Marcelo Tinelli usó sus redes sociales para recordar a su padre Dino Hugo Tinelli. En una de sus historias compartió el miércoles por la noche, luego de su programa, una foto del periodista fallecido hace medio siglo, junto con una sentidas palabras.
“Acá ando desvelado, pensando en vos viejo querido y escuchando a Julio Sosa y esos tangos que te encantaban”, escribió el conductor junto con un emoji de un corazón, sobre la foto en la que se lo ve a su padre en una playa.
Hace unas semanas, específicamente para el Día del Padre mientras estaba en Necochea disfrutando de un fin de semana en familia, usó la misma foto en sus redes junto con otro texto. “Viejo, te amo, te extraño mucho, te pienso, imagino charlas, risas, abrazos, llantos. Físicamente estuvimos juntos muy poco tiempo, pero que lindo es saber que siempre estás a mi lado, y que te seguís preocupando y alegrando por mi y los que yo amo. Gracias por traerme al mundo y permitirme formar esta familia hermosa”.
Hace unos años, en una entrevista a fondo con Mariana Fabbiani, había contado cómo sus padres influyeron en que sea el conductor del programa más alegra de las noches: “Sin querer, mi viejo tuvo que ver… -destacó Tinelli-. Mi vieja también, lamentablemente por un hecho trágico”. Entonces contó que cuando él tenía diez años, su papá tenía cirrosis: “Y no sabía que mi papá estaba así -lamentó-. Sí lo había visto más amarillo. No la habían detectado a tiempo, o en ese momento no tenía cura”.
En honor al periodista deportivo que murió cuando él era aún un niño, Marcelo organiza desde 1998 en Bolívar, ciudad en la que creció, la maratón Dino Hugo Tinelli. Al recordar a sus padres en aquella ocasión, agregó: “Ellos me dieron todo lo mejor: hicieron lo que pudieron, cada uno con sus problemas. Eran dos personas hermosas, mi papá con una enfermedad como el alcoholismo, y mi mamá con depresión”.
Entonces habló de las noches que padecía en aquella época, y de las que disfruta hoy… “Mi papá era una persona hermosa de día, y hacía lo que podía de noche, digo yo. Porque cuando tomaba, después de juntarse con sus amigos y volver a casa… Yo tengo recuerdos”, se emocionó el conductor.
“A veces siento que esto que hago de alegrar la noche, de trabajar de noche, tiene que ver con esas noches que a mí me costaban mucho… Ya de por sí me costaba mucho dormir de chiquito. Es un horario de mucha soledad, y de mucha gente enferma que necesita ayuda, y uno ni se da cuenta de que le hace compañía. Y yo creo que me hice compañía a mí mismo; durante muchos años sentí eso”.
Su mamá era maestra y Marcelo recordó varias veces que estaba “siempre corrigiendo las pruebas en casa”. Ya famoso, le ofrecieron comprar la casa de su infancia pero no aceptó. “De afuera está igual, pero cuando entré me di cuenta que no tiene nada que ver conmigo. Yo tengo pegado el olor de mi viejo. Olor a tinta de cuando llegaba del diario”.
Su partida de Bolívar fue traumática. Estaba jugando cuando le dijeron “tu papá está enfermo”. Salieron a las 4 de la mañana en un Ford Falcon para internarlo en Buenos Aires. Falleció a los 15 días. Tenía 38 años. Marcelo nunca más volvió a vivir a su casa, se quedó en la de los abuelos maternos. En Bolívar no contaban con el tratamiento adecuado y lo trasladaron al sanatorio Anchorena en Buenos Aires.
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