“Tocar la batería fue todo lo que siempre me interesó”, le dijo Charlie Watts a The Guardian cuando lo entrevistaron en 2000. Lo demostró desde el primer día que apareció en vivo con los Rolling Stones y lo dejó en claro hasta el último golpe. El baterista icono, el del pelo blanco y la sonrisa medida, murió a los 80 años en un hospital de Londres. Ya se había ido un poco cuando hace dos semanas los Stones anunciaron que Charlie no iba a ser parte de la gira.
Charles Robert Watts había tocado en The Rolling Stones desde 1963, siempre con Mick Jagger al frente y con Keith Richards del otro lado. El trío base de la banda de rock más grande de todos los tiempos estuvo presente en cada uno de los discos que sacaron, en cada show, en cada foto. “Es con inmensa tristeza que anunciamos la muerte de nuestro amado Charlie Watts. Falleció pacíficamente en un hospital de Londres hoy rodeado de su familia”, dice el comunicado de forma escueta, simple, como era él.
Casado desde 1964 con Shirley Ann Shepherd, padre de una hija, abuelo de una nieta, Charlie tuvo una vida muy diferente a la de sus compañeros en ciertos aspectos. Cuando todos estuvieron de fiesta en la mítica mansión de Playboy, él eligió estar lejos de las conejitas y más cerca del salón de juegos, por respeto a Shirley. Estuvieron en crisis en la década del 80 cuando el baterista se dejó arrastrar por los excesos, pero se enderezó por miedo a perderla.
En aquella nota con The Guardian, Watts aclaró: “Chicas persiguiéndote por la calle, gritando... ¡horrible! Lo odiaba, aunque supongo que era bastante halagador. Y es fantástico tocar para un público así. De todos modos, las chicas realmente amaban a Mick, Brian (Jones) y Keith. Bill (Wyman, bajista de los Stones desde 1962 hasta 1993) y yo éramos mayores. Ahora parece mucho más joven”. Wyman es el ex Stones más viejo, con 84 años, y Ron Wood (que se unió a la banda en 1975 y aún continúa en activo) es el más joven con 74 años cumplidos en junio.
“Charlie siempre está ahí, pero no quiere que todo el mundo lo sepa. Hay muy pocos bateristas así. Todo el mundo piensa que Mick y Keith son los Rolling Stones. Si Charlie no estuviera haciendo lo que hace con la batería, esto no podría ser real. Descubrirías que Charlie Watts es los Stones”, dijo Keith Richards en una entrevista cuando le preguntaron por su tranquilo baterista hace más de 20 años. Durante su paso por Buenos Aires, Charlie también llamó la atención por su amabilidad y su parsimonia.
Desde los primeros shows en Buenos Aires, los Stones tuvieron un selecto grupo de amigos que les dio acogida. La cercanía de Federico Gastaldi con Mick Jagger fue la piedra fundamental para que cada vez que la banda pisaba suelo argentino enseguida se organizaran a su alrededor encuentros informales y fiestas fuera de todo protocolo. El empresario ligado a la Fórmula 1 que fuera director adjunto de la escudería Lotus, y hermano del fallecido Marcos Gastaldi, llevó a los Rolling a ver un partido de polo durante su primera visita al país en 1995. La fascinación que une a los británicos y a los argentinos por los caballos fue el primer acercamiento de la familia Gastaldi con la súper banda.
La música y empresaria Camila Gastaldi recuerda: “En el 2006 conocí a Charlie Watts porque en esa gira mi tío organizó una fiesta posterior a los shows. Charlie fue muy educado, sonrió, me agradeció por ser parte de la familia del que organizaba la fiesta, estaba con su mujer y era muy tranquilo, no estuvo mucho tiempo y se fue. En 2016 organicé yo una fiesta en la casa de Marcela (Tinayre), súper exclusiva para 50 personas, pero Charlie no vino”. Camila recuerda que Jagger era mucho más habitué en comidas y reuniones. “A los Rolling Stones los conocí en 1995 cuando fuimos a un campo porque ellos querían ver un partido de polo. En el ‘98 los volví a ver, siempre la relación fue a través de mi tío Federico que tiene una amistad con Mick Jagger. Ese año mi papá salía con Marcela Tinayre y fue a comer al departamento de ella. Nosotros éramos chiquitos y teníamos prohibido aparecernos por el living, entonces estábamos en el cuarto de Nacho (Viale). Pero de repente se abre una puerta y entra Mick Jagger, así que nos tiramos encima y nos sacamos fotos geniales”.
La empresaria no duda en afirmar que a pesar de su perfil bajísimo, Watts era una persona especial: “Charlie te saludaba con una sonrisa muy linda, muy genuina. No tenía una relación directa con él, pero mi impresión es que él ponía una cuota de coherencia, era un estratega, muy involucrado con la comunicación y la imagen de los Stones, un tipo muy reservado, que por lo que yo sé disfrutaba muchísimo de la vida y era un gran consejero para el resto de la banda”.
Diego Perri es periodista y trabaja como agente de prensa desde hace décadas, pero es, sobre todo, un fanático perdido por los Rolling Stones. Autor del libro República Stone: Diario de Viajes con los Rolling Stones por el Mundo, Perri recorrió 40 mil kilómetros para ver a la banda de su vida en muchos, muchísimos escenarios. Frente a la muerte de Charlie Watts, Perri no puede hablar: “Estoy destrozado”. Pero sí recuerda con mucha emoción los momentos en los que pudo cruzarse con el legendario baterista. “En octubre del ‘94 lo vi en persona por primera vez en San Francisco, California. Charlamos un ratito y, al presentarme, enseguida me dijo ‘Diego, como Maradona’”.
Perri tuvo la oportunidad de trabajar para ellos al frente del departamento de prensa de EMI, cuando editaron el disco A Bigger Band en 2006, y fue en 2016 la última vez que pudo cruzar unas palabras con Charlie. “Fui a saludarlo en La Plata. Última visita de la banda al país. La última vez que lo vi tocando en vivo fue en el último show de los Stones en Miami en 2019”, recuerda Diego. El profesional deja paso al fanático y pone en palabras el sentimiento de todos los que conocieron a Charlie Watts: “En cada encuentro, la humildad de un verdadero grande. Caballero, sensible, gentil. Hizo escuela con su estilo jazzero en la banda más grande de rock and roll de todos los tiempos. Que en paz descanse”.
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