“Mi pollito Beltrán”, escribió Sabrina Garciarena en Instagram junto con una foto de ella y del nene de cuatro años dándose un beso en la boca. Sin embargo, aquel gesto de amor ente una mamá y su hijo fue mal interpretado por algunos usuarios que, escudados en el anonimato de las redes sociales criticaron a la actriz, que también es mamá de León de siete y Mía de uno.
“Besos en la boca no”, “Bellos los dos, pero besos en la boca no, eso es para la pareja”, escribieron algunos seguidores de la protagonista de la obra musical Madres, mientras que otros apoyaron: “Las mismas que critican esta imagen que es pura ternura también critican que una mujer amamante a sus hijos en publico. Cada uno cría a sus hijos como quiere” y “Me encantan las madres que besan, abrazan, aprietan”.
Consciente de que las redes sociales son un universo paralelo en el que los comentarios negativos pueden estar a la orden del día, la pareja de Gernán Paoloski hizo caso omiso. “No leí nada, cuando subo fotos con mis hijos siempre hay comentarios, tiene que ver con los haters. A mis hijos los beso, no los chapo, soy cariñosa con ellos, lo vivo con libertad y sin irme del otro lado”, dijo a Teleshow y agregó: “Me llegó un mensaje de que incito a la pedofilia, estoy muy bien de la cabeza, no hay que irse para otro lado, beso a mis hijos, soy cariñosa, los amo y con limites”.
Al ser consultada sobre si los comentarios ajenos le afectaban, dijo muy segura que no y explicó: “Estoy en mi eje. Si estás seria, dicen ‘siempre con cara de cu…', si te reís te dicen que exagerás. En algunas fotos estoy riendo, en otras triste, en unas beso a mis hijos y en otras los abrazo. Hay que mirar lo que uno hace, soy consciente de lo que esta bien y mal y no veo nada que este mal en la foto”.
¿Por qué un beso en la boca a un hijo causa polémica y divide opiniones? “Este tema, como muchos otros esta atravesado por factores culturales y cuestiones familiares. Cada familia es un mundo y tiene sus códigos, cada árbol genealógico tiene sus costumbres que deben ser respetadas”, comenzó explicando la licenciada en psicología Diana Hunsche autora de A trapia, ¿yo? y agregó sobre este punto en particular: “Con respecto a los besos, todo depende del tipio de beso. Si es leve, corto, un piquito cariñoso dado desde un amor maternal o paternal esta todo bien no pasa nada, no hay nada de malo en eso, lo malo puede estar en la mirada de aquella persona que lo juzga negativamente”.
“En esto como en todo lo relacionado en la educación, importa muchísimo el cómo más al del qué. El qué es importante pero el cómo lo es más. Puede haber otros actos que si están cargados de erotismo son repudiables. El beso tiene que nacer desde un sentimiento de ternura y si es así, está todo bien y este punto va mas allá del tema del beso”, dijo y ejemplificó: “Hay familias en las que la desnudez es normal, cotidiana y natural, es una desnudez des erotizada, en ese caso son cuestiones culturales que deben ser respetadas y no son malas ni generan problemas en la salud mental de los hijos”.
La especialista además explicó que muchas veces el beso está relacionado con otras situaciones y que por eso es cuestionado: “Representa el sello del amor y genera una línea divisoria marcando un antes y después. Después del beso aparece una etapa en la pareja y esto se ve en todas las manifestaciones culturales, películas, poemas, cuadros, series, donde el beso de algún modo insinúa lo que va a venir y es la consumación de ese amor, los cuantos de hadas terminan en un beso, eso hace que generar un rechazo de la gente hacia esta cuestión de besar a un hijo o hija en al boca”.
Sobre las opiniones en las redes, dijo: “Sabemos que siempre que nos exponemos pueden aparecer criticas, lo importante es respetar a aquellas personas que no quieren adherir a la practica”.
Hace un tiempo, luego de que Paula Chaves fuera criticada por no ponerle medias a su hija Filipa de en ese entonces nueve meses, la doctora Carla Orisini (MN 131323) “mamá de cinco y pediatra” como ella misma se define, había dicho a este sitio: ”La mirada ajena en la mapaternidad pesa. Hay muchos expertos en crianza que se jactan de hacerlo mejor que uno, que buscan el error, que lanzan opiniones no constructivas ni empáticas. En las redes, el anonimato los potencia. Se necesitan más miradas amables, dispuestas a armar redes, sostener y contener. Me gusta pensar que de a poco cambiará, que la frase: ‘Bienvenida a la mapaternidad, todo estará mal para alguien...’ se transforme por: ‘Bienvenidos, hacemos lo mejor que podemos cada día, lo están haciendo bien’”.
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