“En el último mes tuve más cirugías que Michael Jackson en toda su carrera”, escribió Grego Rossello, uno de los primeros influencers en saltar a la fama y luego lucirse como actor de stand up. Lo hizo a través de su cuenta de Instagram como en la de Twitter, con una imagen de él con la nariz vendada. Claro que la humorada sobre Michael Jackson tenía que ver con el implante capilar que se hizo hace unos años y los tratamientos de ortodoncia que mejoraron su dentadura.
“Jugando al basquet con amigos me comí un codazo y fui operado. Es una reparación nasal porque podía tener una obstrucción respiratoria”, contó Grego en charla con el periodista Juan Etchehoyen para Mitre Live a cerca de esta nueva intervención y agregó que se fue de urgencia a una clínica cercana dónde le indicaron operarse. En ese sentido, el actor agregó un detalle: “Lo gracioso es que el codazo me lo pegó Marco Antonio Caponi y estábamos jugando con Migue Granados y varios chicos más”.
“A fines del 2019 la pasé muy mal. No pasó nada puntual, pero la pasé mal. No estaba bien yo”, había contado hace unos meses Grego Rossello en diálogo con Tomás Dente para Vino para vos, en KZO, para dejar por un rato su faceta más divertida. “Venía de un Gran Rex en el 2016, de otro en el 2017 y de un 2018 de viajar por el mundo y estar en esta cosa de las redes de pegar el video de medio palo y estar en boca de todos. Y, de repente, sentir que quizá no tanto. Me veía desganado”, agregó.
Y entregado a la empatía que genera Tomás Dente, continuó: “Tuve un accidente de auto que ahora lo cuento en el show riéndome, pero nunca lo conté en serio, donde me pegué un susto bárbaro. Mi psicóloga me pidió aumentar las sesiones. Y estuve seis meses yendo al psiquiatra. Estaba mal”. Entonces reveló: “Yo nunca había entendido cuando, por ahí, mi hermano me decía: ‘El bocho me jugó una mala pasada’. Como siempre fui tan optimista, tan de sentir que la felicidad depende de uno, que es algo que sigo creyendo, nunca había entendido la magnitud de cómo te puede jugar para atrás el bocho. Aunque te esté yendo todo bien. Eso de estar triste por estar triste. Yo estaba triste y no sabía por qué. Y me partía”.
Sobre su infancia y juventud Grego recordó: “Yo fui a un colegio bastante chetongo. Y, cuando a mis amigos les dije que iba a estudiar Historia y Licenciatura en arte dramático, me dijeron: ‘Vos te querés cagar de hambre’. Amigos de los que hoy estoy muy orgulloso. Pero de chicos iban a ver a CEOs de empresas, dónde lo normal era tener una casa de fin de semana. Y yo me acuerdo, porque esto (el éxito) es ahora, pero yo hice cuatro años de shows a la gorra, dónde no llegaba a juntar tres mil quinientos pesos haciendo el cálculo para ver si me podía ir a vivir solo”. Además, relató: “Y de repente, cinco años después, cuando tenía mi departamento, tenía el auto que yo quería y tenía el trabajo que me gustaba, igual había algo que no (estaba bien)...Pero salí: fueron cuatro o cinco meses que me ayudó la terapia y el psiquiatra”.
Y para desmitificar en torno a la depresión agregó: “Da un poco de vergüenza. Es más, me acuerdo que cuando mi psicóloga me dijo: ‘Che, por las dudas, no querés ir a ver (a un psiquiatra)’. ¡Me enojé! Dije: ‘¿Piensa que estoy loco esta mina?’ Si yo vengo acá y hago terapia hace cinco años, laburo, me preocupo por el bienestar emocional de mis familiares...¿Yo? Sentía que había un montón de cosas externas que a mí me estaban jodiendo”, señaló. Pero finalmente reconoció que un amigo lo convenció de ir y fijarse “qué onda”. “Fui a ver a un muchacho que es un crack, al que le tengo mucho aprecio. Tenía miedo de que me diera medicación, pero no llegaron a medicarme ni nada. Y hoy pienso que, si lo hubiera tenido que hacer por algún motivo (tomar medicación), no hubiera tenido drama tampoco”, reflexionó para dar un mensaje superador y muy positivo.
SEGUIR LEYENDO: