José Nicolás Mancera, más conocido como Pipo Mancera, fue un genio de la televisión argentina. Su destacado paso por la pantalla chica lo convirtió en uno de sus hombres más creativos y pronto se ganó el titulo de “inventor de los programas ómnibus”.
Periodista, crítico de cine, locutor, actor y productor, Pipo era todo uno. A los 32 años revolucionó la televisión y fue su dueño cada sábado durante casi 13 años ininterrumpidos, entre el 6 de enero de 1962 y el 11 de noviembre de 1974.
Mancera había nacido el 20 de diciembre de 1930, en Buenos Aires, y comenzó su carrera como periodista cinematográfico en el ciclo televisivo Pantalla Gigante. También condujo el musical La Noche y fue productor de La Calesita, film en el que participó Hugo del Carril. Si bien actuó en la película El Crack y realizó un cameo en una escena de Bicho Raro, interpretándose a sí mismo, aún faltaba para llegar a la cima.
Sábados circulares fue el primer programa ómnibus del mundo. Empezó como un ciclo de cinco horas y media, y llegó a durar ocho. Con picos de rating que ningún otro pudo superar alcanzó los 82 puntos cuando inauguró la moda de las bodas televisadas y transmitió en vivo, desde la Abadía de San Benito, el casamiento de Ramón Palito Ortega y Evangelina Salazar, realizado el 3 de marzo de 1967.
Por su ciclo pasaron nombres célebres: Sophia Loren, Alain Delon, Sandro, Marcello Mastroianni, Pelé y Raphael, entre otros. Incluso, se dio el lujo de ser el promotor de Joan Manuel Serrat cuando el cantautor era prácticamente un desconocido en la Argentina y estaba prohibido en la España franquista. También se lo recuerda por ser el primer periodista en entrevistar a Diego Armando Maradona, cuando Pelusa tenía sólo 10 años, en 1971.
En aquella televisión en blanco y negro, Maradona fue presentado como “el chico malabarista” que hacía asombrosas pruebas con una pelota de fútbol y afirmaba que su mayor sueño era participar, en el futuro, en algún Mundial de fútbol.
“Tengo recuerdos imborrables de haber iniciado mi carrera como solista, después de El Club del Clan, con una gran repercusión, en el programa de Pipo. Todos los artistas que venían de cualquier parte del mundo pasaban por su programa porque era la gran vidriera del espectáculo”, reconoció mucho años después Palito Ortega en una entrevista.
Con notas audaces, cámaras sorpresa y momentos impactantes, Mancera podía ser frívolo y también un periodista comprometido. Por su impacto, tal vez su sábado de máxima gloria sea cuando se sumergió en el Río de la Plata atado de pies y manos dentro de una caja de hierro cerrada con candados. Salió vestido de smoking y con una copa de champán en la mano.
Así era Mancera. Podía tirarse en paracaídas, entrevistar a una estrella, caminar en calzoncillos por las calles de Miami o hacer un informe especial desde Hiroshima. Él sabía mirar y sabía contar.
En 1967 fue premiado por la cobertura que realizó en Caracas tras el terremoto que devastó a Venezuela el 29 de julio de ese año. En definitiva, no ver a Pipo Mancera era perderse lo que pasaba en el país y en el mundo. Reconocido como el gran descubridor de ídolos, tenía una enorme capacidad para adelantarse a los fenómenos populares.
El amargo exilio
El 11 de noviembre de 1974 salió al aire la última emisión de Sábados circulares. En 1976 se tuvo que ir del país luego de que su amigo y relator José María Muñoz le confesara que “se tenía que rajar porque era boleta”. Alejado de los medios argentinos, trabajó en Francia, Italia, Brasil y Estados Unidos. “Cuando me fui llamé a todos aquellos famosos a los que les había pagado fortunas para ver si podían tirarme un laburito. Se borraron olímpicamente”, contó dolido el querido animador.
El largo alejamiento de las cámaras fue seguido por el fallecimiento de Cielito, su primera esposa, a mediados de los años 80, lo que lo sumió en una profunda depresión en la que su única ocupación fue escribir narrativa. Pero su casamiento con la coreógrafa Esther Ferrando le devolvió las ganas de vivir.
Recién retornaría al medio nacional en 1983 con Videoshow, un ciclo que solo duró 29 días al aire y del que siempre se mostró arrepentido. Años mas tarde, más precisamente el 7 de octubre de 1988 en un especial para TeleDos, los más grandes le rindieron un merecido homenaje.
En 1996 recibió el premio Martín Fierro a la trayectoria. Volvió con un emotivo reportaje a Sandro para Crónica TV y en la radio con el programa Simplemente Mancera. Pipo quería trabajar, pero desde los 44 años era una especie de prócer televisivo a quien todos admiraban y pocos lo tenían en cuenta. Hasta que el 18 de agosto del 2007, 33 años después y convocado por su amigo Héctor Ricardo García, reapareció en una versión moderna de sus Sábados circulares, con un noventa por ciento de material de archivo. Su regreso pasó con más pena que gloria.
Para ese entonces, ya estaba enfermo, pero se lo veía muy feliz con este postergado reconocimiento que le permitió recrear su éxito. Murió el lunes 29 de agosto del 2011 a los 80 años y fue un duro golpe para el espectáculo argentino. Distintas personalidades del mundo artístico y periodístico lo recordaron con homenajes y anécdotas que destacaron su trayectoria y personalidad en la televisión.
“Nicolás Pipo Mancera fue un maestro para todos, personalmente para mí, que crecí mirando Sábados circulares y estuve con él en la fiesta por los cincuenta años de El Trece”, dijo Marcelo Tinelli cuando lo homenajeó en ShowMatch. “Para mí, era uno de los momentos más lindos de mis tardes en Bolívar ver su programa. Quiero recordarlo con el más inmenso cariño, desde la pantalla del canal que lo vio crecer, que lo vio hacer ese exitosísimo programa que me marcó muchísimo cuando era chiquito”, agregó el conductor.
Tras un velatorio multitudinario, por donde pasaron prácticamente la mayoría de sus colegas a darle el último adiós, los restos de Mancera fueron traslados al cementerio ubicado en el kilómetro 32 de la autopista Panamericana Ramal Pilar, donde se realizó una ceremonia privada de responso.
Esther Ferrando, la mujer que acompañó hasta el último minuto a Pipo, agradeció las muestras de cariño y el respeto expresados por amigos y figuras del espectáculo, y recordó: “Siempre estábamos juntos, salvo cuando se iba 10 minutitos a hacer algo”. A su vez, sostuvo que su esposo estuvo internado porque “tenía problemas de presión sanguínea y el día que le dieron el alta, se murió”.
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