Qué significa “cringe”, la palabra que repiten las hijas de Nicole Neumann y fue pregunta en Los 8 escalones del millón

La modelo se sorprendió al conocer el significado del término muy utilizado en los últimos tiempos por los jóvenes

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En los últimos años los jóvenes impusieron un nuevo vocabulario y expresiones como skere, ATR o modo diablo. Entre los nuevos modismos, está el término “cringe” que el jueves por la noche fue protagonista de una de las preguntas del ciclo de Guido Kaczka Los 8 escalones del millón. Nicole Neumann, jurado del programa, se enteró en ese momento el significado y confesó que sus hijas repiten dicho término todo el día.

“Jonatan me tenés que decir en el escalón de ‘palabras de ayer y de hoy’: ¿Para referirse a qué tipo de sentimiento se suele utilizar la expresión ‘cringe’? A: vergüenza ajena o B: amor propio”, preguntó el conductor y luego de unos segundos el participante respondió que “por amor propio”, lo que fue incorrecto. “Es vergüenza ajena”, remarcó el anfitrión.

La gente comenzó a buscar
La gente comenzó a buscar la palabra "cringe" en Google tras la pregunta de Los 8 escalones del millón

De inmediato, entre risas Nicole interrumpió: “¡Al fin me entero! Mis hijas (Allegra, Sienna e Indiana) están todo el día diciendo esa palabra y digo, ‘¿de qué hablan?’”, entonces Guido bromeó: “Les das cringe”. “No, de mí no lo dicen”, aclaró la modelo y él reconoció que sus hijos sí se lo dicen en determinados momento: “A mí cuando bailo, ‘qué cringe’”. El término que se popularizó en los jóvenes en las redes sociales en los últimos años es una palabra inglesa que justamente significa “sentir vergüenza”.

En el programa todos los días sí o sí uno de los participantes se lleva un millón de pesos luego de responder preguntas de interés general, geografía, ciencia, historia, moda, espectáculos, arte y otras categorías. Las preguntas finales para ver quién se lleva su gran premio las hacen Carmen Barbieri, Martín Liberman, Nicole Neumann, Gino Tubaro y un invitado, que fue Darío Sztajnszrajber el jueves.

El ciclo comenzó el 26 de julio y Cecilia, una dueña de una pollería se llevó el primer millón. Desde ese momento, todas las noches Guido regaló el cuantioso premio. “Hay 8 en el escalón 8, luego 7 en el 7 y así hasta quedar dos para pasar al último y ganar el millón. Cada escalón es temático y van contestando sobre interés general, curiosidades, geografía, historia… Y así van quedando en el camino. Como sale o sale, ante los empates de los que pierden, los ganadores tienen que elegir a quién traen. Por eso hay más estrategia que en Los 8 escalones tradicional”, había explicado el conductor la dinámica del ciclo.

Antes de empezar el segundo programa que tiene al aire, Guido había contado cómo hacía para equilibrar el trabajo con la vida familiar: “Es mucho tener cuatro hijos y tiene sus dificultades, pero también sus alegrías. Es como lo que me pasa en la tele: hago lo que me gusta. Así como me gusta la familia grande y que cada cena sea un cumpleaños, es cierto que hay más problemas, porque los hijos y los padres tenemos nuestros problemas. Sin embargo, es lo que elegí, con lo bueno y con lo malo. Y con el laburo me pasa lo mismo. Trabajo mucho y lo disfruto, pero también sufro y me amargo si algo no sale. Eso sí, cuando las cosas van bien al aire, soy muy feliz.En esta vida me tocó una gracia: mi hobbie coincide con mi trabajo. Es una de las tres o cuatro gracias que te pueden tocar, porque tampoco hay tantas”.

Sobre su rol como conductor de entretenimientos, dijo: “Los programas de juegos tienen que ver con los vínculos y con el encuentro con el otro. El entretenimiento facilita eso. Uno se siente bien cuando se encuentra con alguien. En tiempos en los que todos parecemos querer ser independientes y mantenernos intactos, la felicidad se da por el encuentro. En los programas de entretenimientos uno se divierte y empatiza. Lo ve al conductor emocionarse con un participante. Y el premio es una excusa para darle sentido al encuentro. Ocurre eso de tomar partido desde casa. Y eso de las neuronas espejo: ves ganar a alguien y sentís que ganaste vos. A mí me pasa. Gana alguien y tengo la sensación de que lo gané yo, aunque no sea aquel al que le depositan el millón de pesos”.

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