“Yo soy la aventura y tú la realidad, tú la ternura. Yo soy la libertad, tú la esperanza. La vida que me das y no me alcanza, no me alcanza. Hoy querida mía, hagamos el amor con alegría. Tratemos de vivir con fantasía. Juguemos sin temor que hoy es el día, nuestro día”, reza el tema “Te quiero tanto” de Sergio Denis. La canción que data de 1986 de inmediato se convirtió en uno de los himnos del Mundial de México en la que la selección Argentina se consagró campeona y se convirtió en un clásico en las canchas de fútbol del mundo, hasta hoy.
En los últimos días el exitoso tema trascendió el ámbito del deporte para ser parte de la musicalización de un acto de campaña. Federico Hoffmann, uno de los hijos del intérprete de “Gigante chiquito” y “La vida vale la pena” fallecido el año pasado tras estar catorce meses en coma por haber caído del escenario donde se encontraba dando un show en Tucumán el 11 de marzo del 2019, dijo que recurrirá a la Justicia para que no se use políticamente el trabajo de su padre.
“Dejar en claro por este medio que nadie nos consultó sobre el uso de la canción de mi padre ‘Te quiero tanto’ para ninguna propaganda política. La denuncia ya ha sido hecha en SADAIC y prontamente también ante la justicia por uso indebido y violación de la propiedad intelectual”, confirmó el también músico a través de su cuenta de Twitter.
Según pudo saber Teleshow la denuncia que realizó el mayor de los hijos de Héctor Omar Hoffmann, como era el verdadero nombre del recordado ídolo, hace referencia a los actos del Frente de Todos que se realizaron en Tandil, provincia de Buenos Aires y en Goya, Corrientes, en los que se entonó la canción con la letra modificada.
En casos como este, apenas el autor de la obra (en este caso uno de sus herederos) efectúa la denuncia en SADAIC, la entidad debe notificar al partido político la prohibición del uso de la canción a través de una carta documento, para que quede todo asentado y se le informa que eventualmente podrían recibir un reclamo económico.
El domingo, el pre candidato a diputado por la Ciudad de Buenos Aires Javier Milei entonó sobre un escenario el tema “Panic show” de La Renga: “Hola a todos yo soy el rey, soy el león, rugió la bestia en medio de la avenida, corrió la casta, sin entender, panic show a plena luz del día. Yo soy un rey de un mundo perdido. Soy el rey, te destrozaré, toda la casta es de mi apetito. Viva la libertad carajo”.
De inmediato la banda de rock de Mataderos respondió a través de sus redes sociales: “Quien quiera es libre de escuchar, cantar, bailar y poguear canciones de La Renga, lo que está mal, legal y moralmente es tomarse la libertad de usar esas cancones para una campaña política y beneficio propio, un seguidor de nuestra banda jamás haría eso. Entre nosotros existen lazos y sentimientos, no queremos tener un disfrazado de amigo hablando de la libertad”.
Tras la reacción del grupo, el precandidato defendió el uso de la canción en su acto: “Me parece bárbaro que los de La Renga no quieran ser mis amigos, pero no pueden censurar el uso de un determinado tema si respeta el copyright y se hacen los pagos correspondientes”. Se refería a que por cada canción que se emite en público se paga un cannon a los autores a través de SADAIC. En sus redes sociales el economista recordó que La Renga había tocado en un acto en Plaza de Mayo del que participó Cristina Fernández de Kirchner. “Parece que son un poco asimétricos...”, dijo.
Cinthia Fernández, pre candidata a diputada en la provincia de Buenos Aires, alteró la letra del tango popularizado por Tita Merello, “Se dice de mí” para presentar su propuesta en Los ángeles de la mañana: “Se dice de mí. Se dice que soy hueca. Que el puesto no me merezco. Que mi culo es lo que ofrezco. Y nada tengo pa’ decir. La cuota… nunca llega. Más nadie te lo acelera. Si total la madre espera. Y ya no puede ser así”.
Guillermo Ocampo, director de la Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música (SADAIC) explicó a Teleshow que “el uso de obras en campañas políticas está sujeto a los mismos lineamientos que el uso de la música en cualquier otro tipo de modalidad” y detalló: “Si un partido político decide usar música de una obra prexistente tiene que pedir permiso al autor y en caso de que el autor autorice, ahí recién la pueden usar y es el autor quien pone las condiciones, podría no cobrar si quisiera o pedir dinero y también puede decir que no”.
El caso (igual al del uso de música en publicidades) se trata de un “uso particular” de la música, por lo que difiere del uso de las obras en radio o televisión, que está preestablecido por las licencias que otorga la entidad. “Cuando se requiere el uso de obras musicales en campañas, los partidos políticos tienen que asumir que el autor tiene derecho a decidir si quiere o no que se use, el autor es el dueño”, agregó. Los partidos que requieran un tema musical pueden contactarse con SADAIC para gestionar el permiso y la entidad traslada el pedido al creador.
En este punto Ocampo además destacó que muchas veces la letra de las obras es modificada para tal fin, para lo que se debería tener también un permiso y confirmó que hay reclamos por el cambio de letra que hizo Cinthia Fernández sobre el tango “Se dice de mí”, con música de Francisco Canaro y letra de Ivo Pelay. En los casos en los que los compositores estén fallecidos, como es el mencionado o el de Denis, el reclamo lo pueden hacer los herederos, quienes también deberían dar la autorización.
Es decir que por más que se abone a través de la entidad el pago del cannon correspondiente por la reproducción de la música, es necesario el permiso. Esto no es nuevo y ocurre siempre en época electoral: “Pasa siempre porque los partidos políticos no asumen que la campaña no tiene que convertirse en el libertinaje de usar lo que quieren, se deben respetar los derechos de los involucrados, no hay derecho de adueñarse de una obra”.
El caso es diferente a cuando un intérprete reproduce en un show por ejemplo una canción de un colega porque allí se efectúa “un uso regular” de la música. En cambio en campañas o publicidades se hace un “uso especial”. “A veces un tema hasta se convierte en leitmotiv. Siempre tiene que haber autorización previa y pago”, insistió y explicó que aunque hay valores mínimos estipulados, el dueño de la obra podría requerir más dinero si lo deseara.
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