En las vísperas del Día del Amigo, en una nueva edición del ciclo de entrevista PamLive, Pamela David conversó con Natalia Barrera, creadora del método “Alquimia femenina”, sobre los mitos y las verdades de la amistad.
—¿Cuál es tu mirada sobre el Día del Amigo y las relaciones de amistad?
—Hay muchos tipos de amistad, ya lo decía Aristóteles. Hay amigos que son de interés, de utilidad, como los compañeros de trabajo, con quienes uno comparte mucho tiempo pero que no hay una relación muy fuerte, muy íntima. También hay amigos del placer, esos amigos que tenemos para juntarnos y salir a la noche. Hay amigos que tienen los mimos intereses que uno, los de pintura, de fútbol, de danza, porque hay una pasión, un interés genuino que nos une. Pero hay una amistad que es mucho más valiosa: Aristóteles la llamaba “la amistad de la virtud”, que tiene que ver con la confianza, que dura toda la vida. Pueden pasar meses sin hablarnos pero es genuina, no cambia, no varía, aunque cambien los gustos y preferencias. Aunque pase la vida, aunque uno se mude, tenga hijos, se case, porque se hizo confiable.
—Amiga y magia llevan las mismas letras.
—Sí. Eso es algo que publiqué en mis redes porque un amigo hace magia en las situaciones mas difíciles o dolorosas, con una palabra u ocurrencia. “Vamos, te llevo, salgamos”: hace su especie de magia y nos saca del lugar oscuro en el que estamos, del que solo un amigo nos puede sacar. Pero hay otro tipo de magia en la amistad que es cuando las amistades se dividen por que hay otro tipo de intereses, entran los celos, las preferencias y el ego. Una de las etimologías de la palabra amigo es “sin ego”: cuando aparece le ego se rompe la amistad. Cuando me importa más mi interés que el propio de la amistad, se quiebra.
—¿Cómo hacemos para ver qué tipo de relación tenemos con nuestros amigos?
—Lo primordial es preguntarnos en qué nivel de importancia está esa persona para nosotros. Y si es de la misma forma para el otro. Quizás el otro no me pone en el mismo lugar, en el mismo nivel, y ahí comienzan las dificultades: cuando no es recíproco. Como si fuese una amistad no correspondida.
—¿Y qué se hace en esos casos? ¿Es válido hablarlo, cuando no hay ese mismo nivel de sentimientos?
—Hay que hablar. Si no se puede hablar genuinamente, no hay amistad; es otra cosa. En la amistad, la comunicación es clave. Es como en la pareja.
—¿Y como hacés para no herir a la otra persona?
—Creo que el tema está en los actos y los valores. No todos tenemos los mismos valores, ni tantos amigos. Nosotros, los humanos, ayudamos a todos. Cuando uno está mal te ayuda hasta el vecino, que no es un amigo y te ayuda igual, porque somos buenas personas. La verdadera amistad aparece cuando te va bien, cuando sos feliz, porque a muchos les da celos. Cuando tu amiga encontró el amor y está siendo feliz, aparece “el espejo”, que muestra que una no tiene una relación. Muestra lo que no tenés resuelto y empezás a sentir tristeza, angustia. Ahí no estás siendo amiga, porque estoy poniendo mi ego en el centro de la relación.
—¿Y cómo contemplar esta situación sin que se rompa la amistad?
—Voy a ser cruel. Cuando un amigo está feliz, o le está yendo bien, aunque ese objetivo quizás interfiera en el vínculo, pero era su gran deseo, si uno no puede tener una mirada de felicidad frente al éxito del otro, entonces no se es un buen amigo. Abandono a un amigo cuando más lo necesitaba: en el éxito. El amigo que más necesitamos está cuando nos va bien. Cuando a uno le va bien, lo que más quiere es compartirlo. Y si uno no puede decir que le va bien, comienza a callarse para no hacer sentir mal al otro, y ahí se debilita la confianza: no quiero incomodar al otro y se empieza a romper la relación.
—Si se tiene que romper, que se rompa. Hay que aprender a soltar.
—Sí. En la vida hay amigos que se quedan, otros que se van, algunos son pasajeros. Todos van a cumplir una parte fundamental en nuestra vida. No tenemos que agarrarnos de esos amigos que son parte del pasado, de lo que fue. Quizás hoy ese vínculo no es tan lindo, lo estamos mirando con los ojos del pasado. Hoy la relación no es tan genuina, como lo era antes.
—¿De qué manera se libera sanamente esa relación, que deja de ser?
—Hay que soltar desde ese lugar de amor. La amistad significa amor, es una de las vertientes del amor. No hay que enojarse: que un amigo no se convierta en un enemigo. A veces se ama tanto y duele la ausencia de ese amigo, que desencadena en el odio.
—Es importante y sanador hablar desde la verdad: “Fuiste una persona muy importante en mi vida, pero hoy mi momento es otro, tengo otros amigos”. Puede ser doloroso, pero es sanador desde la verdad.
—Exacto. “Amé, fue hermoso mientras duró, y duró lo que tenía que durar”.
—¿Cómo sería el mantra para soltar desde el amor?
—“Fuiste una persona importante en mi vida porque los recuerdos siempre fueron buenos. No puedo tirar todo porque ahora está todo mal. Tomo lo que me dejaste y aprendí, y dejo de mirar atrás y miro hacia adelante, y entiendo que esa relación marca un antes y un después en mi camino”. Generalmente las relaciones se rompen para traernos otras cosas. Muchas veces las relaciones atan a cuestiones del pasado que nos hacen mal, y el inconsciente trata de resolver de otra manera. Ahí aparece la traición. La palabra traidor significa “que me trae algo”. Mi amigo me traiciona pero me da un regalo, un regalo que si yo estoy consiente lo voy a poder ver. Pensemos si hemos tenido algún amigo con el cual vivimos este tipo de traición. Seguramente algo nuevo apareció. La traición trae algo: rompí esta amistad porque apareció el amor de mi vida, o porque cambié de trabajo.
Esa amistad fue el precio a pagar. Se corta una amistad, pero trae un fruto y ese fruto es el que debo mirar para soltar esa relación, y pagué un gran precio, porque esta amistad ya no la tengo. Voy a mirar la amistad que fue, con buenos ojos.
—¿Qué hacemos con esas personas que podrían haber seguido siendo amigos pero no regamos la relación?
—Toda relación debe ser alimentada, o se muere. A veces somos muy intensos porque exigimos vernos todos los días o llamarnos todo el tiempo, y no es así. Tenemos que ser congruentes. Cada persona es única: podés tener un buen amigo o una buena amiga y quizás hace meses que no te ves, y no se necesita el vínculo constante intenso, está todo bien. En cambio, con otros amigos quizás hablás todos los días porque son compañeros de trabajo, estás más acostumbrada a hablar. Lo más importante es que a los vínculos hay que alimentarlos, y se alimentan con comunicación, que no es hablar todo el tiempo, sino mandar un mensaje para que sepas que estoy. La amistad no es estar todo el tiempo juntos, sino saber que estamos para el otro. Porque somos sociales: tenemos que hacer vínculos porque nos eleva la autoestima, nos hace sentir bien. A veces necesitamos vincularnos con algunas personas en determinado momento: necesito este tipo de amigo y no otro tipo de amistades, en este momento determinado.
—¿Se puede tener una amistad virtual?
—La comunicación trasciende el tiempo, la frontera y el espacio. Hay que aprovechar la tecnología a nuestro favor para poder expresar que la otra persona es importante, aunque no nos conozcamos personalmente. La amistad es pura comunicación.
—¿Qué nos genera la ausencia de un amigo?
—Nos genera dolor, angustia, se siente como un duelo, un fracaso. Cuando no tenemos amigos sentimos que fracasamos. La amistad, a nivel de neurociencia, nos ayuda a pertenecer, y esto es primordial. Si yo no tengo amigos o buenos amigos, siento que no pertenezco a este mundo y comienzo a tener un conflicto existencial. Muchas veces encontramos amigos en lugares donde no deberíamos encontrarlos, en donde nos unen los mismos intereses, pero tóxicos, como los adictos a las drogas. Hacen un lugar de pertenencia para compartir una adicción, pero en realidad es como un círculo vicioso, tienen la misma herida que no están resolviendo. Por eso muchas veces los padres, en el afán de cuidar a sus hijos, les dicen: “Cuidado con quién te juntás”, porque cuando somos niños somos amigos de todos, pero en la adolescencia empieza a aparecer esta frase de “dime con quién andas y te diré quién eres”.
—¿Qué tiene de cierto esa frase?
—Mucho, porque las personas somos diferentes pero compartimos valores. Te vas a juntar con alguien que piensa más o menos lo mismo o que tiene los mismos valores. Hay que tener cuidado de elegir bien a los amigos. Hay amigos que son buenísimos pero no nos aportan crecimiento en nuestra vida, sino todo lo contrario, y por querer salvarlos, terminamos presos de sus mismos problemas. Hay que ayudarlos pero desde otro lugar. A veces el amigo te llama solo para contarte sus penas y te trata de terapeuta. Y ahí ya no hay amistad.
—No lo ayudás si solo pones el oído y te cuenta siempre la misma historia. No avanza, se queda en ese lugar, necesita un profesional.
—Exacto. Esto pasa cuando hay una amistad tóxica. No es que le pasa algo y lo está transitando, sino cuando la personalidad es así. Siempre está mal, aunque le vaya bien.
—¿Hasta dónde es sana o tóxica la amistad? Porque está bueno poder decirle al otro que está siendo tóxico.
—No seamos tacho de basura de nadie: eso no es amistad. El amigo es ese lugar de contención, pero otra cosa es usarlo de tacho de basura. O por ejemplo, que la conversación siempre sea un monólogo y se hable solo de él. A veces la persona no se da cuenta. La comunicación es clave para también entrenarnos nosotros como amigos, porque quizás estamos siendo tóxicos, porque somos humanos. El amigo tiene que ser sincero y hacernos de espejo: hablemos de otra cosa.
—A veces uno no tiene amigos de toda la vida o mejores amigos. ¿Eso afecta?
—Sí, afecta. La mejor amiga o el mejor amigo es esa persona que fue testigo de tu camino. Saben todo, tienen toda tu historia. Cuando no hicimos esos amigos, sentimos que nos faltó todo. Pero no hay que ponerse mal porque la vida nos da el mejor amigo o mejor amiga, que es nuestra pareja. La pareja va a cumplir ese rol, es una amistad que obviamente tiene una atracción que es sexual.
—O sea, se puede ser amigo de su pareja.
—Toda pareja comienza con una amistad y debe terminar como una amistad para que no se vuelva tóxica. Sino se transforma en un enemigo y aparece el odio,. Las parejas deben terminar y comenzar en el terreno de la amistad, donde te interesa que la persona esté bien.
—El Día del Amigo es un día alegre pero te sacude no tener amigos. ¿Se puede reemplazar a la amistad con otro vínculo?
—La amistad es amor: “el perro es el mejor amigo del hombre”. Está sobrevalorada la amistad en el concepto de virtud, porque a veces depositamos demasiadas cosas en una sola persona. Queremos que nuestro amigo sea fiel, nos llame, esté en las buenas y malas, y es una persona, puede tener sus intereses, puede envidiar, pueden pasarle cosas, y nosotros podemos no ser tan buenos amigos. Quizá nosotros no damos tanto como pensamos. Quizás lo mejor es entender lo que decía Aristóteles: “Queridos amigos, no existen los amigos”, y lo decía porque había comprendido, dentro de la filosofía, que la amistad es ese acompañamiento. Vamos a encontrar amigos en el camino, pero no tenemos que agarrarnos a esas balsas que nos ayudan a cruzar el río porque me enamoro de la balsa, me la quiero llevar y me termina pesando. El amigo tiene que ser un lugar de disfrute y de placer, no de posesión. La amistad no es una persona física al lado mío, sino una persona que me encontré en el camino. Y que hizo cosas por mí mucho más que algunos que estuvieron todos los días. Los amigos son los que te ofrecieron amor y te ayudaron en algún momento de tu vida. Las personas que están varadas hoy en otros países y no pueden volver a sus casas, necesitan lugar donde quedarse y ahí aparece la amistad, en lugares donde no lo estamos buscando.
—Mitos y verdades sobre la amistad del hombre y la mujer.
—Según la ciencia, el hombre esta pensando más en sexo que en la amistad. Pero para mí la ciencia la pifió un poco... La amistad va mas allá. La amistad se sostiene en tres patas: confianza, amor y atracción de los valores y virtudes. Cuando aparece la atracción sexual dentro de la amistad, es porque la amistad pasó a otro nivel. No es algo malo, es otro tipo de atracción. Si uno está maduro emocionalmente, puede incluso después de una relación de pareja seguir siendo amigos, quizás no tan íntimos.
—PamLive es un espacio donde hay un ida y vuelta, desinteresado y agradezco a los profesionales su generosidad para darle conocimiento a aquellos que lo necesitan. Yo los considero amigos.
—Amigo es esa persona que te escucha y te da palabras de aliento o te recomienda algo. Debemos cambiar el concepto de amistad, del lugar de pertenecía y hacerlo mas tridimensional, donde entendamos que el amigo es la persona: todos podemos ayudar al otro, eso es ser amigo. Es el que nos da una palabra de afecto, confianza, y el que nos va a dejar una huella en nuestro corazón, si estamos dispuestos a confiar. Si no confío, no voy a tener una amistad. El que no tiene amigos es porque no se abrió. ¿Cuántas traiciones viviste que estás cerrado a la amistad? Si no me abro, no gano. Es como el amor, hay que jugársela, sino no sirve.
—Contame de tus cursos. ¿Comenzó alguno?
—Mis cursos están online y abro uno nuevo que se llama “Señales. El lenguaje de los profetas”, que es un taller donde vamos a trabajar las señales del Universo. Entender por qué en la antigüedad se hablaba de mitos y metáforas. Jesús hablaba en parábolas: por qué lo hacía y cómo se decodifica para conocer el mensaje, que tenía que ver con el camino espiritual. Es decir, ir al Cielo tiene que ver con un nivel de conciencia que él enseñaba a sus discípulos y trataba de que la gente que lo escuchaba pudiera comprender: que la divinidad tiene que ver con un proceso interior y entender, por ejemplo, que los discípulos, sus alumnos, eran sus amigos. Cuando nosotros hacemos de maestro o alumno estamos haciendo un papel de amistad. Nos nutrimos mutuamente porque cuando uno enseña, aprende. Este curso se va a dar el 31 de julio y queda grabado. Se dará en dos partes: teórica y práctica.
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