La Edición número 78 del Festival de Venecia tiene presencia argentina y Competencia oficial empezó con buenas perspectivas para esperanzarse con el premio. Como su nombre lo predijo, el filme protagonizado por Oscar Martínez, Penélope Cruz y Antonio Banderas participa de la competencia oficial por el León de Oro, y recibió calurosos aplausos en su primera exhibición ante la prensa, que en algunos momentos se olvidó del protocolo y provocó carcajadas entre los asistentes a la emblemática ciudad italiana.
Esta será la tercera vez que Cohn y Duprat participen en el prestigioso certamen tras Mi obra maestra y El ciudadano ilustre, filme por el que su protagonista, Oscar Martínez, recibió la Copa Volpi al Mejor Actor. “Era el festival que queríamos de antes. Es un festival con un público muy cálido, italianos, un público que sabe mucho de cine. Aparte de cálido puede ser durísimo también: no tiene ningún problema en abuchear, silbar. Está bueno, es mucha adrenalina, queríamos que nuestra película se estrene ahí”, relató días atrás Duprat en diálogo con Teleshow cuando imaginaba las expectativas con su nueva cinta.
En esta oportunidad los directores apelan a un universo que les es propio: el ego de los actores, en este caso interpretados por Banderas y Martínez, y el excentricismo de una directora, jugada por Cruz, dispuesta a todo, amparada en la supuesta intención de obtener el jugo de los artistas. “La película trata sobre un empresario multimillonario de la industria farmacéutica que, llegado a cierta edad, ve que el mundo que lo rodea lo ve solo como un tipo que hizo dinero y de manera oscura”, explicó Duprat a este medio.
En ese punto, el empresario quiere hacer algo para distanciarse de eso y generar otra imagen. “Piensa qué puede hacer y decide hacer una película para transitar las alfombras rojas, rodearse con artistas internacionales y tener prestigio. Contrata a la directora del momento, que es Penélope Cruz, y ella elige a los dos actores más importantes del momento que se odian en la vida real: Antonio Banderas y Oscar Martínez”, resume Duprat.
“Esta directora, al igual que algunos directores o directoras de la vida real, tiene esa tesis de que hay que enfrentar a los actores en los ensayos para tener mayor dominio de la situación, como si eso fuese un beneficio artístico. Aunque parezca increíble, es así. Hace eso entre otras cosas que se le ocurren, muy salvajes y divertidas”, completó uno de los directores.
El espíritu de comedia de Competencia oficial se trasladó al detrás de escena. Y sus directores se permitieron bromear con escenas de cholulaje con las súper estrellas españolas. “No hubo, ni siquiera nos sacamos una foto todos juntos. Fue muy intenso el trabajo y no pedimos ninguna foto. Me olvidé”, admitió entre risas Cohn. “Admito que estaba a punto de pedirle a Banderas que me haga el Gato con Botas (de Shrek), pero nunca me animé”, reconoció Duprat y ensayó un posible remate: “Me llega a decir que no, ¿adónde me escondo? Me tengo que ir, abandono la película”.
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