Aunque no tiene por qué hacerlo, Carolina Haldemann se disculpa con Teleshow por el modo en que brinda esta entrevista. “Preguntame lo que necesites que te lo escribo así no fuerzo la voz”, dice a través de una conversación por WhatsApp. La periodista de 34 transita por un problema de salud que por estos días la obligó a tomarse licencia en Canal 26 y en Pampita Online: le diagnosticaron nódulos bilaterales en las cuerdas vocales y sangrado en la laringe.
“Hay veces en las que hay que aceptar que no podemos con todo, pero sí podemos ocuparnos de estar mejor”, escribió en su Instagram cuando comunicó el cuadro por el que está transitando. Lo hizo porque desde hace algunas semanas está ausente en la televisión y sus seguidores habían comenzado a inquietarse. “Hablo porque todavía sé hablar, no me olvidé -aclara la periodista-, pero lo hago bajito e intento que sea lo menos posible: no me río a carcajadas, no grito, no toso. No puedo exigir la voz”.
Para Carolina no fue fácil aceptar que su voz “no saliera”. “Por más desesperante que sea, no lo puedo hacer”, se sincera quien todavía está asimilando el diagnóstico que recibió. En tanto, ya comenzó un tratamiento: hace fonoaudiología tres veces por semana para rehabilitar y revertir el cuadro clínico. El objetivo es evitar tener que llegar a la operación. “La intervención quirúrgica consiste en extirpar el nódulo o pólipo de la cuerda vocal. Este tipo de tratamiento sólo ocurre cuando los nódulos o pólipos son muy grandes o han estado presentes durante largo tiempo. Si me sacaran las cuerdas quedaría muda. Eso es irreversible. Los nódulos son reversibles”, detalla la también actriz.
Todo comenzó la primera semana de junio cuando entrevistó, con sus compañeros de Trasnoche 26 (Canal 26) a Juan Ignacio Cane, el actor rosarino que trabaja en la segunda temporada de Luis Miguel. Aquella nota fue a través de zoom, ya que el argentino está viviendo en México. “Notamos que no me escuchaba y no me entendía bien”, recuerda Carolina y advierte que aquella fue “la primera alerta”.
La conductora continuó haciendo el programa durante el resto de la semana, pero con una salvedad: “Tenía una voz rara que no era la mía”. El lunes siguiente, llegó disfónica al canal -”lo aclaro porque tenía voz, pero salía entrecortada”-, logró estar las cuatro horas en vivo. Y al día siguiente tomó té de jengibre, limón y miel, y caramelos para la garganta buscando recuperar su voz. Adjudicó dicha afección a la “época del año”. Sin embargo, el miércoles ya estaba “prácticamente sin voz”. “Empezó la afonía”.
Y fue su compañero Héctor Rossi -histórico locutor de Intrusos- quien le sugirió que fuera a ver a un profesional y se hiciera un estudio en sus cuerdas vocales porque notaba que “no era una simple afonía, sino que sentía un soplido”.
Luego de un control, el médico le pidió que se hiciera una rinofibrolaringoscopía (estudio de fibra óptica que permite ver la nariz, cavum, faringe y laringe). Y de allí salió el primer diagnóstico: nódulos bilaterales simétricos en las cuerdas vocales. “Es algo muy común en las personas que trabajan con la voz”, resalta la periodista que luego debió hacerse un estudio más exhaustivo en el que se pudiera descartar que hubiera “algo más” en la zona de la laringe.
Atendida por el jefe de cirugía del Hospital Alemán y otorrinolaringólogo, el doctor Sebastián Sturla, y su equipo, le hicieron una estroboscopia laríngea (estudio de la vibración de las cuerdas vocales) y allí, además de los nódulos, el estudio arrojó que tenía un sangrado en la laringe.
Ya con el diagnóstico claro, los médicos le llevaron tranquilidad a Carolina. Y ella lo entendió. “No es grave, sino que tengo que tener paciencia y aprender a hablar nuevamente para desinflamar las cuerdas y achicar los nódulos y encontrar mi voz ‘normal’, o ‘casi normal’, de nuevo, sin exigir los músculos. Una especie de formatear el disco de lo que ya sabía hacer, que era hablar, y volver a aprender algo tan básico como eso para poder volver a usar la voz”.
La periodista admite que en un principio le costó asimilar que no podría expresarse. “Es desesperante intentar hablar y que no te escuchen”, dice quien se desempeña como comunicadora, pero que también lo sufrió en su vida cotidiana con su familia y amigos, quienes la están acompañando en este proceso. “¡Y con barbijo, ni te cuento!”, agrega sobre la dificultad de hacerse oír detrás del tapabocas que utiliza por la pandemia del coronavirus.
“Pero me lo tomé con paciencia y con entusiasmo”, sostiene Carolina y destaca el hecho de haber “agarrado a tiempo” la afección. “¡Lo voy a lograr! Y lo que quiero es acotar los tiempos lo menos posible para que me vuelva la voz y poder volver a trabajar”.
En tanto, no pierde la esperanza de que en menos de lo que ella se imagina podrá retomar su actividad laboral: “Los médicos me aseguran que en 15 días prácticamente estaría hablando. Quizás no normal de todo, pero sí ya con una voz entendible”. En esa fecha, le volverán a hacer un estudio para poder ver la evolución tanto del sangrado como de los nódulos.
Ahora bien, si en 15 días el tratamiento no tiene el resultado esperado por los profesionales, deberá realizar un nuevo tratamiento foniátrico que durará más tiempo. El objetivo es retrasar la operación: “Esa sería la última instancia”.
Carolina continúa en rehabilitación confiando en que se va a recuperar pronto. Mientras tanto, cuida su voz, aquella con la que hoy no se puede expresar. “Hablo poquito y bajo. A veces me sale muy grave, otras, muy aguda. Hay días que me levanto muda y con el correr de las horas voy domando los sonidos. Y otros, al revés, se me va la voz con el correr del día”, detalla y agrega que “nunca más” volvió a “hablar normal”. Sin embargo, no baja los brazos y está haciendo todo para poder recuperarse, siguiendo las indicaciones de los profesionales y con la contención de su familia y seres queridos que la apoyan en este difícil momento.
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