Este martes, La Voz Argentina vivió la última gala de las audiciones a ciegas. Los cuatro jurados -Ricardo Montaner, Soledad Pastorutti, Mau y Ricky y Lali Espósito- fueron completando sus equipos en un programa dominado por la emoción y plagado de adrenalina. Uno de los últimos participantes fue Facundo Giovos, que interpretó “Bachata Rosa”. De inmediato, cautivó al jurado, pero los únicos que tenían lugar en su equipo eran los hermanos, que alentados por sus colegas, voltearon su silla en modo de aprobación.
Lali vivió a pleno la audición. De espaldas, bailó casi de principio a fin el clásico de Juan Luis Guerra. De frente, manifestó toda su indignación con la producción del programa: “No puedo creer que no me pueda dar vuelta cuando alguien me parece increíble, como vos”, señaló, sin dejar de elogiar al participante, que agradeció el cumplido.
Luego de que le alcanzaran la chaqueta del team Mau y Ricky, los hermanos se disfrazaron de celestinos. “¿Es guapo el pana o qué?”, interrogaron al ala femenina del programa, que estaba comentando precisamente lo mismo. “Che, Sole, es lindo el pibe”, le dijo la Espósito a su colega. Entonces, Ricky lo llevó del hombro hacia donde estaba la ex Casi ángeles. “Te presento a un amigo”, lo acercó, y la actriz no supo cómo reaccionar, entre los nervios, las ganas de darle un abrazo y la obligación protocolar de chocar los puños. “Yo me hago la canchera y se acercó y...”, admitió tocándose la panza expresando sus nervios.
“¿Te gustó cómo cantó?”, preguntó Mau. “Sí, también me gustó cómo cantó”, respondió su colega con una carcajada, pero después se puso seria. “Sos muy guapo, pero no te vi. Me hubiera dado vuelta porque cantás excelente”, le dijo al joven de 26 años, que estaba sorprendentemente tranquilo pese a los elogios de diversa índole que recibía de todo el jurado. Y tampoco perdió la calma cuando Ricky le propuso cantarle una serenata a Lali, allí mismo, en los sillones del jurado de La Voz Argentina.
“Chicos, es re guapo”, insistió Lali, al verlo de cerca y con la iluminación del estudio a pleno. “Tanto tiempo disfrutamos de este amor”, comenzó el joven las primeras líneas del clásico bolero “Sabor a mí”. Al principio entonando a capella, luego sobre una base, Facundo nunca perdió el eje, tocándose el corazón y mirando fijo a la actriz, que hacía su parte del juego con todo tipo de gestos.
Pero allí no terminó el asunto. Al distinguir a los padres de Facundo, que aguardaban en el backstage junto a Marley, los abordó al grito de “¡Ay, mis suegros!”, y se acercó corriendo a chocar sus puños. “Bienvenida a la familia”, la recibió el conductor. “No me di vuelta porque tenía el equipo completo, pero canta excelente”, repitió ahora frente al matrimonio, a quien prometió volver a ver “en noviembre, durante una eventual fiesta de casamiento.
Sobre el final, la madre del joven agregó que a su hijo también le gusta cocinar, hecho que la propia Lali destacó el mismo martes por la noche en su cuenta de Twitter, desde donde comentó la última gala antes de las famosas batallas. “Chicos, aunque no parezca soy tímida”, se sinceró con sus casi seis millones y medio de seguidores”.
“Soy una boluda”, admitió luego de ver su participación por televisión. Y más tarde, al escuchar a la madre de Facundo, continuó elogiándolo: “¿Y le gusta cocinar? Chau, chiques”.
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