Jimena Barón nunca pasa desapercibida. Con casi seis millones de seguidores en Instagram, ya se convirtió hace rato en una referente para las jóvenes. Y este año, su rol como jurado de La Academia no sólo fue observado por sus devoluciones, sino que también puso el foco en sus looks, convirtiéndola en toda una influencer, aunque a ella le cueste esa definición. “No soy de las minas que le encanta el universo moda”, dirá en diálogo con Teleshow, en la intimidad de su camarín en los Estudios Baires, ubicados en Don Torcuato, desde donde se emite ShowMatch.
De hecho, lo primero que pensó al recibir la propuesta para estar en el programa que conduce Marcelo Tinelli fue justamente cómo haría para preparar cinco outifts distintos por semana. “A mí me embola, yo voy para vida con un jean y una remera. Me pongo cualquier cosa, y creo que se nota bastante. Cinco looks por semana me parecía una pesadilla. Me da fiaca, hay que pensar, hay que probarse ropa. No me encanta eso, como no me encanta ir a la peluquería”, cuenta sin ningún problema. Sin embargo, confiesa que le empezó a “tomar el gusto” gracias a su equipo, que es el que hace posible que se vea espléndida cada noche: Leo Leiva, su peluquero; Vero Fioravanti, la jefa de Maquillaje de La Flia y sus estilistas Federico Bevionne y Romina Giangreco.
“Lo que resolvimos es hacer una temática por semana, por ejemplo, una fueron los hot pants, que son como unos pantalones medio tanga. Después fueron cinco trajes distintos, y así vamos por la vida. Hemos hecho cinco looks de jogging, cinco corsets...”, comenta mientras se prepara para una nueva emisión del ciclo de El Trece. En ese sentido, al igual que Guillermina Valdés, destaca que siempre trata de darle la oportunidad a diseñadores emergentes: “Intentamos dar lugar a las marcas que no se ven en todos lados. Me acuerdo que arranqué con cuatro tops y jeans, que eran de pibas del conurbano, creo que son de Lanús. Siempre que está la posibilidad me parece que está buenísimo porque los más vistos la tienen como más fácil”.
Para organizarse mejor, la cantante cuenta que armaron un grupo de Whatsapp, en el que se van enviando referencias sobre posibles looks. “Soy bastante relajada, no miro en Instagram, pero dentro de lo que yo sé que me va a gustar o que me queda bien, mando fotos”, explica, y revela que todos los sábados tiene prueba de vestuario, en la que no se cierra a casi ninguna propuesta. “Valoro, entiendo, si al vestuarista le parece que está bueno, cedo, pero a veces quizás no es algo que yo elegiría ponerme. No siempre es lo que más me encanta, pero también escucho, aprendí”, comenta.
Ese ida y vuelta, lleva su tiempo. “Para que te queden cinco looks, por ahí te probás diez. Y yo detesto probarme ropa. Compro mucho por internet y sino, entro, miro, ya más o menos sé mi cintura, me lo llevo y sino, lo cambio”, agrega. Sin embargo, admite: “La ropa es un misterio, hay cosas que decis ´no´ y te las ponés y decís ´ah, mirá vos”, soy abierta. El secreto, aunque me pese, es probar. Hay que probase y ver”.
Pero, como toda personalidad, también tiene algunas “no” rotundo, aunque son muy pocos y son sólo desde el lado del make up y el peinado. “En el maquillaje, los rojos y los naranjas no me gustan. Eso lo tengo más claro, y todo lo que sea como más amarillo. Y por ahí yo soy más del volumen, cuando me hacés esos peinados tipo la plancha perfecta que yo tengo que estar medio rígida, porque viste que yo hablo y gesticulo, entonces todo lo que me deje a mí muy durita, prefiero que no. Soy como más salvaje, necesito más movimiento”, precisa. A su lado, su maquilladora da fe de lo que acaba de decir La Cobra: “Lo que tiene Jime es que ella sabe lo que quiere, lo que le queda bien, es a partir de esa guía que vamos armando todo. Sabe lo que quiere, y a partir de esa semana armamos pelo y make up”.
En el caso de los zapatos, tiene una fidelidad absoluta con Luciano Marra, su diseñador favorito. “Laburo con él hace un montón, me parece súper genio, prefiero ser fiel a la gente que está trabajando conmigo hace mucho tiempo”, señala, y también en este sentido revela que va cambiando bastante el estilo según el vestuario que elija. “He tenido bucaneras, plataformas, otros más de señorita, más bajitos”, añade.
Los accesorios también son otra parte importante del look, aunque confiesa no ser “muy fan”. “Cuanto menos cosas tenga, soy más feliz. Soy un perno para vestir, me gusta estar desnuda, la gente lo entiende, para mí es como una fobia…me molestan las cosas”, agrega, y señala a su peluquero, entre risas: “Él me pone extensiones, yo quiero morirme, termina esto y me arranco todo. Está bueno jugar, pero ansío la hora de sacarme todo”. Y cierra, divertida: “No puedo entender mi feed lleno de looks. Para mi es muchísimo y no sé si va a volver a pasar”.
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