Desde su estreno a finales de junio, La Voz Argentina tomó la posta de Masterchef Celebrity y se convirtió en el programa más visto de la televisión. En las audiciones a ciegas, el jurado integrado por Ricardo Montaner, Soledad Pastorutti, Lali Espósito y Mau y Ricky escuchan con atención a los aspirantes mientras definen si aprietan o no el botón de aprobación. Del otro lado de la pantalla, el público sufre como si fuera propia cada una de las interpretaciones, que son mucho más que eso. Son historias de vida, de sueños y frustraciones; de alegrías y sinsabores, de superación y de esperanza.
Este caudal de emociones se hace muy difícil de controlar, sobre todo cuando las leyes de la televisión juegan su comodín tan temido: el de la tanda publicitaria. A mayor audiencia, se sabe, hay más auspiciantes, y por lo tanto, más tiempo de espera. Con este panorama, las redes sociales sirven como catarsis para que los televidentes expresen sus enojos y quejas. A veces con textos, otras con memes, siempre en clave de ironía, en Twitter se improvisa un festival en contra de la extensión de la tanda publicitaria del programa de Telefe.
Entre los mensajes en referencia a la emisión del martes, donde se destacó la interpretación del joven Julián Eson, uno llamó la atención: “En este corte me lavo los dientes, saco la basura, lavo los platos, me pongo el pijamas, hago manualidades, escribo un capítulo de mi proyecto, contesto mails, me depilo, barnizo la mesita , riego las plantas”, enumeró una usuaria en su cuenta de Twitter. Hasta allí, nada fuera de lo que suele escribirse en las tandas, pero el detalle estaba en la autora, Majo Riera, la mamá de Lali Espósito. Su comentario generó repercusión y empatía entre sus seguidores, que reaccionaron con palabras, fotos y gifs de su hija. Había dado en la tecla, y sin importar lazos de sangre, había logrado canalizar el sentir popular.
Majo fue un sostén clave en el camino de Lali en la actuación, que empezó desde que era una niña: “Fui a un casting con mi hermana, que tenía quince años, mi mamá no sabía”, contó la ex Casi ángeles sobre sus inicios. “Bajamos mal del colectivo y vimos la cola de chicos y me metí, pero yo no iba al casting de Cris (Morena). A la semana me llaman a mi casa, mi mamá se entera. Lo que había pasado es que había dos casting a dos cuadras de distancia, iba al otro y caí en el de Cris por error”, agregó sobre la oportuna confusión que marcó su destino.
Nada de esto hubiera sido posible si Majo no la hubiese apoyado y acompañado cuando finalmente se enteró de que su hija había quedado seleccionada para formar parte de Rincón de luz, allá por el 2003, cuando tenía apenas 11 años. Si bien siempre notó que su hija estaba fascinada por la actuación, hubo un momento en que se dio cuenta que iba bien en serio y que era mucho más que un juego:
“Fue cuando estaba terminando Floricienta”, relató Majo -productora y autora- en una entrevista con Teleshow: " Lali tenía el viaje de egresados de séptimo grado y ella decidió no ir porque había surgido una gira para hacer con el programa justo en la misma fecha. Nosotros le dijimos: “¿Estás segura?”, pero ella respondió que si tenía que elegir, era la gira. Ahí nos dimos cuenta que si dejaba todo de lado, de ir incluso a cumpleaños, era porque iba en serio. Y después de eso vino Casi Ángeles, que ahí ya le vi toda su pasión desplegada”, explicó la mujer.
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