrantes. Tampoco voy a ser como Maru Botana, está claro”, bromeó sobre su nueva condición de padre de familia tipo. Este es el segundo hijo de la pareja, que ya tienen a Helena (5).
Ante la mirada de sus compañeros comenzó el relato de esa experiencia que, asegura, cambió su percepción de la vida. “El parto fue espectacular. Al ser el segundo pude prestar más atención a todo. Fue con música y me pareció increíble. Todo el parto fue mágico, con emociones y también traumático porque uno está con un miedo tremendo porque estás en un quirófano, no deja de ser una operación, anestesia, pero después te entregan al bebé y es espectacular”, arrancó y comentó que se emocionó con un tema en particular. “Empezó a sonar solo Abel Pintos en el quirófano, porque era lo que le seguía en la lista al anestesista”, reveló y dijo que luego le envío un mensaje al cantante para comentárselo y tuvieron una breve charla.
“Por distintas cosas terminamos en la neo. Son esas especialidades que son fundamentales, claves, de las más importantes, pero mejor no conocerlas. Si no la conocés tu vida pasa y está buenísimo, pero si la conocés aprendés a valorar ese mundo, que sería una terapia para bebés. Hay casos muy dramáticos”, contó conmovido y les envió un saludo a los especialistas de neonatología de la Trinidad de Palermo y a los padres de los que tuvo que despedirse cuando recibieron el alta.
“Entrás a otro mundo, que te desconectás. Y no hay afuera ni nada. Y es un momento en que el WhatsApp se inunda de felicitaciones, y yo pensaba ‘si supieran el momento en el que estoy’. Pero en neo hay todos bebés luchadores y aprendés a valorar otras cosas. Los padres y profesionales se transforman en familia ahí adentro, me hice amigos de otros padres”, relató.
También recordó el momento en el que les dieron la noticia de que por fin podrían irse a su casa. “Cuando salís de neo es festejar. Por eso digo que me pasó una vida. Esto cambia los problemas reales, viendo a otros padres que están ahí. Helenita estaba viviendo su mundo de fantasía con sus primas. El encuentro de una hermana con un hermano es muy loco”, enfatizó.
El mayor reconocimiento se lo quiso dejar a su compañera: “Ahora estamos todos bien. Estoy feliz, cansado, dormimos mal. Flor es una genia. Hay algo ahí en la naturaleza de la mujer que me había olvidado un poco y pude volver a conectarme. Verla amamantar es increíble, rarísimo. Ahí te das cuenta lo animales que somos, lo que es el pecho que uno lo lleva al plano estético que no es su función. Yo veo cómo Flor cambia, ella hace todo. Uno está preparado para sobrevivir y hacer sobrevivir al bebé”.
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