Debieron transcurrir 40 años para que ABBA diera señales de nueva música. Finalmente lo hicieron y el resultado es asombroso: los temas no defraudan y el espectáculo en vivo promete ser algo extraordinario. El flamante disco saldrá el 5 de noviembre y será el sucesor de The Visitors (1981). Para esta vuelta Agnetha Fältskog, Björn Ulvaeus, Benny Andersson y Anni-Frid Lyngstad (conocida como Frida) se asociaron a un equipo de 850 personas de Industrial Light & Magic, la compañía fundada por George Lucas. El objetivo fue crear versiones digitales de ellos mismos para los shows en vivo, basándose en un trabajo de meses tomando la captura del movimiento de los artistas y distintas técnicas de interpretación.
“No éramos un grupo de directos”, reconocía Björn en una entrevista en la década del 90 y por eso no les da culpa volver en este formato en vivo que, no por novedoso, deja de ser un poco frío. ABBA Voyage, además de un álbum de canciones completamente nuevas y dos videos, será un espectáculo con versiones digitales de realidad virtual de los cuatro miembros de la banda. Frente a la curiosidad de los fans que esperaban este anuncio desde hace años, los suecos no dudaron en mostrar todo el detrás de escena a través de las redes sociales y de comunicados para la prensa.
Suecia fue el país donde nació ABBA, y fue Stig Anderson el productor que los descubrió y se convirtió en su representante. Gracias a Anderson, se dieron cuenta de que si querían abrirse a un público masivo tenían que cantar en inglés y así lo hicieron. Su primer hit fue “Ring Ring”, un éxito en los Países Escandinavos, Holanda y Alemania. Eurovisión los terminó de impulsar en el resto del continente, pero las compañías disqueras americanas todavía los veían como unos personajes extraños. “¿Suecos? ¡Olvídalo!”, reconoció Benny que así les decían antes de concretar una reunión. Anderson entonces llamó a Neil Sedaka, que había sido un suceso con “Oh, Carol” (en 1958), y le mandó “Ring Ring” para que hiciera un remix de ese tema, que finalmente entró en Waterloo (1974), el primer álbum que el grupo firmó como ABBA.
A partir de allí, ABBA empezó a ser reconocido mundialmente. De la isla sueca Lidingö salía la música que estaba enloqueciendo al planeta. Los hombres componían y mezclaban las voces luego en el estudio, todo llevaba horas y horas de trabajo, pero había recompensa. La fama, el reconocimiento y el dinero también trajeron problemas.
Agnetha no daba más, no se llevaba bien con tanto acoso, y llegó a escribir una carta de lectores al diario sueco Dagens Nyheter. “La gente te ve como si fueras tonta, y semana tras semana leen cosas sobre ti que no son ciertas, eso me enoja mucho. También había mujeres serias que escribían en ese periódico, ellas me contactaron y yo les envié la carta abierta que ya tenía escrita”, reconoció años después la cantante en una entrevista para la televisión.
Agnetha era soprano y Frida mezzosoprano, Benny y Björn eran compositores, los cuatro eran un grupo exitoso y, por separado, formaban familias. Agnetha y Björn estuvieron casados hasta 1978 y tuvieron dos hijos. Benny se casó con Frida después de nueve años de pareja, y se separaron en 1981, justo cuando ABBA se estaba viniendo a pique. Aunque el grupo se desarmaba los compositores siguieron adelante con Chess, el musical, y luego con Mamma Mia!, que sigue siendo número uno en su género.
La realeza entró en el mundo de ABBA a través de Frida, que se mudó a los Alpes Suizos y luego contrajo matrimonio con el príncipe alemán Heinrich Ruzzo Reuss von Plauen. Tiempo después quedó viuda y se volvió a casar, esta vez con el empresario Henry Smith, que era quinto vizconde de Hambleden. Aunque no se dedicó tanto a su carrera, sí llegó a grabar un disco con Phil Collins.
La suerte de Agnetha no fue tan buena: mientras intentaba darle forma a su carrera solista tuvo un accidente de tráfico que la llevó a recluirse y desató en ella una especie de fobia durante algunos años. En 2013 volvió al espectáculo con el lanzamiento de su disco A.
La magia volverá a tomar forma el 27 de mayo del 2022, en el ABBA Arena, ubicado en el Queen Elizabeth Olimpic Park de Londres, Inglaterra. Ya se pueden iniciar los registros en Internet para la preventa del álbum (cuesta aproximadamente 30 dólares) y de los tickets para el show en vivo. Las entradas estarán a la venta el 7 de septiembre, pero en Europa adelantan que se acabarán enseguida. La abbamanía pide revancha y sin dudas la tendrá.
A caballito de los nuevos temas, vuelven también los clásicos “Thank You For The Music”, “Chiquitita”, “Fernando” y tantos más. Ellos, que siempre dijeron ignorar las listas de éxitos y que solamente se dejaban llevar por la música que brotaba cuando se juntaban, no intentan recuperar su lugar a codazos. Benny dijo con respecto a esta vuelta: “No estamos compitiendo con Drake y todos estos muchachos. No entiendo cuáles son los ingredientes que funcionan hoy... ¡Lo hemos hecho tan bien como pudimos a nuestra edad!”.
De la forma que sea, el cuarteto sueco más famoso de la Tierra seguirá dando cátedra con sus creaciones.
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