Los que la disfrutamos en Muertos para mí, esa comedia brillante e irreverente que se encuentra en Netflix, y los que la recuerdan como Kelly, la adolescente de la versión original de Casados con hijos, quedamos shockeados con la noticia. Christina Applegate, contó en sus redes sociales que le diagnosticaron esclerosis múltiple.
“Ha sido un viaje extraño. Pero me apoyaron mucho las personas que conozco que también padecen esta enfermedad. Ha sido un camino duro. Pero como todos sabemos, el camino continúa”, reveló en un tuit, para finalizar con un: “Como dijo uno de mis amigos que tiene esclerosis múltiple, ‘nos levantamos y tomamos la acción indicada’. Y eso es lo que hago yo. Así que ahora pido privacidad mientras paso por esto”.
Su mensaje resultó por un lado demoledor y, sin embargo, esperanzador, y ya sabemos que la esperanza le pertenece a la vida. Es la vida misma, defendiéndose.
Si algo sabe Applegate es que la vida no siempre es un lecho de rosas. Nació en Los Ángeles, el 25 de noviembre de 1971, y como muchos habitantes de esa ciudad creció en una familia donde la frustración era más fuerte que los sueños. Su papá, Robert, era productor discográfico y su mamá, Nancy Priddy, una actriz y cantante que, aunque la remaba y la remaba, no lograba alcanzar el éxito. Por frustración, proyección o simplemente necesidad, Nancy decidió que su niña sí alcanzaría lo que ella no tenía: a los cinco meses Christina protagonizó un aviso de mamaderas. Al tiempo el matrimonio se separó. Nancy y su hija quedaron en una situación económica precaria.
Varias veces tuvieron que recurrir a la ayuda del estado para poder subsistir. Madre e hija se las arreglaban con trabajos esporádicos. Nancy aceptaba participar en cuanta serie y obra de teatro le ofrecieran, mientras Christina aparecía en anuncios y algunas producciones cinematográficas. “Para mi madre no fue fácil ser una actriz con problemas para trabajar y criar una niña. Eramos como dos vagabundas, sin saber nunca de dónde vendría el dinero”.
La inestabilidad, lejos de hacerla débil, la convirtió en una persona muy segura de lo que quería. No fue sencillo superar su timidez y en la secundaria no sentirse un patito feo al lado de su compañera, la bellísima Milla Jovovich, pero lo logró.
A los 15 años se presentó al casting para Casados con hijos. Obtuvo el papel que años después Luisana Lopilato interpretaría en la versión argentina. Para cumplir con los tiempos de grabación abandonó la escuela secundaria, decisión de la que siempre se arrepintió. Si en la comedia era una adolescente querible pero no muy avispada, en la vida real era igual de querible pero muy inteligente. Ed O Neill, que actuaba de su padre en la sitcom, solía decir, entre orgulloso y admirado, que “solo alguien de su calibre e inteligencia puede lograr un personaje de ‘rubia tonta’ de manera tan convincente”. Contaba que con Christina solo eran necesarias una o dos tomas para lograr la escena, algo que admiraban los actores y agradecían los técnicos.
La comedia estuvo al aire diez años y fue la propia Applegate quien explicó el por qué de su vigencia. “Al comienzo el programa conmocionó y disgustó a la gente. Pero en privado, disfrutaban reírse. Con demasiada frecuencia la gente mira a las familias perfectas en la televisión y piensa: ‘¿Por qué mi familia no puede ser así?’. Pero en el caso de Casados con hijos, la gente por fin podía exclamar: ‘¡Gracias a Dios que mi familia no es así!’”.
La adolescente se convirtió en una rubia bella que pasó a ser protagonista frecuente de esas listas -“las más sexys”, “las más lindas”- que tanto le gustan a los norteamericanos. En 1992 MTV daba el premio a las más deseada. Se lo quedó Linda Hamilton, pero Christina llegó a la final nada más ni nada menos que junto a Kim Basinger y Julia Roberts.
Por entonces, Brad Pitt enloqueció por ella. Se conocieron en los pasillos del estudio cuando ella ya era Kelly y él, un desconocido que buscaba una oportunidad pero con una belleza de esas que parecen dignas de otro ADN. De conocidos pasaron a amigos: Pitt solía compartir cenas con las Applegate. En 1988 protagonizaron una producción fotográfica y de amigos pasaron a novios. El rubio era ocho años mayor, pero la diferencia de edad no importaba.
Un año después fueron invitados a los MTV Video Music Award. Llegaron juntos pero se fueron separados: es que la muchacha plantó a Brad por Sebastian Bach, cantante de la banda de heavy metal Skid Row. Hasta el día de hoy el músico se jacta de que “hubo un momento en esta tierra en el que Sebastian Bach estaba aún más bueno que Brad Pitt”. Y nadie puede desmentirlo.
Al terminar Casados con hijos, Applegate formó parte de la serie Jesse, proyecto que duró dos años. Trabajó en algunas películas que no llegaron a convertirse en tanques, como Wonderland y Sobreviviendo a la Navidad, pero que son ese tipo de filmes donde el guión demuestra que se está más interesado en lo que se cuenta que lo que se recauda.
Participó en Friends interpretando a Amy Green, hermana de Rachel, el personaje de Jennifer Aniston. Solo estuvo en dos episodios y le valieron para llevarse un Emmy.
En el 2001 se casó con Johnathon Schaech y en 2005 se separaron. Él se quedó con un auto alemán y un Buda de cemento; ella con un auto ecológico y dos casas. Ambos rechazaron su derecho a pedir manutención por parte del cónyuge: se siguen hablando como dos viejos amigos.
Al tiempo comenzó una relación con Lee Grivas, un fotógrafo. Durante dos años tuvieron idas y vueltas por la adicción a las drogas de él. Christina lo quería, pero también sentía que no podía quedarse quieta mientras su pareja se arruinaba la vida. La actriz no podía olvidar esa noche de octubre de 1993 en The Viper Room, el boliche de Hollywood Boulevard. Recuerda su saludo con River Phoenix y también cómo lo vio convulsionar en la vereda, víctima de un cóctel de cocaína con heroína. No quería repetir la historia con Grivas, por eso las peleas y las reconciliaciones. El amor no logró vencer las adicciones: Grivas murió de una sobredosis en 2008.
No había terminado de despedir a su novio cuando una visita al médico terminó con un diagnostico demoledor: cáncer de mama. Como consecuencia de la enfermedad, y como parte del tratamiento, se sometió a una doble mastectomía. “Lloro al menos una vez al día al respecto porque es difícil pasarlo por alto cuando estás parada frente al espejo. Cuando miras hacia abajo, es lo primero que ves… Es un recuerdo constante del cáncer que tuve”, se sinceró en el programa de Oprah Winfrey.
Nueve años después se realizó una operación para remover sus ovarios y sus trompas de Falopio. “Es un alivio, es algo menos por lo que tengo que preocuparme. Ahora esperemos que no me pase por encima un autobús”, dijo, para ponerle un poco de humor al asunto.
La actriz contó que porta el gen mutado BRCA1, que predispone la aparición de cáncer, y una de sus mayores preocupaciones era que su hija lo hubiera heredado. “Las chances son muy altas. Estoy haciendo todo lo que puedo, pero sé que en unos 20 años ella tiene que empezar a hacerse estudios”, compartió. “Ansío que para ese momento haya avances, porque me rompe el corazón pensar que ese escenario sea una posibilidad en su vida”.
En su recuperación fue fundamental el papel de Martyn Lenoble, su pareja. Lenoble es bajista, lo que demuestra la predilección de Applegate por los músicos: integra un grupo de rock llamado Porno for Pyros. En el 2010 se comprometieron. Ella destacó como él la ayudó a superar el mal trance de su salud. “Martyn ha sido una parte increíble de mi vida. Sin él, yo no sé si podría haberlo logrado. Su ayuda ha sido realmente increíble”. En el 2011 llegó Sadie, la hija de ambos.
La actriz decidió disfrutar de la maternidad. Dedicó mucho tiempo a su hija. Defensora de los animales, participó en varias campañas conservacionistas y siguió tomando clases de danza jazz. No olvidó lo vivido, y para concientizar sobre el cáncer de mama, fundó la organización Right Action for Women, dedicada a brindar detecciones tempranas de este tipo de cáncer.
En 2009 protagonizó y produjo Samatha who?, una comedia que se animaba a cuestionar la ética de cierta clase media. Pasaron diez años para volver a disfrutarla en pantalla. Fue en 2019 cuando se estrenó Muertos para mí, comedia de humor negro que la tiene por protagonista y también productora. Porque Applegate integra ese aguerrido grupo de personas que no esperan que les llegue la oportunidad sino que salen a generarla. Como Reese Witherspoon, Charlize Theron y Natalie Portman, decidió producir las series o películas que les gustaría protagonizar.
Muertos para mí es una de esas maravillas que pasan desapercibidas en promos pero que en el boca a boca estallan. Si usted, lector, todavía no la vio, deje un rato esta nota y comience a verla, créame, no lo va a defraudar. La serie trae todo lo que la saca de la categoría “una más” para pasar a “inolvidable”. Una comedia negra que no cae en ningún lugar común, con un humor un más complejo y sofisticado que el de la burla del otro o la réplica rápida. La trama es original en el planteo y en la resolución. A eso se le suma que sus protagonistas, Applegate y Linda Cardellini, juntas son dinamita. Dan ganas de meterse en la pantalla para compartir aventuras y amistad con esas muchachas.
Cuando parecía que se venía la tercera temporada de la serie y el cáncer había quedado atrás, Aplegatte anunció que fue diagnosticada de esclerosis múltiple. Dicen que Dios habla a través de las desgracias. Si es así, Applegate está escuchando un discurso.
Comienza un nuevo y arduo camino para ella. Seguramente lo transitará con ese coraje que la distingue de chica. Porque si fue capaz de plantar a Brad Pitt, no nos caben dudas de la entereza de esta mujer a la que le removieron los ovarios pero los sigue teniendo.
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