En 2016, la vida de Natalie Weber sufrió un cimbronazo. Luego de perder un embarazo de tres meses, un chequeo médico diagnosticó que tenía cáncer de mama. La modelo se refugió en su familia más cercana: el futbolista Mauro Zárate y sus hijos, Mía y Rocco, hoy de nueve y seis años respectivamente. Juntos, lucharon juntos durante un año.
“Fueron muchos meses de lucha, de pelearla junto a mis amores, de posponer las ganas de agrandar la familia, de estar pendiente de los controles y de lo que puedan decir los especialistas, así que ahora vuelvo a empezar”, celebró Weber cuando se recuperó.
Por aquellos tiempos de esperanza y renacer, habló de los efectos de la operación. “La cirugía en sí no fue traumática, se hizo una cirugía grande y dolorosa, pero no me provocaba un trauma”, contó. Su postura se mantiene inalterable con el paso del tiempo, según se desprende de un ida y vuelta que mantuvo en su cuenta de Instagram.
“¿Charlamos?”, propuso la modelo y abrió el juego de preguntas y respuestas para sus seguidores y allí surgió el tema. “¿Te quedaron cicatrices de las cirugías del cáncer de mama?”, la consultaron. “Una de las tantas. No me avergüenzan, todo lo contrario”, contestó con una imagen cerca de su axila derecha, resaltando las secuelas de su operación con un círculo rojo.
Otra persona le preguntó: “¿De tu enfermedad estás curada del todo o aún hay riesgos?”. Comprensiva, Natalie la corrigió “Entiendo lo que quisiste preguntar, pero no es ‘mi enfermedad’. Tuve una enfermedad que gracias a Dios no está más”, respondió la madre de Rocco y Mia y relató cuál había sido el tratamiento: “Me hicieron mastectomía bilateral, que es una cirugía radical para que no haya margen de error y no vuelva a aparecer, de todos modos, sigo siendo una paciente en controles por 10 años”, señaló, y agregó que el pasado 11 de mayo cumplió cuatro años de estar sana. “Ojalá siga así por muchísimos años más”, dijo.
En otra pregunta, Natalie empatizó con una seguidora que se presentó como paciente oncológica y le preguntó si había significado un antes y un después en su vida. “Uf, creo que nadie vuelve a ser la misma persona después de vivir algo así. Aunque suene increíble, teniendo la bendición de sobrevivir a esa maldita enfermedad, fue un despertar para mí”, celebró.
Tiempo atrás, Natalie se había referido a su tratamiento: “Fueron dos etapas, porque a mí me detectaron la enfermedad, me hicieron un tratamiento de rayos y me hicieron como una cuadrantectomia, que te sacan como en un pedazo, lo mandaban a biopsia y los márgenes estaban limpios. Los márgenes cuando están limpios quiere decir que te sacan un poco más de lo que está enfermo, lo mandan a ver y si dentro de ese márgen no hay células, o no hay nada que indique que puede haber células, como que con eso ya estaba”, empezó a relatar ella sobre el proceso de su enfermedad.
“Hice 35 sesiones de radioterapia y en noviembre el médico me dijo ‘bueno, andá tranquila, en marzo hacemos el primer control’. Y yo le decía no, yo me quiero sacar todo porque tengo miedo, al tener 30 años las células se reproducen mucho más rápido y tenés más probabilidad. Lo llamaba de afuera una vez por semana y le decía repetime lo que me dijiste la semana pasada y me decía quedate tranquila, vas a estar bien, de esto no te vas a morir”, señaló.
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