“Con los colores no se lleva bien. En cambio, todo lo que sea negro, ¡le encanta! Lo elige siempre en primer lugar”, asegura María Vilariño, la vestuarista de Marcelo Tinelli hace casi treinta años, en charla con Teleshow. Y entonces habla de las concesiones en materia de colores del showman que lleva tres décadas entreteniendo a los argentinos desde la pantalla chica. “Algo de azules y grises, a veces”, cuenta la mujer que todos los días tiene la misión de vestir al conductor de ShowMatch, ese que marca tendencia en cuestión de estilo cada vez que confirma clásicos, se anima a las apuestas sutiles y está en cada detalle.
“Le preparo dos equipos para cada día, así tiene más de una opción. Para eso busco semanalmente muchísima ropa que me permite armados bien variados”, agrega María. En relación a cuánto opina el conductor –que suele interesarse por la moda– y cuánto define ella, Vilariño relata la dinámica. “Me deja crear y armar los equipos. Después de tanto tiempo lo conozco bien y sé qué le gusta y además qué le queda bien. Si a último momento yo quiero hacer algún cambio, se lo consulto. A veces me dice que no...”, apunta la vestuarista, una de las “históricas” de un conductor que suele crear vínculos laborales duraderos y basados en la confianza.
En la misma línea y trabajando en equipo está Elvio Casciano, que peina a Marcelo hace trece años. En La Flia, la productora que funciona desde los Estudios Baires de Don Torcuato, todos lo llaman El Bichi. “Nos conocimos un verano en Punta del Este”, apunta el estilista que hoy es su peluquero personal. “Conmigo, a través de los años, Marcelo hizo una transición del pelo largo al corto. Yo soy quien le propuso el cambio de look. Fuimos pasando por distintos largos, alguno más desmechado que otro y dándole variantes hasta llegar al look actual”, comenta.
Si definimos el corte, El Bichi habla de “inspiración entre british e italiano”. Entonces explica que es un estilo clásico, pero moderno. “Se corta a máquina, pero no queda tan corto en los laterales y la nuca. Es decir, como lo usan los jugadores de fútbol, que son quienes impusieron la tendencia, pero no tan al ras. Lo de Marcelo es menos urbano y más clásico. Conservamos volumen en la parte superior, jugando con el hopo que a veces es un poco más largo y a veces un poco más corto”, asegura Elvio y agrega que este año hicieron hincapié en acortarlo un poco. “Le doy volumen en la cúpide, pero bien desmechado. Y eso lo logro con una cera de brillo mate”, confía y además destaca que Tinelli es un referente para un amplio rango etario que va de los 30 a los 60.
Irene Paré, su maquilladora, es otra pieza fundamental del look del hombre que todas las noches se presenta frente a las cámaras para que las luces lo apunten fuerte. Trabaja con el conductor hace 18 años y es la encargada, nada menos, que de su rostro. “Más allá del maquillaje, la clave está en el cuidado previo y cotidiano de la piel. Laburo mucho en su preparación, con cremas y serums que tienen principios activos muy nobles. Las aplico antes del make up para lograr un aspecto lo más natural posible”, revela Irene.
En este sentido, reflexiona: “El maquillaje de hombres es una de las tendencias que pisan fuerte en las principales capitales del mundo. Mi desafío es que Marcelo no se quede afuera, pero lograrle un look súper relajado y casual. Para eso recurro productos muy de vanguardia que permiten generar diferentes texturas. El secreto es que no utilizo polvos al momento de sellar el maquillaje, para que la cara de Marcelo quede con una luz única”.
¿Cuál es la dinámica cotidiana para que Tinelli se vea impecable al aparecer en cámara? “Empieza en su camarín, dos horas antes de que arranque el programa. Aunque Marcelo suele estar en La Flia desde más temprano por las reuniones de producción. Yo arranco con el pelo y es un proceso rápido, de alrededor de diez minutos, que incluye el secado con distintos productos. Claro que además, a último momento, le doy el toque final y chequeo que todo se vea perfecto”, relata El Bichi. Y agrega que el corte de Marcelo se retoca cada quince días y la barba, una vez por semana “para mantener esa sombra que acompaña el look”.
Una vez que está peinado, Irene trabaja sobre el maquillaje de Marcelo –”siempre cuidando los detalles”– y hace los últimos retoques cuando está por decir “¡Buenas Noches América!”. Luego llega la hora del cambio de ropa, a cargo de Vilariño, que pondrá en juego su creatividad, siempre respetando un estilo.
“Apenas comenzó el programa optamos por la elegancia total, con ambos, trajes o sacos con pantalón y corbata. Después fuimos relajando un poco para los días los viernes y ahora vamos por ese lado todos los días de la semana: más descontracturado. Claro que sigue habiendo looks de ambos con camisa, sin corbata o con sweaters. Eso a Marcelo le gusta y se siente cómodo. Muchas veces en lugar de zapatos uso botitas de caña corta con cierre o acordonadas”, revela Vilariño. Y sobre la tarea de vestir al hombre más mirado de la televisión, destaca: “Es un placer. Es flaco, alto, buen mozo y ¡le gusta la moda!”
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