“Soy quinta generación en una familia circense”, destaca Flavio Mendoza sobre el escenario durante un ensayo en el Teatro Broadway. El popular artista no solo se preocupa por repasar la letra, está atento a todos los detalles: las luces, el sonido, la coreografía de los bailarines, la limpieza de la sala. Trabaja de manera incansable para brindarle al público el mejor espectáculo.
“Es volver a empezar”, le dice el productor a Teleshow sobre el esfuerzo que están realizando los trabajadores del sector teatral para reactivar esta actividad, de las más golpeadas por la pandemia. Durante meses las salas cerraron por las restricciones impuestas por el Gobierno para bajar los contagios por coronavirus. A mediados de junio, se habilitó la reapertura de las salas con un 50% de aforo.
Mendoza no tiene dudas: “Ya somos esenciales”, afirma en su regreso a la Calle Corrientes, donde presentó las funciones de despedida de la comedia Tres empanadas, que realizó con Flor de la V y Juan Pablo Geretto. Más allá de las deudas económicas que adquirió en estos meses, sigue apostando a la industria teatral, preocupándose por generar fuentes de trabajo. El próximo viernes 16 debutará con un nuevo show de transformistas en el Broadway que tendrá como figura a Sergio Goycochea, el ex arquero de la Selección Nacional que ahora se desempeña como conductor televisivo.
—Sos artista, productor, generás fuentes laborales y tenés un equipo de trabajadores que mantener a nivel económica. ¿Cómo llevás esa responsabilidad?
—Fue muy difícil no solamente para mí: yo también hablo por mucha gente que la está pasando muy mal. Hay bailarines con hijos que no tenían para comer. Llegamos a hacer bolsones de comida para ayudarlos. Eso te da mucha tristeza. Yo tengo un hijo, y cuando sabía de situaciones de bailarines y amigos que no tenían ni para comprar leche, me preocupé mucho. Va a costar volver al teatro, entonces le pido a la gente que apoye la cultura, a los teatros, a los circos, a quienes realmente viven de esto porque es algo que te alimenta el alma, es necesario.
—Tuviste que vender un departamento por las pérdidas. ¿Hoy, cómo estás a nivel económico?
—Estoy igual o peor porque siguen las deudas. Abrir el teatro no quiere decir que te salves: esto es para pucherear porque hay una situación económica muy difícil en el país. Hasta que todos se animen de vuelta a volver al teatro, es una gran movida. Estamos haciendo una patriada para generar que esta gran industria teatral no se caiga. Yo tengo mucha fe que con el tiempo vamos a salir adelante.
—¿Qué pasaría si hay una nueva ola de contagios y cierran los teatros otra vez?
—Ya estamos fundidos, así que más fundidos no creo que podamos estar... Lo que tienen que hacer es ir al hueso con las personas que se comportan mal, con las fiestas clandestinas, con los lugares acumulados de gente, como Retiro y Constitución. Eso en el teatro no lo ves: estás sentando, una hora y cuarto, una hora y veinte, con un distanciamiento social; es cuidado. Si vas al supermercado de enfrente, no está cuidado. No estoy haciendo un reclamo, sino que estoy hablando de la realidad. Hoy tenemos que tener coherencia y me parece que no podemos volver a cerrar: ya es una locura porque hemos demostrado que en el teatro no hay contagios.
—Te escuché decir que eras Nina Peloso porque saliste a protestar a la calle por la apertura de los teatros. ¿Volverías a protestar a la calle?
—Mis amigos me dicen la Nina Peloso del teatro... (Risas). No lo he hecho en esta oportunidad porque, pienso: “No voy a generar un tumulto de gente si estamos en una pandemia”. Pero realmente cuando del otro lado ves que no hay una respuesta a nuestra situación, me angustia. No es solamente por mí, empiezan los llamados por teléfono de gente que realmente no tiene nada para comer y me dicen: ‘Flavio, por favor, hace algo’. A mí me genera impotencia. Gracias a Dios el ministro de Cultura, (Enrique) Avogadro, y Horacio Rodríguez Larreta fueron muy generosos y estamos pudiendo volver a empezar.
—Si tuvieras una reunión con el presidente Alberto Fernández, ¿qué le dirías?
—¡Que no le diría, qué no le diría! Ser Presidente no es fácil y menos en una pandemia. Yo no tengo partidos políticos, no voy con una religión ni con un color. Soy de las personas que hacen las cosas bien. Creo que se han hecho cosas mal y cosas bien. También necesitamos que los que nos gobiernen nos den como una caricia y decir: “Vamos a salir adelante”. En este momento las vacunas están llegando, gracias a Dios. La verdad es que hoy estoy viendo el panorama mucho más claro, más esperanzador que antes. Al Presidente le diría, pero a cualquier persona, que no hay que alejarse nunca (de la gente)… A un artista le pasa lo mismo. Cuando un artista se aleja del público, cuando te alejás del que te quiere, ahí dejan de venir al teatro. Lo mismo pasa con los que nos gobiernan: si te alejás del pueblo, te dejan.
—A pesar del contexto y los problemas, ahora estás preparando un nuevo espectáculo con Sergio Goycochea.
—También es una parte social mía. Tengo amigos drag o transformistas que trabajaban en los pubs o lugares muy chiquititos que los cerraron. No podían trabajar y muchos se fundieron. Entonces dije: “Tengo que ayudar a esta gente”. Voy a hacer un gran espectáculo con los 20 mejores transformistas y drags que hay en el país. Pero me faltaba algo para la historia y dije: “No tiene que ser un actor, sino un deportista, como del otro palo, las dos caras de la moneda. ¡Sergio Goycochea!”. Lo llamé, nos juntamos, lo hablamos, y estamos haciendo un show impresionante que para estos tiempos la gente se va a sorprender porque lo que van a ver arriba del escenario. La majestuosidad del espectáculo y verlo a Sergio en ese contexto va a estar muy bueno.
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