Edgar Vivar se hizo mundialmente conocido como el Señor Barriga, por su personaje en la serie de Chespirito, El Chavo del 8. Aunque siempre fue un apasionado por la actuación, al terminar la escuela secundaria pasó por la Universidad Nacional Autónoma de México, donde estudió y se recibió de médico.
En las últimas horas se viralizó una foto de él en su juventud ejerciendo su profesión de médico obstetra, cosa que hizo desde que se recibió hasta 1970 cuando Roberto Gómez Bolaños lo llamó para convocarlo para interpretar a Ñoño y a su padre en la recordada ficción. Fue el segundo actor seleccionado, ya que antes el autor se había contactado con Florinda Meza.
Así fue como colgó el guardapolvo y se dedicó a hacer reír. Su amor por el teatro había comenzado durante la facultad, cuando todos los estudiantes debían elegir una actividad artística para complementar la enseñanza y él eligió teatro.
A pesar de que dejó la medicina en más de una ocasión relacionó sus dos profesiones y en el 2019 obtuvo un reconocimiento por parte del ministerio de Salud de Arequipa, Perú por su “labor social” y por “traer alegría y esparcimiento a los niños hospitalizados en el área de pediatría”. En ese momento celebró en sus redes sociales: “Es bueno renovar votos de compromiso con la Vida. Aliviar el dolor humano a través del Teatro también es terapéutico -y para mi- gratificante . Estoy conmovido por el diploma pero sobre todo por el cariño de los pequeños que a pesar del dolor aún sonríen “.
El año pasado en diálogo con Infobae, dijo: “Es lo mismo que el factor médico, (la comedia) es una terapia social de la que estoy muy agradecido... Todo esto (la pandemia) ha desencadenado un montón de cosas, que ya no puedes abrazar a tu gente, nos enseña a revalorizar y ves un programa de tele ahora y como no pueden salir, lo toman con más atención y se interesan más en la pantalla, crece la oferta y uno como proveedor de risas pues tiene un reto mayor. Me ha tocado que tengo que ser mi propia competencia en la televisión, uno con el chavo y otro con otros proyectos”.
Además, contó que extrañaba las grabaciones de la serie de Televisa: “Sobre todo por cómo me llevaba con Don Ramón, era bien ocurrente, él era mi vecino, siempre me hacía reír con frases de mucha sencillez. Había otras personas como era el caso de Angeline (Doña Clotilde), ella era más seria, un poco cortante pero supongo que era así por su herencia española, porque una vez vino a la casa y me cocinó una tortilla española y ambos quedamos maravillados porque a los dos nos gustaba la cocina, tuvo una vida muy interesante, conoció a Federico García Lorca y hacía teatro desde muy pequeña, pasó por mucho porque fue guerrillera y eso te deja marcado para siempre”.
Hace unos años trascendió que tendría Alzheimer. A lo que él respondió en diálogo con una revista mexicana: “Se inventan y se dicen tantas cosas que si me dedicara a aclarar o desmentir, en fin. No me acuerdo, la verdad”. Luego agregó: “Hay un deterioro normal con la edad. Todos acabaremos con ese deterioro en mayor o menor grado”.
“El Señor Barriga” detalló que para retrasar los síntomas aprende cosas nuevas, ejercita su memoria, lee mucho y trata de desarrollar habilidades que antes no hacía. “Utilizo la mano izquierda para muchas cosas, en fin, pero invariablemente a todos nos puede llegar”.
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