Graciela Alfano habló del conflicto legal por una casa usurpada en Flores: “Podrían aparecer otros bienes tomados o abandonados”

En una entrevista con Teleshow, la actriz explicó que descubrieron con sus hijos la existencia de este inmueble porque están realizando dos sucesiones, la de su madre y su padrastro

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Graciela Alfano y sus hijos
Graciela Alfano y sus hijos están realizando los trámites de sucesión

Graciela Alfano y sus hijos están realizando los trámites de sucesión. Durante la investigación del patrimonio, descubrieron que tenían una propiedad en el barrio de Flores que había pertenecido a su madre, Matilde Cassanova. Pero como esta vivienda fue usurpada a finales de la década del 80 por una familia chilena, los herederos recurrieron a la Justicia y realizaron una demanda de desalojo.

En una entrevista con Teleshow, la actriz aclaró: “Yo no estoy reclamando nada porque cedí los derechos sucesorios a mis hijos. Hay dos sucesiones abiertas: la de mi padrastro (Humberto Capelli) y la de mi madre (Matilde Cassanova). Y apareció este bien como podrían aparecer otros que podrían estar tomados o abandonados de la misma manera, porque mi madre era una mujer muy grande cuando falleció”. Y agregó que nunca estuvo en la casa ubicada en la calle General José Artigas en Flores.

“Mi madre quería manejar sus cosas, inclusive no nos dejaba ni a mí ni a mis hijos ocuparnos. Es más, en los últimos tiempos ni siquiera me dejaba entrar a su casa ni mirar mucho todas sus cosas. Era una mujer que escondía, de hecho cuando se abrió la sucesión aparecieron muchísimas cosas. Este es un bien más”, explicó Alfano que decidió dejar este conflicto a cargo de uno de sus hijos, el abogado Francisco Capozzolo. Ella también es madre de Santiago Capozzolo y Nicolás Ruskowski.

Graciela Alfano y sus tres
Graciela Alfano y sus tres hijos

El letrado también habló con Teleshow para dar más detalles de la demanda de desalojo: “Era un inmueble que está usurpado, que con la muerte de mi abuela la gente que se encuentra ahí adentro se aprovechó del duelo de la familia, de todo los tramiteríos administrativos que implica un funeral, entierro y demás, e ingresaron ilegalmente al inmueble. Los usurpadores dicen ser titulares alegando solamente posesión. Cuando mi vieja me dona este inmueble, entre otros, me entero de todo este estado de cosas, e inicio las acciones legales correspondientes”.

La dura infancia de Graciela y la relación con su madre

La actriz contó en reiteradas oportunidades que tuvo una niñez muy dolorosa: su papá viajaba siempre y casi no lo veía mientras que su madre no se ocupaba de ella, a tal punto que la dejaba sola en su casa y pasaba días enteros sin comer. Lo peor es que le daba las llaves a un vecino para que chequeara cada tanto cómo estaba. Y este hombre era un pedófilo que abusó de Graciela desde los cuatro a los siete años.

Además, en su infancia debió pasar por el quirófano varias veces cuando no era necesario. “Mi madre solía llamar la atención de mi papá operándome. A los 4 años me operaron de apendicitis y sacaron un apéndice sano. A los 6 me sacaron las amígdalas en una operación con anestesia local, yo estaba despierta y vi como las sacaban por mi boca. Tragué mucha sangre y recuerdo que vomité cuando volví a la cama y estaba sola, las enfermeras me asistían”, había relatado en una entrevista con Intrusos.

Graciela Alfano y su madre
Graciela Alfano y su madre Lily

Más allá de haber tenido una historia muy dura, Graciela es una persona resiliente que se encargó de acompañar siempre a Lily (como la apodaban a su madre en el entorno familiar), incluso se la llevó a vivir a su departamento para cuidarla hasta que falleció a los 95 años. “Pese a tener la infancia que tuve, trabajé mucho, hice diferentes terapias para limpiar el árbol genealógico. Hay que moverse sino uno no puede vivir la vida que tiene que vivir”, explicó a Teleshow.

Además, se preocupó por darle una buena crianza a tres sus hijos para que no sufrieran como le ocurrió a ella: “Es importante que puedas curar y después sanar para no repetir la historia, para no repetir los patrones hay que trabajar, porque el ser humano es una máquina que repite. Entonces para poder cambiar hay que tomar el toro por las astas. Debería haber sido una madre distante, fría, pero no fue así, me encargué de sanar, de restaurar el linaje para que el árbol se sane, sobre todo para mi nieta Delfi”.

“No está bueno vivir en el pasado, el pasado debe quedar enterrado por más que me pasaron cosas espantosas. Estoy orgullosa de la persona que soy gracias a las dificultades. Ese fue el mar o la montaña que tuve que atravesar. Ahora tengo una edad en la que ya no quiero tener problemas económicos. Ahora hay que relajar, quiero estar tranquila”, finalizó.

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