El pasado jueves 15 de julio, Luis Novaresio se casó formalmente con Braulio Bauab en el Registro Civil de la calle Uruguay. De la ceremonia formó parte también Vera, la hija que el empresario tuvo mediante un tratamiento de fertilización asistida con su amiga Virginia Laino, quien desde el comienzo de la relación entabló un estrecho vínculo con el conductor. Y el festejo, del que participaron amigos y familiares de ambos desde todas partes del mundo, se realizó de manera virtual. Sin embargo, como era de esperar, la presentación formal de los flamantes esposos tuvo lugar en Debo Decir, el ciclo de América en el que el periodista oficia de anfitrión.
El programa comenzó con la marcha nupcial como cortina y, mientras Braulio bebía vino tinto algo nervioso, Novaresio señaló: “Quiero presentarles formalmente a mi esposo”. Y dijo que le encantaba que el empresario hubiera “bajado” al living de su casa, para recibir junto a él a los invitados del día. “Estoy en casa, contento. Es una de nuestras primeras noches de casados”, dijo entonces Bauab.
Enseguida, Novaresio reconoció que se había olvidado de traer la clásica libreta de matrimonio. “Está por ahí después de la fiesta y todo esto”, se excusó. Y le preguntó a su marido si se iba a quedar. Pero este dijo que tenía que ir “a trabajar” y, a modo de broma, le preguntó: “¿Si te rajan de acá ahora te tengo que mantener?”. “Obviamente, lo firmaste”, le respondió el periodista, dándole lugar para que promocionara su negocio inmobiliario.
Como es habitual, llegaron por el ascensor los primeros dos invitados de la jornada que eran Graciela Alfano y Luis Brandoni. “Qué bueno que estés esta noche acá”, le repitió Luis a su marido mientras los recibía. Pero éste, dejando en claro que la televisión no es un ámbito al que esté acostumbrado, al momento de saludar a la diva terminó tirando su copa de vino al piso.
Sin embargo, pasado del blooper, Novaresio mostró sus alianzas y contó el significado de sus inscripciones. La de Luis tiene grabado “churro moi”, frase que le dice el empresario, y la de Braulio “Callate Benedetti”. ¿El significado de esta última? “Yo le escribía todas las mañanas una carta de amor. Y un día parece que le escribí algo medio berreta y él me dijo. ‘Che, esto es de sobrecito de azúcar...’. Entonces yo le dije: ‘Pará, callate Benedetti. ¡Cómo si vos fueras un gran escritor!’”.
Minutos después, llegaron otros dos invitados al piso: Leandro Santoro y Julieta Puente. Y la charla dio lugar a que Novaresio le preguntara a Braulio si tenía que reconciliarse con alguien. Entonces, el empresario se emocionó diciendo: “Me tengo que reconciliar con mi viejo, que se murió cuando yo era muy chico. Y quizá estaba un poco en contra de toda esta cuestión gay, por su generación. Y a mí me costó. Pero me parece que él estaría muy contento de que esté hoy con vos y de ver que nos amamos”.
Y Luis no dudó en contar su propia experiencia, incluyendo sus temores del pasado. “Yo estoy muy feliz de que estés acá. Siempre dije: ‘No pienso contar que soy gay’, ‘No pienso casarme en mi vida’...Pero cuando te encontrás que la realidad es mucho más fuerte que tu estupidez como prejuicio, y que la realidad tiene la generosidad de brindarte a un tipo como él. ¡Ojalá lo conocieran!”, remarcó. Y destacó la calidad del empresario como padre y compañero, más allá de su talento profesional.
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