Juana Repetto reflexionó sobre su figura post parto: “Sufrí casi 30 años no tener un cuerpo como el que nos hacen creer que es ideal”

La actriz compartió una foto en ropa interior y dijo que aunque hay cosas que no le gustan de ella, ama su cuerpo y cuestionó los parámetros de belleza: “La imagen que veo no me encanta, pero hoy ya no me molesta tanto”

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Juana Repetto y Belisario
Juana Repetto y Belisario

El 22 de junio pasado Juana Repetto se convirtió en mamá por segunda vez, luego de dar a luz a Belisario, fruto de su relación con Sebastián Graviotto. La actriz usó sus redes sociales para celebrar que terminó su cuarentena post parto y se mostró orgullosa de su cuerpo “que gestó y alimentó”. Además cuestionó los parámetros de belleza, que duran te años le hicieron mal.

“Bueno, aquí yo desnuda. Y no me refiero a estar sin ropa, estoy desnuda en todo sentido. Con un cuerpo que es el que amo por que gestó a mis dos hijos y alimentó más de 3 años a uno y está alimentando al segundo”, comenzó la flamante mamá en su cuenta de Instagram junto con una foto de ella posando en el baño en bombacha y remera.

Le agradeció a su “cuerpecito por ser sano y por todo”. “Te amo” , le dijo y siguió: “La imagen que veo no me encanta, pero hoy ya no me molesta tanto. Soy yo corriendo a posar para mostrarles cómo está mi cuerpo en el día en el que termina mi cuarentena post parto. No llegue en 3 segundos a la auto foto, lo intente con 10, la foto que vi no me gustó”.

La foto de Juana Repetto,
La foto de Juana Repetto, al final de su cuarentena post parto

Luego, cuestionó los cánones de belleza establecidos: “Me molestan mis piernas, la panza siento que será fofa for ever, temo no gustarle a mi marido (nivel, me tapo el culo para que no me vea). ¿Todo esto por qué? ¿Quién me metió en la cabeza que ese cuerpo de la foto no es bello o no es ideal? Nos han metido en la cabeza durante años que el cuerpo ideal no es el de la foto. Y yo recién los últimos años pude tener un cuerpo con el cual me sentí cómoda. Y soy una afortunada, por que solo me sentía incómoda o lo padecía emocionalmente un toque, pero no me enfermé”.

Logré encontrar un espacio donde aprender a alimentarme de manera saludable, cambiar hábitos y poder de ese modo sostener un peso saludable y con el cual me siento cómoda. Pero sufrí casi 30 años no tener un cuerpo como el que nos hacen creer que es ideal. Los cuerpos de las mujeres que a las dos semanas de parir están chatas también son reales, como también hay mujeres que sufren la delgadez. No voy a decir que sus cuerpos por ser flacas no son reales, sería injusto. Pero vale la pena decir que la gran mayoría de las mujeres tenemos cuerpos más parecidos al de la foto y deberíamos verlos bellos, porque lo son”, agregó.

Juana dijo que “podría disimular” y mostrarse “mejo” pero elige no hacerlo para pasar su mensaje: “Soy esto y quiero quererlo, con celulitis hasta la rodilla, con la panza flácida y con estrías y un hermoso jamón que se mueve al son del viento. ¿Es lindo verse y sentirse bien? Si. ¿Pero cuáles son los parámetros? No sé, yo igual caigo. A partir de mañana tengo el alta, voy a entrenar y volví al plan de alimentación saludable. Seguramente vuelva a verle como más me gusta, pero intentaré que sea sin auto presionarme y sobretodo sin sufrir”.

Juana Repetto con su
Juana Repetto con su hijo mayor, Toro, antes del nacimiento de Belisario

Luego de dar al luz a su segundo hijo, la actriz contó en sus redes sociales cómo fue su trabajo de parto y parto. “Tengo que hacer una intro para ponernos en contexto. Toro nació en la semana 42 post inducción (goteo, oxitocina sintética). Lo que en principio sería un parto sin intervenciones empezó con una intervención súper necesaria, en un ámbito amigable, muy respetado, luz tenue, música, ricos aromas, ducha disponible, pelota, tela, recursos mil y muy buena onda. Fue un parto hermoso, súper respetado, pero también bastante intervenido. Inducción, peri y antibióticos (estreptococo positivo)”, comenzó su relato.

En ese punto, destacó que de aquel 12 de agosto del 2016 tiene “un recuerdo divino”, siempre le “quedó una heridita” por no haber podido tener su “tan deseado parto sin intervenciones” y que por eso al enterarse que sería mamá nuevamente, buscó otra ves un “nacimiento lo más natural posible, como fueron siempre los nacimientos hasta que se empezaron a anteponer intereses personales, de las instituciones, de algunos profesionales, culturales, etc.”.

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