“Hoy es el programa en el que va a debutar Alex Caniggia en Polémica en el bar”. Con estas palabras, el conductor Mariano Iúdica abrió la edición del miércoles del mítico envío de América, anunciando el regreso del Emperador a la televisión, luego de un 2021 de alta exposición mediática. Alex había arrancado el año como uno de los personajes más populares de Masterchef Celebrity, certamen que lo tuvo como candidato hasta su salida, envuelta en un cruce de versiones entre renuncias y descalificaciones.
De allí, coqueteó con ShowMatch, donde su hermana Charlotte fue de las primeras eliminadas de La Academia, y tuvo unos comentarios desafortunados hacia Pampita Ardohain, una de las jurados. No pasó mucho tiempo sin aire hasta que el Emperador visite Polémica en el bar, donde dejó destellos de su carisma y de su personalidad avasallante que, para bien o para mal, no pasa desapercibida.
Diez minutos después de comenzar el programa del miércoles, Iúdica anunció el ingreso de Alexander Caniggia, pero el que ingresó fue el humorista Roberto Peña, en su desopilante imitación del hijo de Claudio Paul y Mariana Nannis. Parecía que la situación quedaba en una de las clásicas parodias del ciclo producido por Gustavo Sofovich, hasta que el verdadero Emperador atravesó las míticas puertas de Polémica bailando al ritmo de “Barats”, su canción en la que asegura “valer más de un millón” y que terminó con su doble.
“Me hizo bien dejar Masterchef porque estoy más afilado” afirmó el Emperador haciendo alarde de su estado físico y antes de prestarse el juego de las similitudes y diferencias con el imitador, donde destacó su estilo de vida “High society” (Alta sociedad). “Enfocá la facha”, solicitó al cámara que muestre su vestuario. Botas por fuera de los jeans achupinados, remera negra, cadenas de oro y lentes oscuros, un look bastante recatado considerando su paso por el reality gastronómico, sobre todo en el cabello.
Lo sentaron al lado de Flavio Azzaro y Gladys La Bomba Tucumana, con quienes chocó puños y luego saludó al resto de los panelistas: la periodista Marcela Tauro, al doctor Adrián Cormillot -al que bautizó “Cornix”- y Chiche Gelblung, a quien dijo conocer “desde que era un chaval”. Al principio, el Emperador estuvo tranquilo lo que sorprendió a todos en el estudio, especialmente a Azzaro: “Le saqué la ficha: afuera del aire es un pibe común”, interpretó el periodista, pero el mediático explicó todo: “Antes estaba tranquilo, me tomé el cafezurri y activé. Me dan otro cafezurri”, pidió. “No me caías bien, pero ahora no te puedo criticar porque me caés bien, me cagaste”, reconoció el periodista deportivo, con el que mantuvo la buena química durante el programa, a tal punto que fueron bautizados como “Los Killers”.
Durante su estreno en Polémica, Alex se llevó todas las miradas. Ni bien se sentó, recibió una dura crítica de Chiche: “Le compré golosinas de bebé, lo quiero mucho, pero representa lo peor de la cultura popular”, afirmó el creador de Memoria, apuntándolo con el índice, pero el joven no se dio por aludido: “No entendí nada, no entiendo vocabulario”, se defendió: “La cultura nueva es la que manda. La juventud, nosotros”, argumentó y participó de los diferentes temas de debate en la mesa.
Hacia el final, Alex tuvo una prueba de fuego cuando se enfrentó al Secretos verduleros del Luis Ventura interpretado por el humorista Claudio Rico, mientras el verdadero Luis seguía todo por videollamada. Sin embargo, el joven aquí tampoco quiso problemas. Evitó responder a cada una de las preguntas, formuladas en el formato multiple choice, lo que motivó el enojo del imitador que amagó correrlo por el estudio. Al final, terminó apoyado al mostrador, de brazos cruzados junto a su imitador, disfrutando de su paso por el emblemático ciclo.
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