“Ayudemos a Luis. Juntamos donaciones para comprar insumos y atención médica para Luis”, rezaba la campaña que lanzaron los ex Cuestión de Peso Marcos Rodo y Pablo Bragale en mayo para ayudar a su compañero en el reality, Luis Zerda. Sus amigos viajaron a Las Parejas, Santa Fe, donde el joven de 35 años vive y alertados por su situación, armaron una cruzada en su apoyo.
Luis había llegado a pesar 300 kilos, se le reventaron algunas várices y tal como dijeron sus compañeros, está a la espera de una cirugía bariática. A dos meses y medio de la campaña, el pedido de ayuda sigue vigente y lamentablemente su situación no cambió demasiado. Es que una cosa lleva a la otra y él no logra encontrar la punta del ovillo. Es recomendable que se someta a al cirugía, pero para eso debería bajar de peso. Para bajar de peso, debería empezar un tratamiento, pero en pandemia, de manera virtual es complicado, además, según cuentan sus allegados, aún no logra hacer el “click” que lo motive a dar un giro.
El ex Cuestión de Peso vive ahora en Las Parejas, un pueblo de Santa Fe ubicado a 156 kilómetros de la capital provincial. Actualmente vive en lo de un primo, pero con el dinero que ganó hace dos años en Quién quiere ser millonario está haciendo su casa en un terreno donde adelante viven sus papás y hermanos, lo que sin dudas lo ayudaría ya que además de tener a su familia cerca, podrá tener su propia cocina y heladera, fundamental para llevar adelante su tratamiento.
La casa recién está comenzando a elevarse. Ya están las paredes de ladrillo pero aún falta mucho por hacer y no sabe cuánto podrá hacer con la plata que tiene. Por esos su compañeros volverán a abrir una convocatoria para completar la casa (electrodomésticos, muebles). “Esta mejor con su familia y enfocado en lo de la casa, está terminando de hacerla y es algo que necesita porque no tiene un lugar físico. Sobre salud, es muy difícil saber porque él te va a decir que está bien”, dijo Marcos Rodo, uno de sus ex compañeros del reality de El Trece.
“Está todo complicado por el tema del COVID, él es paciente de riesgo, para operarse debería bajar cien o 120 kilos, pero eso implicaría tener que internarse, entonces es el huevo o la gallina, no se sabe por dónde empezar, es complejo”, agregó. Aunque se abrió la convocatoria para la vacuna, Luis y mucha gente de su pueblo no se inocularon ya que estarían asustados porque dos personas murieron luego de haberse dado las dos dosis.
Pablo, también amigo de Luisito contó que tras la movida que realizaron en redes sociales, se consiguió que el gobierno de Las Parejas ayudara al joven “aunque el colapso sanitario complica todo”. Actualmente Luis recibe atención de manera virtual, lo que tal vez no es ideal pero es lo mejor dado el contexto pandémico.
“De cualquier forma es posible hacer un tratamiento, pero el tema es que a veces uno está entregado. Él ahora no está en ‘modo tratamiento’ por decirlo de alguna forma y es difícil hacer el click. Uno como amigo puede aconsejar, pero no puede imponer nada y si la persona no quiere, es complicado”, se lamentó su compañero.
Durante el día a día, Luisito está enfocado en la realización de su casa, realiza tratamientos médicos de manera virtual, tiene amigos en su pueblo. Con sus amistades de Cuestión de peso, que están lejos, se contacta principalmente a través de las redes sociales.
Una ley para ayudar a Luis y “a todos los Luisitos” del país
Además de pedir ayuda para Luis, Pablo destacó la necesidad de “visibilizar la importancia de reglamentar la Ley de Obesidad” (sancionada en el 2008). “Luis es conocido y sale porque estuvo en tele, pero hay miles de Luisitos que no se pueden mover y no pueden hacer tratamientos”, dijo y mencionó que la sanción de la Ley de Etiquetas ayudará.
“La ley de Trastornos Alimenticios fue aprobada, se armó una comisión para reglamentarla, hubo un cambio de gobierno y no se habló más del tema” dijo y entiende que hay un problema cultural ya que a pesar de que la obesidad fue declarada pandemia por la Organización Mundial de la Salud en 1992 “mucha gente dice que no es una enfermedad, que gordo es gordo porque quiere, que si no querés ser gordo cerras la boca, influencers que venden polvitos mágicos que generan falsas expectativas o que dicen que hay que quererse por el cuerpo”.
“La obesidad tiene que ser tratada como una pandemia y como una enfermedad que causa muerte por sus comorbilidades”, agregó y entiende que a la hora de reglamentar la ley será importante que además de escuchar a los especialistas, los legisladores pongan su oído a la gente: “Esto es algo que se sufre más allá de lo sanitario y médico, se sufre en ropa, talles, universidades a las que uno no puede entrar, espacios públicos. Queremos que se nos escuche a los que sufrimos. Que se entienda que la persona que sufre obesidad, hay que dejar de decir obeso y gordo, necesita y requiere los mismos derechos que todos y hay que entender que es una persona enferma, tiene que ser considerada en los subsidios a los que un discapacitado accede porque es una enfermad crónica”.
Pablo, que milita sobre el tema y da charlas al respecto por el país está esperanzado de que esta vez por fin la ley se reglamente. “Necesitamos que se deje de comercializar con la salud y se hable con la gente que sabe. En el caso de Luis y todos los Luises hace falta que se deje de juzgar y que se empiece a ayudar, dicen ‘mirá las ayudas que tuvo’, sí, pero es así, es una enfermedad crónica, que se vuelve a recaer, ojalá hubiera una solución milagrosa. Si una persona con cáncer se hace quimio y el cáncer vuelve a aparecer no se la castiga, ¿por qué al obeso si? Porque no hay consciencia de que es una enfermedad crónica”, cerró.
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