Susana Giménez había recibido la primera dosis de la vacuna de Pfizer contra el coronavirus el día 24 de abril. Un mes y medio más tarde, el viernes 4 de junio pasado, recibió la segunda. Ambas inoculaciones ocurrieron en Uruguay, país en el que la diva reside actualmente. Sin embargo, un día después de la segunda dosis, la conductora supo que había contraído coronavirus.
Así se lo confirmó su hermano, Patricio Giménez, a Teleshow. Un rato más tarde, la conductora le envió un audio al periodista Luis Novaresio en el que le describió cómo se estaba sintiendo: “Saturo muy bien de oxígeno, pero tengo un dolor de cuerpo horrible. No puedo hablar”, le contó Susana. A partir de ahí, comenzó una recuperación lenta pero a paso firme y, hoy en día, ya está recuperada del virus originado en China.
Ahora, la noticia es que Susana volvió a “meter la pata” en las redes sociales y ser protagonista de un blooper en el que quedó al descubierto información personal y sensible: su certificado de vacunación contra el coronavirus, en el que se incluye las fechas en que fue vacunada, su número de DNI y un código QR que certifica la validez de la inoculación.
En la noche del martes, el avatar de Giménez en Instagram se resaltó enrojo, señal de que había un nuevo contenido en sus Instagram Stories. Y al ingresar, se podía leer que María Susana Giménez Aubert -tal es el nombre real y completo de la diva- se había vacunado contra el coronavirus los días 24 de abril (primera dosis) y 4 de junio (la segunda), ambas del laboratorio Pfizer.
Pocos minutos después de que la publicación saliera al aire virtual, la conductora notó su error (¿quiso enviársela por mensaje privado a un contacto?) y rápidamente elimino la publicación. Sin embargo, no fueron pocos los que alcanzaron a capturarla.
Entre los recordados pifies de Susana en sus redes, se encuentra uno de abril pasado, en el que compartió en su cuenta de Twitter el audio de un imitador del presidente argentino Alberto Fernández. “En principio va a ser hasta el 30 de abril y después lo veremos. Pero no me tiembla el pulso si tengo que dejar a todos estos guachos hasta fin de año. ¡Los voy a dejar! Es la única manera de que entiendan estos negros de mierda”, se escuchó en la imitación, respecto a la posibilidad de la extensión de la cuarentena durante el otoño pasado. Susana lo compartió en su cuenta y fue rápidamente viralizado entre sus más de cuatro millones de seguidores. Sin embargo, veinte minutos después de publicado, le hicieron notar el error y eliminó el mensaje.
Fernández se enteró de la publicación y, por si hacía falta, desmintió lo publicado por Susana: “Lamento la imprudencia que significa publicar una noticia fake de esta naturaleza. Ese no soy yo”, dijo el presidente aun cuando el tweet en cuestión todavía estaba publicado.
En julio del año pasado, una publicación en el feed de Instagram de Susana había llamado la atención. Se trataba de una imagen publicada sin intención, pero francamente incomprensible: un semicírculo blanco con una línea celeste cruzada. Tal vez haya sido ampliada en demasía –por eso aparece pixelada–, al punto de perder cualquier referencia. Aunque quizás le falte una aclaración. Y aquí, todo el problema, porque la explicación está: “Mandar a Inés”, se leía al pie.
La diva habría intentando ordenarle a su smartphone, a través de un dictado de voz, que le enviara un mensaje –la imagen en cuestión– a su asistente personal Inés Hernández. O bien, otra posibilidad, quiso dejar un recordatorio en el aparato para hablar con su productora de confianza en el momento oportuno. Pero sin darse cuenta, terminó posteándolo en sus redes como si fuera una captura de pantalla, apretando vaya uno a saber qué función del celular.
SEGUIR LEYENDO: